miércoles, 8 de mayo de 2024

Miguel Otero Silva (Venezuela, 1908 - 1985)

 

“LAS MANOS DEL ROMPEHUELGA”


Manos torpes y manchadas
las manos del rompehuelga
manos que cuando trabajan, traicionan.
Manos arteras
cuyo sudor no enaltece
sino ultraja lo que crean.
Son las manos mas infames
las manos del rompehuelga.
Ni las del enterrador
sucias de muerte y de tierra,
porque el mismo enterrador
tiene las manos honestas.
No hay otras manos tan viles
como las del rompehuelga.
Ni las manos del verdugo
oscuras de sangre ajena,
ni las manos que en las cárceles
remanchan negras cadenas.
No hay manos que agravien tanto
como las del rompehuelga.
Manos que cuando se alquilan,
alquilan su honor con ellas.
Podrido barro en las uñas
y sangre verde en las venas
surcadas de maldiciones
las manos del rompehuelgas.
Oí decir a un anciano
obrero de voz abuela,
mientras mostraba las manos
arrugadas de faena:
Prefiero las manos mancas
que manos de rompehuelga.
 
 
Miguel Otero Silva
Escritor, humorista, periodista, ingeniero y político
(1908.1985)
 
 
(Fuente: Angel Mario Ferrero)

 

Héctor Giuliano (Piamonte, Italia, 1947)

 

En el extremo
de la noche
la piedra
abandona
la ventana.
 
Cómo y cuándo,
fuente ardida
y zarza que germina
está por verse;
el tajo
frío
de Plotino
no desmiente
ni diálogo
ni molécula
que vuela.

- Inédito-

 

Bejan Matur (Pazarcik, Turquía, 1968)

 

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UN SOL MUERTO

Desprendo la noche
de la carne del sol muerto
y como si fuese un pañuelo
me envuelvo con ella
la cabeza.
 
***
 
 

VERDAD

Lo que las piedras saben
la humanidad
lo olvida.
 
***
 
 

TODA MUJER CONOCE SU PROPIO ÁRBOL
 

Cuando fui a buscarte
extendí mis alas sobre la ciudad
construida con negras, abandonadas piedras,
encontré un árbol y me posé en sus ramas
y grité de dolor.
 
Toda mujer conoce su propio árbol.
Esa noche, crucé una ciudad
tan negra que la oscuridad
temía entrar en ella.
 
Mi alma estaba sola
sin su sombra.
 
Grité.
 
 
__________________
en "Akin to Stone", The Poetry Translation Center, Londres, 2019. Trad. del turco al inglés, Canan Marasligil y Jen Hadfield. Versión del inglés al castellano, Jonio González. La imagen: Bejan Matur (Pazarcik, Turquía, 1968) por Umar Timol.
 
 

A DEAD SUN
 

I peel night
from the dead sun's flesh
and like a scarf
wrap it round
my head
 
***
 
 

TRUTH
 

What stones know
humankind
forgets
 
***
 
 

EVERY WOMAN KNOWS HER OWN TREE
 

When I looked for you
I spread my wings over the city
built of black, abandoned stones,
found a tree and perched on its boughs
and shrieked with pain.
Every woman knows her own tree.
That night, I crossed a city
so black that darkness
feared to enter it.
My soul was lonely
without its shadow.
I howled
 
 
(Fuente: Jonio González)

Lao Tsé (China, 571 a C)

 

Tao Te Ching 


1
El tao que puede ser expresado no es el tao eterno
[dao ke dao fei chang dao]
El hombre que puede ser definido no es el hombre inmutable.
La no existencia es llamada el antecedente del cielo y de la tierra
La existencia es la madre de todas las cosas
Desde la eterna no existencia vemos con claridad las distinciones aparentes
La existencia y la no existencia son idénticas en su origen
solo se diferencian al hacerse manifiestas
Esa identidad se llama profundidad
La infinita profundidad es la fuente de todas las cosas del Universo
-
 
N. 'hsuan' (traducido como profundidad) significa lo infinitamente pequeño no conocido, o la no abarcable pequeñez, esto es lo que está en lo profundo de lo existente pero no conocemos ni vemos, según la edición de Morata (Madrid, 1983)
 
 
3
No aplaudiendo al ilustre, preservamos al hombre de la rivalidad
No valorando lo precioso, lo protegemos de la codicia
No revelando lo deseable, lo mantenemos lejos de la confusión
Por consiguiente el sabio gobierna
 
               Vaciando el corazón del hombre
               Llenando su estómago
               Debilitando la ambición
               Y fortaleciendo sus huesos
 
Lo protege de conocer lo malo y de desear lo bueno,
y no permite así el triunfo del astuto
 
Gobierna por medio de la no-acción; luego, no hay nada que no sea gobernado
 
Lao Tsé
Tao Te Ching
Traducción de Caridad Díaz
Morata, 1983
 
 
(Fuente: Jorge Aulicino)

 

Alberto Girri (Bs.As. 1919-1991)

 

Domingo 17
 

Dies solis. Transparencia del aire; tan perfecta que un ciego podría ver una mosca. Lo cual tranquiliza a los no ciegos, les confirma que efectivamente han visto un rinoceronte. Y no, más o menos un rinoceronte.
 
De "Diario de un libro" (1972)
 
 
 

DOCTRINARIOS
 

Aunque olfatean
(Wittgenstein mediante),
que la seguridad de que el sol
fatalmente saldrá mañana
suena a pura hipótesis,
y ligereza, osadía,
concluir de los hechos presentes
acontecimientos del porvenir,
             ninguno de ellos se inmuta, desanima,
y como un ritual persisten en ofrendarnos
su esforzado examen, la misión
de embaucar nuestro estómago
con que hasta la extinción de los siglos
habrá de fecundar las artes
aquel sarcasmo, imbatible,
de que los pobres son más interesantes
que los ricos.
 
 
De "Poesía de Observación" (1973)
 
 
(Fuente: Héctor Giuliano)

 

Hanan Awwad (Palestina, 1951)

 

«Las últimas palabras»

Versión de Juan Carlos Villavicencio




Envuélvanme oh Jardines de Al-Aqsa

Llévenme con ustedes, oh días rebeldes de mártires fragantes
Con los heridos y los luchadores por la libertad,
Llévenme con ustedes, oh hermosos días rebeldes con el perfume 
          de la gloria
Y el aroma de los inmortales,
Llévenme con ustedes oh días rebeldes ascendiendo alto
Como la petición de rezar en Palestina,
Llévenme con ustedes oh días rebeldes cuando el rocío se desborda
La mañana de los hijos de la conciencia
Los hombres del día anterior facilitan sus almas a la gran fiesta
Como regalo a una patria a la que sus caballeros son llevados 
          a celebrar su nupcias y volver
Llévenme y limpien el dolor de mi frente
Sepulten mis desvelos, borren mis preocupaciones, devuélvanme 
          mi encanto
Y desplieguen mi espíritu con el aura de Jasmine
Me uno a ustedes, en cada momento,
Oh unidad del alma en las patrias dibujadas por la lucha de los rebeldes
Oh sendero de ascendientes amantes apartados de la guerra 
Hay un límite para la vida
Oh amantes en el sendero hacia Dios despidiéndose
De los tronos del mundo, de sus delicias, de sus jardines enfilando 
Un viaje hacia la lucha, lanzando piedras desafiantes 
A los que se interpusieron en el camino de la luz
Por favor se los ruego justos Mahomas en las alturas
Y también en el mundo humilde, no hagan que la caravana dé media vuelta
          si busca refugio de
Toda la decadencia que hay en ti. 
 
Llévenme con ustedes, oh días
Llévenme con ustedes, oh glorias
Reconocí tus apariciones antes de que surgieran,
Por ellas me moví antes de que estallaran las olas del amor de Dios, 
          unificadas en Dios
Para la patria sublime, te acercas al tiempo del viaje
A cruzar el tiempo, heraldos del despertar, los llamados al martirio 
          y los peligros del Orgullo
Te acercas con calidez como una promesa convirtiéndose
En el amanecer de nuestra ciudad, te acercas
Al calor de nuestra revolución que estalla en llamas
No hay migración sino de ti hacia ti
No hay reducción sino de tu tiempo de prisa ya que 
La promesa está cerca de cumplirse.
No hay salida sino tomar distancia de ti
No hay destierro sino al navegar en tus ojos




(Fuente: Descontexto)

 

Mirta Rosenberg (Rosario, 1951 - Btenos Aires, 2019)

 

 
 

Minúsculo diccionario personal
 
 

La poesía es tener la convicción
de que transformando el lenguaje
es posible transformar la realidad.
La poesía es decir una cosa por otra
y que sea verdad.
La palabra jamás me hace morir.
La palabra ojalá me colma de angustia
de ansiedad, y es mi agonía.
 
 
En Cuaderno de oficio, Bajo la Luna, 2016.
 
(Fuente: Cecilia Pontorno)

 

Dylan Thomas (Swansea, Reino Unido, 1914-Nueva York, EE. UU., 1953

 

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EN MI OFICIO O ARTE SOMBRÍO

 

En mi oficio o arte sombrío
ejercido en la noche silenciosa
cuando sólo la luna se enfurece
y los amantes yacen en el lecho
con todas sus penas en los brazos,
junto a una luz que canta yo trabajo
no por pan o ambición o vanidad,
o el trueque de encantos
en escenarios de marfil
sino por la sencilla paga
de sus más secretos corazones.
 
No para el hombre soberbio que se aparta
de la luna enfurecida
escribo en estas páginas de espuma
llevada por el viento
ni para los muertos encumbrados
con sus salmos y ruiseñores
sino para los amantes,
sus brazos que envuelven
la pena de los siglos,
los que no pagan ningún elogio ni salario
ni les importa mi arte u oficio.
 
 
___________________________
en "Fern Hill y otros poemas", col. Los Grandes Poetas, n.º 20, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires. Selección y traducción de Gerardo Gambolini. Prólogo de Jorge Fondebrider. En la imagen, Dylan Thomas (Swansea, Reino Unido, 1914-Nueva York, EE. UU., 1953 / Le Figaro)
 
 
(Fuente: Jonio González)

 

Siegfried Sassoon (Matfield, Inglaterra,1886-Heytesbury, 1967)

 

tres poemas










Impresiones editoriales



Estaba tan seguro de que «todo estaba yendo bien»
mientras discutía el glorioso momento vivido
en su visita a las trincheras.
«Se diría
que has recogido grandes impresiones» sonrió el muchacho
gravemente herido en la espalda
en algún imposible ataque aniquilador.
«¿Impresiones? Sí, las más intensas. Estoy escribiendo
un pequeño libro llamado ‘Europa atormentada’
basado en las notas que tomé siendo testigo en la lucha.
Espero haber captado el sentimiento del ‘frente’
y el increíble espíritu de las tropas.
¡Por Júpiter!, esos chavales nuestros están bien.
Vi a uno rizando el rizo
volando alto y tirándose en picado como un pájaro de presa.
y en todo momento sentí brillar ese esplendor
que nos hace ganar.»
El soldado sorbió su vino.
«Ah, sí, pero es la Prensa la que marca el camino.»

~

Ataque



Surge al alba enorme y parda la colina
en el salvaje sol púrpura de frente fruncida
ardiendo a través de columnas de humo a la deriva envolviendo
la amenazadora pendiente arrasada; y, uno a uno,
los tanques se arrastran y vuelcan la alambrada.
La descarga ruge y se eleva. Después, torpemente agachados
con bombas y fusiles y palas y uniforme completo,
los hombres empujan y escalan para unirse al encrespado fuego.
Filas de rostros grises, murmurantes, máscaras de miedo,
abandonan sus trincheras, pasando por la cima,
mientras el tiempo pasa en blanco apresurado en sus muñecas
y aguardan, con ojos furtivos y puños cerrados,
luchando por flotar en el barro. ¡Oh Dios, haz que pare!

~

Soñadores



Los soldados son ciudadanos de la tierra gris de la muerte
no se llevan beneficios de los mañanas del tiempo.
En la hora grande del destino en pie se yerguen
cada uno con sus contiendas, sus penas y sus duelos.
Los soldados han jurado acción, han de alcanzar
algún clímax fatal e inflamado con sus vidas.
Los soldados son soñadores; cuando silba el proyectil
piensan en hogares con chimenea, esposas y camas limpias.
 
Los veo en sucios hoyos, mordisqueados por ratas
y en las trincheras en ruinas, azotados por la lluvia,
soñando con las cosas que hacían con bates y pelotas
burlados por el anhelo sin esperanza alguna
de recobrar días festivos, espectáculos y polainas
y acudir en tren a la oficina.

***

Versiones de Eva Gallud Jurado
Zenda Libros

/

Editorial Impressions


He seemed so certain ‘all was going well’,  
As he discussed the glorious time he’d had  
While visiting the trenches.
                           ‘One can tell  
You’ve gathered big impressions!’ grinned the lad  
Who’d been severely wounded in the back
In some wiped-out impossible Attack.  
‘Impressions? Yes, most vivid! I am writing  
A little book called Europe on the Rack,  
Based on notes made while witnessing the fighting.  
I hope I’ve caught the feeling of “the Line”,
And the amazing spirit of the troops.  
By Jove, those flying-chaps of ours are fine!  
I watched one daring beggar looping loops,  
Soaring and diving like some bird of prey.  
And through it all I felt that splendour shine
Which makes us win.’
                     The soldier sipped his wine.  
‘Ah, yes, but it’s the Press that leads the way!

~

Attack


At dawn the ridge emerges massed and dun 
In the wild purple of the glow'ring sun, 
Smouldering through spouts of drifting smoke that shroud 
The menacing scarred slope; and, one by one, 
Tanks creep and topple forward to the wire. 
The barrage roars and lifts. Then, clumsily bowed 
With bombs and guns and shovels and battle-gear, 
Men jostle and climb to, meet the bristling fire. 
Lines of grey, muttering faces, masked with fear, 
They leave their trenches, going over the top, 
While time ticks blank and busy on their wrists, 
And hope, with furtive eyes and grappling fists, 
Flounders in mud. O Jesus, make it stop!

~

Dreamers


Soldiers are citizens of death's grey land,
Drawing no dividend from time's to-morrows.   
In the great hour of destiny they stand,
Each with his feuds, and jealousies, and sorrows.   
Soldiers are sworn to action; they must win   
Some flaming, fatal climax with their lives.
Soldiers are dreamers; when the guns begin
They think of firelit homes, clean beds and wives.

I see them in foul dug-outs, gnawed by rats,
And in the ruined trenches, lashed with rain,   
Dreaming of things they did with balls and bats,
And mocked by hopeless longing to regain   
Bank-holidays, and picture shows, and spats,
And going to the office in the train.
 
 
(Fuente: La comparecencia infinita)

 

Eladio Orta (Huelva, España, 1957)

 

VEO DESFILES ANACRÓNICOS DE CORBATAS


 

 

veo desfiles anacrónicos de corbatas

tocando la flauta en las puertas

del despropósito costero

 

 

incitando compulsivamente

a la producción desenfrenada

 

 

no hay límite en los ojos ciegos

de la parca avaricia

 

 

ni en los bolsillos rotos

de la autoridad portuaria

 

 

veo monstruos de cemento

armado / desafiando espada

en ristre

 

 

las corrientes de las mareas y

el crecimiento de los cabezos

en primera línea de suicidio

 

 

donde otros ven

lujosos apartamentos

en primera línea de playa

 

 

veo miles de veraneantes furtivos

arrasando bancos de coquinas y

navajas


 

donde otros ven diversión y

amabilidad manifiesta

de la naturaleza

 

 

con los habitantes

depredadores

de segunda residencia

 

 

veo consuelo ajeno

en plato propio

 

 

Eladio Orta. En: Se agota el tiempo: rebelión poética por el clima. Ed. La Vorágine / Voces del Extremo. 2024

 

(Fuente: Voces del extremo)

 

Haroldo de Campos (Brasil, 1929 - 2003)

 

Poemas

 

poesía en tiempo de hambre
hambre en tiempo de poesía
 
poesía en lugar del hombre
pronombre en lugar del nombre
 
hombre en lugar de poesía
 
nombre en lugar del pronombre
 
poesía de dar el nombre
nombrar es dar el nombre
nombro el nombre
nombro el hombre
en medio del hambre
 
nombro el hambre
/
 
 en Poesía Contemporánea de América Latina, ed. Jorge Boccanera y Saúl Ibargoyen (México D.F.: Editores Mexicanos Unidos S.A., 1998)
 
(Fuente: Cecilia Pontorno)

 

Ignacio Waidele (Chile, 1983)

 

 

LUNA FORASTERA

 

De la oscuridad

brotan sus ojos

ella evoca el cielo

que un forastero le ha obsequiado

 

La luna penetra el silencio

ella se desnuda frente a la eternidad

sus senos son acariciados

su pubis besado por el cierzo

que germina del oriente

y muere en el yermo erial

 

Ondulada la luna se refleja

él preso de su silueta

sueña el sucio veneno

de su tabaco

lascivo suspira

el seno perpetuo de su amada

que insiste en su ensueño

 

Besa su cigarro trémulo

sorbe su veneno

lo asfixia cruel

el humo fugitivo penetra la noche

 

Él le pide un sueño

ella cierra sus ojos

él acaricia su seno

 

Y observa el cielo sonrojarse.





IGNACIO WAIDELE Nació en Santiago de Chile el 27 de mayo de 1983. Es Licenciado en técnico de administración de empresas en INACAP. Ha escrito poesía desde sus tiempos de colegio. Participó en los talleres de creación de la Biblioteca de la Corporación Cultural de Las Condes y actualmente asiste talleres de poesía y cuento.

 

(Fuente: La Parada Poética)

Antonia Pozzi (Italia, 1912-1938)

 

"Acostarme"

 


 
 
Ahora la suave aniquilación
de nadar bocarriba,
con el sol en la cara
y la mente penetrada de rojo
a través de los párpados cerrados.
Esta noche, sobre la cama, en la misma postura,
la ilusión cándida
de beber,
con las pupilas dilatadas,
el alma blanca de la noche.

Santa Margarita [Génova, Italia], 19 junio de 1929
 

Antonia Pozzi, incluido en Altazor. Revista electrónica de literatura (1ª época, año 2, abril de 2020, Chile, trad. de Roberto Bernal).
 
 
(Fuente: Asamblea de palabras)

 

Janet Hendrickson feat. Sebastián de Covarrubias (EEUU)

 

Nieve

 

La nieve es engendrada por vapores fríos y húmedos y, al igual que el granizo, es agua helada. Anaxágoras quiso convencernos de que la nieve era en efecto negra; otros incluso la creyeron cálida. En realidad, es blanca y fría. En días de calor, refrescar las bebidas con un poco de nieve alegra el alma. No está prohibido el uso de la nieve en el verano. Refrescarse en verano con la nieve parece ser una costumbre antigua. Cabría preguntarse si los antiguos la bebían caliente o fría. Los romanos tomaban agua hervida con azúcar, canela, y otras cosas calientes. Para enfriar este brebaje, luego le agregaban nieve. Los romanos no se conformaban con tomar bebidas con nieve en el verano; también tomaban nieve en mitad del invierno, sin que mediara la necesidad, por vicio o por hacer ostentación, como se estila ahora. Si hay gente ahora que disfruta de chupar nieve o hielo, que gusta de comérsela o ponerle a la bebida unos pedazos, su locura no es nueva. 

Traducción de Ezequiel Zaidenwerg

martes, 7 de mayo de 2024

Néstor Perlongher (Avellaneda [Buenos Aires], 1949 – San Pablo [Brasil], 1992)

 


El cadáver 
 
 

Por qué no entré por el pasillo?
Qué tenía que hacer en esa noche
a las 20.25, hora en que ella entró,
por Casanova
donde rueda el rodete?
Por qué a él?
entre casillas de ojos viscosos,
de piel fina
y esas manchitas en la cara
que aparecieron cuando ella, eh
por un alfiler que dejó su peluquera,
empezó a pudrirse, eh
por una hebilla de su pelo
en la memoria de su pueblo
Y si ella
se empezara a desvanecer, digamos
a deshacerse
qué diré del pasillo, entonces?
Por qué no?
entre cervatillos de ojos pringosos,
y anhelantes
agazapados en las chapas, torvos
dulces en su melosidad de peronistas
si ese tubo?
Y qué de su cureña y dos millones
de personas detrás
con paso lento
cuando las 20.15 se paraban las radios
yo negándome a entrar
por el pasillo reticente acaso?
como digna?
Por él,
por sus agitados ademanes
de miseria entre su cuerpo y el cuerpo yacente
de Eva, hurtado luego,
depositado en Punta del Este
O en Italia
O en el seno del río
Y la historia de los veinticinco cajones
 
Vamos, no juegues con ella, con su muerte
déjame pasar, anda, no ves que ya está muerta!
 
Y qué había en el fondo de esos pasillos
sino su olor a orquídeas descompuestas,
a mortajas,
arañazos del embalsamador en los tejidos
 
Y si no nos tomáramos tan a pecho su muerte, digo?
si no nos riéramos entre las colas
de los pasillos y las bolas
las olas donde nosotras
no quisimos entrar
en esa noche de veinte horas
en la inmortalidad
donde ella entraba
por ese pasillo con olor a flores viejas
y perfumes chillones
esa deseada sordidez
nosotras
siguiéndola detrás de la cureña?
entre la multitud
que emergía desde as bocas de los pasillos
dando voces de pánico
Y yo le pregunté si eso era una manifestación o un entierro
 
Un entierro, me dijo
entonces vendría solo
ya que yo no quería entrar por el pasillo
para ver a sus patas en la mesa de luz,
despabilando
Acaso pensé en la manicura
que le aplicó el esmalte Revlon?
O en las miradas de las muchachas comunistas,
húmedas sí, pero ya hartas
de tanta pérdida de tiempo:
ellas hubieran entrado por el pasillo de inmediato
y no se hubieran quedado vagando por las adyacencias
temiendo la mirada de un dios ciego
Una actriz —así dicen—
que se fue de Los Toldos con un cantor de tangos
conoce en un temblor al General, y lo seduce
ella con sus maneras de princesa ordinaria
por un largo pasillo
muerta ya
Y yo
por temor a un olvido
intrascendente, a un hurto
debo negarme a seguir su cureña por las plazas?
a empalagarme con la transparencia de su cuerpo?
a entrar, vamos por ese pasillo donde muere
en su féretro?
 
Si él no me hubiera dicho entonces que está solo,
que un amigo mayor le plancha las camisas
y que precisaría, vamos, una aguda
allá, en Isidro
donde los terrenos son más baratos que la vida
lotes precarios, sí, anegadizos
cerca de San Vicente (ella
no toleraba viajar a San Vicente
quiso escapar de la comitiva más de una vez
y Pocho la retuvo tomándola del brazo)
 
Ese deseo de no morir?
es cierto?
en lugar de quedarse ahí
en ese pasillo
entre sus fauces amarillas y halitosas
en su dolor de despertar
ahí, donde reposa,
robada luego,
oculta en un arcón marino,
en los galeones de la bahía de Tortuga
(hundidos)
 
Como en un juego, ya
es que no quiero entrar en esa sombría
convalecencia, umbría
—en los tobillos carbonizados
que guarda su hermana en una marmita de cristal—
para no perder la honra, ahí
en ese pasillo
la dudosa bondad
en ese entierro
/
Tomado de Austria-Hungría. Editorial Tierra Baldía. Buenos Aires. 1980

 (Fuente: Cecilia Pontorno)

Julio Cortázar (Bélgica, 1914 - París, 1984)

 

“Para leer en forma interrogativa”





Has visto

verdaderamente has visto

la nieve los astros los pasos afelpados de la brisa

Has tocado

de verdad has tocado

el plato el pan la cara de esa mujer que tanto amas

Has vivido

como un golpe en la frente

el instante el jadeo la caída la fuga

Has sabido

con cada poro de la piel sabido

que tus ojos tus manos tu sexo tu blando corazón

había que tirarlos

había que llorarlos

había que inventarlos otra vez.

 

 

 

en Salvo el crepúsculo, 1984





(Fuente: Descontexto)



 

Jorge Aulicino (Buenos Aires, 1949)

 

DOS POEMAS CON GATOS 
 

\

El origen del alfabeto
 

Cuando los fenicios se establecieron en Beocia,
¿fueron interrumpidos por un gato y una gata
que saltaron a un estante y voltearon varias pipas?
No, esto sucede ahora, cuando leo
sobre el origen del alfabeto griego.
La irrupción de los gatos me lleva a pensar
en la arbitraria agilidad de estos animales silvestres
que hace tiempo habitan conmigo
y a veces imitan el rugido de un león de Beocia,
pero en un tono apenas audible
quizá porque viene del fondo de selvas y desiertos,
tan remotos que no existían fenicios ni cartagineses
y los griegos pasaban de un árbol al otro tomados por la cola.
 
Todo ha cambiado en Beocia y tomo mi comida, mi café
en piezas de distintos juegos de loza, como si fueran
restos, el inventario de Robinson:
intimidad de la querida civilización,
en torno a cuyas ruinas rondan los gatos servales,
cernícalos, sombras de leprosos.
*
 
 

Lev destruye la prensa burguesa
 
 

Caen desde la mesa Bielorrusia, la OTAN,
novedades del Instituto de Estadísticas y Censo,
el trastorno bipolar, las palabras sarcásticas
y las más comunes, las más idiotas,
el breve curso de ebanistería,
las esperanzas en el reciclado.
Lev caza y desgarra el diario hecho pedazos, trémulo
trepa a la ventana, las uñas todavía sucias
de la sangre de déspotas y correveidiles,
mira el horizonte, la indestructible seriedad
de los edificios más lejanos,
el paso oscuro de la tormenta
alojada en la nube.
Piensa que hay mucho que hacer, se repliega.
 
Enroscado sobre un sillón, la mirada brillante,
espera todavía los signos de un hecho decisivo.
 
Puede ser una imagen de 1 persona y texto que dice "Jorge JorgeAulicino Aulicino Fuera de lo general EDICIONES EDICIONESENDANZA EN DANZA"
 
 
 
Jorge Aulicino, Fuera de lo general, Ediciones en Danza, Buenos aires, 2023

 

Philip Larkin (Reino Unido, 1922 - 1985)

 

LOS JUGADORES DE CARTAS

 

 

Jan van Hogspew se tambalea hasta la puerta
y mea en la tiniebla. La lluvia, afuera,
fluye por surcos de carreta en el barro del camino.
Dentro, Dirk Dogstoerd se sirve un poco más
y eructando humo acerca, con tenazas, un tizón
a la pipa. El viejo Prijck ronca con la borrasca,
encendida la faz de calavera; alguien detrás bebe cerveza
y abre mejillones, y gruñe retazos de canciones
de amor a los jamones colgados de la viga.
Dirk da cartas, árboles húmedos, del grosor
de un siglo, se agitan en la esfera sin estrellas
sobre esta cueva de quinqués, en donde Jan se vuelve,
atiza el fuego, lanza la reina de corazones, pedorrea. 
 
¡Lluvia, viento y fuego! ¡La paz bestial, secreta!
 
 
   Traducción de Marcelo Cohen
 
 
En  Ventanas altas /  Ed. Gog y Magog
 
(Fuente: Marcos Herrera) 

 

Luisa Pasamanik (Buenos Aires, Argentina, 1930)

 

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DOS POEMAS

 

De todas las líneas
elegí una verde
el sonido que produce
el dolor al arder
el mar cabe en mi taza
me lo bebo cada día
me lo bebo junto con mi voz.
 
Que no llueva ahora
que deje de llover de pronto.
 
Ruedas y tambores
¿corazón dónde?
¿corazón dónde?
luego cementerios
besos de aluminio
¿corazón dónde?
 
¿corazón dónde?
 
***
 
 
Pero sucede a veces
(muy pocas veces)
que no llueve
las manos se me tiñen
de color azul
en mi vestido
cabe el perfume de la tierra
y aunque nadie me nombra
nadie
recuerdo quién soy.
 
 
__________________________
en revista "Diagonal Cero", n.º 12, diciembre de 1964. En la imagen, Luisa Pasamanik (Buenos Aires, Argentina, 1930 / Instituto Catalán de Cultura Hispánica).
 
 
(Fuente: Jonio González)

 

Hugo Giovanetti Viola (Uruguay, 1948)

 

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(Oración por Ciro Pérez / 1944-2024)
 
 

Aquel hombre entretejía
acordes como moradas
para las quejas ajadas
y la mirada sin cielo
y su luz clavó un anzuelo
de oro en las grutas sagradas.
 
Su pasión era peinarnos
las crenchas de la orfandad
con tan perfecta humildad
que perforaba lo triste
como un suave hilo que insiste
en imantar la verdad.
 
Por eso sabía leer
nada más que el cielo abierto
y encontrar en el desierto
el camino que te amarra
al brillo de una guitarra
que sobrevuela lo muerto.
 
Lo santo de la embriaguez
que Baudelaire reclamaba
lo entristecía y lo guiaba
hacia el celeste madero
que perfumó el mundo entero
mientras el amor lloraba.