“LAS MANOS DEL ROMPEHUELGA”
veo desfiles anacrónicos de corbatas
tocando la flauta en las puertas
del despropósito costero
incitando compulsivamente
a la producción desenfrenada
no hay límite en los ojos ciegos
de la parca avaricia
ni en los bolsillos rotos
de la autoridad portuaria
veo monstruos de cemento
armado / desafiando espada
en ristre
las corrientes de las mareas y
el crecimiento de los cabezos
en primera línea de suicidio
donde otros ven
lujosos apartamentos
en primera línea de playa
veo miles de veraneantes furtivos
arrasando bancos de coquinas y
navajas
donde otros ven diversión y
amabilidad manifiesta
de la naturaleza
con los habitantes
depredadores
de segunda residencia
veo consuelo ajeno
en plato propio
Eladio Orta. En: Se agota el tiempo: rebelión poética por el clima. Ed. La Vorágine / Voces del Extremo. 2024
(Fuente: Voces del extremo)
LUNA FORASTERA
De la oscuridad
brotan sus ojos
ella evoca el cielo
que un forastero le ha obsequiado
La luna penetra el silencio
ella se desnuda frente a la eternidad
sus senos son acariciados
su pubis besado por el cierzo
que germina del oriente
y muere en el yermo erial
Ondulada la luna se refleja
él preso de su silueta
sueña el sucio veneno
de su tabaco
lascivo suspira
el seno perpetuo de su amada
que insiste en su ensueño
Besa su cigarro trémulo
sorbe su veneno
lo asfixia cruel
el humo fugitivo penetra la noche
Él le pide un sueño
ella cierra sus ojos
él acaricia su seno
Y observa el cielo sonrojarse.
IGNACIO WAIDELE Nació en Santiago de Chile el 27 de mayo de 1983. Es Licenciado en técnico de administración de empresas en INACAP. Ha escrito poesía desde sus tiempos de colegio. Participó en los talleres de creación de la Biblioteca de la Corporación Cultural de Las Condes y actualmente asiste talleres de poesía y cuento.
(Fuente: La Parada Poética)
La nieve es engendrada por vapores fríos y húmedos y, al igual que el granizo, es agua helada. Anaxágoras quiso convencernos de que la nieve era en efecto negra; otros incluso la creyeron cálida. En realidad, es blanca y fría. En días de calor, refrescar las bebidas con un poco de nieve alegra el alma. No está prohibido el uso de la nieve en el verano. Refrescarse en verano con la nieve parece ser una costumbre antigua. Cabría preguntarse si los antiguos la bebían caliente o fría. Los romanos tomaban agua hervida con azúcar, canela, y otras cosas calientes. Para enfriar este brebaje, luego le agregaban nieve. Los romanos no se conformaban con tomar bebidas con nieve en el verano; también tomaban nieve en mitad del invierno, sin que mediara la necesidad, por vicio o por hacer ostentación, como se estila ahora. Si hay gente ahora que disfruta de chupar nieve o hielo, que gusta de comérsela o ponerle a la bebida unos pedazos, su locura no es nueva.
Traducción de Ezequiel Zaidenwerg
(Fuente: Cecilia Pontorno)
Has visto
verdaderamente has visto
la nieve los astros los pasos afelpados de la brisa
Has tocado
de verdad has tocado
el plato el pan la cara de esa mujer que tanto amas
Has vivido
como un golpe en la frente
el instante el jadeo la caída la fuga
Has sabido
con cada poro de la piel sabido
que tus ojos tus manos tu sexo tu blando corazón
había que tirarlos
había que llorarlos
había que inventarlos otra vez.
en Salvo el crepúsculo, 1984
(Fuente: Descontexto)