Algo parecido a un error monumental
(¿De qué va la eternidad cuando es fría y fugaz?)
Dijiste que eran fotografías de una estrella:
asterismo viviente en los huesos de las liebres ancianas,
catálogo de luz sobre las vacas que pastan.
Te equivocas, vida mía,
(tan extraña en tus flores).
Lo que dije fue:
“he sido y seré
el último de cada fila en que estaré o estuve
—también el más equivocado—
y que las otras personas
—con sus ojos brillantes
y sus cuentas bancarias infinitas—
debían pasar antes que yo, siempre”.
Quizás cuando todos pasen
y la puerta se cierre ante mis ojos,
y mis caminos sean polvo,
frente a la mariposa solar,
enterraré mi cabeza en el regazo de mi dueño.
Y dormiré.
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