Al año nuevo
Con qué quietud al fin
aparecés en el valle
con tus primeros rayos que bajan
para acariciar las puntas de unas pocas
hojas altas que no se mueven
como si no se hubieran dado cuenta
y no te conocieran para nada
después llama la voz de una paloma
desde muy lejos en sí misma
en el silencio matinal
así que éste es el ruido que hacés vos
aquí y ahora más allá
de que alguien lo escuche hasta acá
hemos llegado con la edad
las cosas que sabemos
y nuestras esperanzas
invisibles delante de nosotros
intactas y aún posibles
Versión de Ezequiel Zaidenwerg
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