martes, 25 de octubre de 2016

Gregory Corso (EEUU)


Gregory Corso - Para Homero


Para Homero
 
 
Hay mugre en las viejas verdades
--los clichés blindados se erosionan
Las nuevas mentiras no huelen tan bien
como zapatos nuevos
Tengo años de poemas que tipear
40 años hasta que dejé de fumar 
No tengo un ingreso estable
No tengo casa
Y porque mis manos son autóctonas
no las puedo lavar nunca lo suficiente
Me siento un tonto
Me siento como un toro miserable
estrellándose contra la capa roja
de un día de resaca
Sin embargo todo es tan hermoso
no es así?
Qué perfecto el entero sistema de las cosas
El cuerpo humano
proporcionado en sus formas
Nada es inútil
Verdadero como si dios lo hubiera en efecto garantizado así
Y el sol para el día la luna para la noche
Y el pasto la vaca la leche
Y la muerte para todos
Uno pensaría que habría caos
la futilidad de todo
Pero los chicos nacen
escupiendo imágenes nuestras
Y las injusticias
millones para uno
nada para otro
los dos en el mismo bote pinchado
No tengo religión
y podría adorar a Hermes pronto
Y no hay un mañana
sólo está el aquí y ahora
vos y con quienquiera que estés
vivos como siempre
y siempre ignorantes de la muerte que no van a conocer
Y todo lo que existe está bien
Una felicidad griega penetra la paz
y el regalo sigue llegando…
un trabajo empezado espléndidamente hecho
Ver a la gente atenta & amable
en paz y conteniendo su asombro
como los sueños del ciego
Los cielos hablan por nuestros labios
Todo lo que no se podía encontrar se atrapó
Todo lo que se dejó atrás está con nosotros



Versión de Tom Maver

lunes, 24 de octubre de 2016

Abel Ochoa (Ecuador)


OH, TOMÁS DE AQUINO
Tú, que refaccionaste la metafísica,
revélanos con tu sapiencia iluminada
cómo prevalecer desde la paja.
¡Rigans montes de superioribus suis, de fructu
operum suorem satiabitur terra,
in eo verissime impleretur!
Alcanzar la veneración perpetua
es lo que aspiramos los hombres sencillos
como los timadores de oficina,
los cuenteros de pueblo,
muchos mendigos parapléjicos,
leguleyos ávidos de empleo,
aquellos verborreicos en el desempleo:
los mentirosos compulsivos
que esperan con su mano extendida
la hora final para que los animales
rumien en sosiego su paja.
El fray Reginaldo de Piperno
terminó la Suma Teológica
luego de que dijiste: “Ya no puedo más,
porque todo lo que he escrito
me parece paja”, enséñanos a convertir
el más insignificante filamento
en una hebra de oro perpetua,
algo así como convertir una mentira
en un poema.



POR UN MOMENTO PENSÉ EN SALVARME
Con mi propio orine
me mojo los labios
para evitar la deshidratación
cada día de espera
desde los escombros
de esta ciudad intacta.
Espero el rescate
junto a otros oficinistas
enterrados hace décadas
pero los perros huelen
y se mean encima,
como hacen cuando el orine
es de otros perros.
La esperanza resultó ser
solo eso:
escuchar rasgueos,
y morir como un perro.



IR A MORIR EN UN LAGO
Dejarte hundir
con tus antepasados;
como el elefante
que entró a remojar
en agua y lodo
sus dientes cariados
para aliviarlo.
Mi mensualidad también
apacigua
 el trabajo
que (no es marfil
pero) se apaga.


Leonardo Martínez (Catamarca, Argentina 1937-2016)


Posible conversión


Belleza y verdad
Corremos persiguiéndolas
y seguro ellas quedaron atrás
Igual el amor que sentimos siendo niños
al canto de los pájaros
con la honda tensa listos
y la pedrada justo dándoles
en el corazón de su música

Marchitos ahora
no podemos restaurar lo perdido
Inaugurar quizás un mundo
donde pedrada corazón música verdad belleza
fueran agua donada
por el vendaval de la gracia






sábado, 22 de octubre de 2016

Horacio Aige (Rosario, 1964)


 

Marqués de Sade

 


La noche siempre busca
a los deseosos
empalmándolos
con todas las palabras.
El puro
exaltado
pensamiento
hasta la durcoridad
y es sólo una idea
anunciadora de vil probidad
en aproximantes
extensiones extenuantes
o delirios
de delicias apartadas
que el agua oye
de las desvestidas rosas caer
como fulminante rayo negro
sobre el techo
de nuestra pobre casa.
Justo ahí,
lugar de sapo enfermo.

Tenemos agonía,
tenemos animadversión.
O tan sólo serán,
desavenencias crueles
lo que temblando
habla en esta historia
por donde ya vamos
con el viejo muro
que de siglo en siglo
tan sólo acumuló
todas
y cada una
de las tinieblas.

Es que nada apura:
Donatien Alphonse François.
Tan sólo
el tiempo
es el apurado…

Ojo de gato negro
curvando al tiempo.
Paisaje de roja luna
en el pasaje del jardín.
Piedra de toro.
El agua canta,
su oro.
Y en ríos de arena
brillan los cristales:
espejo de agua:
Marqués de Sade.



jueves, 13 de octubre de 2016

Ingeborg Bachmann (Alemania)

Detrás de la pared



Pendo como nieve de las ramas
hacia la primavera del valle;
cual frío manantial, derivo al viento,
húmeda caigo sobre las flores
como una gota
en torno a la cual ellas se pudren,
como en torno a un pantano.
Soy el pensar siempre en morir.


Vuelo, de no poder andar tranquila,
por seguros edificios de todos los cielos,
y derribo en derredor columnas y muros huecos.
Prevengo, de no poder dormir de noche,
a los otros con el remoto rumor del mar.
Trepo a la boca de las cascadas
y desde las cumbres desprendo estrepitosos cantos.


Hija soy del gran miedo universal,
que se cierne sobre la paz, sobre la dicha,
como campanadas en el avanzar del día,
como la guadaña en el campo maduro.


Soy el pensar siempre en morir.



Arthur Rimbaud


El durmiente del valle


Es un claro del bosque donde canta un río,
Cuelgan enloquecidamente de las hierbas harapos
De plata; donde el sol de la orgullosa montaña
Luce: un pequeño valle espumoso de luz.

Un soldado, joven, atónito, cabeza desnuda
La nuca bañada en el suave azul,
Duerme; está tumbado en la hierba, bajo el cielo,
Pálido en su verde lecho donde llueve el día.

Los pies en los gladiolos, duerme. Sonriendo como
sonreiría un niño enfermo, descansa:
Naturaleza, mécelo cálidamente: tiembla.

Ya no le estremecen los perfumes;
Duerme en el sol, la mano sobre el pecho,
En calma. Se ven dos agujeros rojos en el costado 

derecho.

lunes, 10 de octubre de 2016

César Mermet (Argentina)


César Mermet, Santa fe, Malabrigo, 11 de octubre 1923 - Bs As, 15 de junio 1978


Shopping Center

Gastar es delicia miserable, dolorosa y malignamente irreal
como un flotante orgasmo en el ajeno sueño.
En estas submarinas galerías del mito del fasto,
en estas exposiciones de modelos mentales,
alusivos brillos y señales preciosas,
yo podría comprar cualquier cosa hasta cualquier hora
mientras la luz permaneciera inmóvilmente fría
y el aire sin dolor ni memoria
ni olor a muerte ni a vida
y la música durara, funcionara,
suscitándome cielos viscerales, fosforescencia nerviosa,
pululación parásita en el vacío del espíritu.
Vagabundear, flotar, comprando,
responder dócilmente a los llamados,
entregarse culpable, oblicuamente
al poder suasorio de los objetos,
descansa de vivir, absuelve de vivir, desvive un rato.

En esta hora detenida en la plenitud cruel de la mercancía
yo no vivo, yo compro una pausa y un limbo a salvo de la vida,
yo entro gustoso a la mágica operación de la oferta,
a su liturgia abstraída, a su fijeza inexorable,
y a la proclividad de la demanda caigo
como a un vicio anodino, no de la carne sino del alma,
pecado de voluntad y de templanza.
Aquí estoy, gastando sin caridad ni amor
ni necesidad ni alegría
mi temperatura de mamífero viril, mi agresividad festiva,
consumiendo tiempo y sonido, amortiguada melopea,
música refrigerada, el sedante consuelo que segrega el aire
vibrando en los cromados como espacio suntuario,
iluminando de prestigio exacto y falso
lujosos fetiches incapaces de milagro,
la módica teofanía de los tiempos finales
exhibida y detallada en nichos deslumbrados.
Me place esta nueva droga, comprar, gastar, fácil sangría,
tobogán helado, deshielo lunar,
perder por los bolsillos mansos, por las manos laxas,
los muchos, los pesados días,
las canceladas fechas que integran la soldada.
Tras de haber repechado treinta
verdaderos ríspidos días
en contra de sí, de la sangre y de lo justo,
dejarse ir, caer desde la cumbre inútil
con sencillez suicida y aceptación justiciera,
entregándose al gasto, limpiándose del beneficio infame,
deslizándose a la compra por falta de horizonte,
por asfixia de futuro y desesperanza de la libertad.
Gastar, situarse expuesto
en el sitio de tránsito del trueque,
en la articulación del vaivén
entre objetos intocables y personas fantasmales;
repetir, renovar, reiterar un equívoco de la esperanza,
una apetencia ilusoria, un espejismo de las manos,
soñando, sin creerlo, en apresar el aura irreal,
la seducción satánica de la mercancía,
queriendo ansiosos ser
como la encantatoria apelación nos supone,
tal como nylon, metal, cristal, polyester,
nos presumen;
soñando la posesión imposible,
el misterio cálido y vivo de las viejas materias,
la hueca orfandad de madre de las nuevas,
nacidas de la cabeza del hombre
como cálculos precipitados al tiempo;
y el enigma real de la cosa cabal y desnuda
inocente de historia, anterior a marca y etiqueta.
Recorremos el laberinto amable
empobreciéndonos en el momento
en que nos anunciamos y nos confirmamos, comprando,
empequeñeciéndonos en el instante en que asumimos
gesto de crecimiento, de poder y dominio.
Con impudor cómplice y un sabor a impostura, sin embargo,
entramos al clan de los sonrientes dispendiosos,
desesperados abundosos, lujuriosos desdichados,
condenados al irónico sino de la indigencia de sí,
a la desposesión de sí, anónima y melancólica.
Aquí estamos los sonámbulos consumidores,
caminando sobre alfombras de goma,
recorriendo el juego abstracto del poder sin poderosos,
del dinero sin dueño, y del reino sin rey,
donde los amos obedecen y los servidores sobornan,
pero reina el Becerro, la maquinaria insomne,
y toda la mecánica acontece caída del Ser, a los bordes del Ser,
en la enajenada zona del valor violado.

jueves, 6 de octubre de 2016

Blanca Varela (Perú)


EL POETA Y EL OMBLIGO DEL SUEÑO


"Poemas. Objetos de la muerte.
Eterna inmortalidad de la muerte.
Algo así como un goteo nocturno y afiebrado.
Poesía. Orina. Sangre.
Muerte fluyente y olorosa.
Gran oído de Dios.
Poesía.
Silenciosa algarabía de corazón."



Blanca Varela en "El silencio de los poetas"

Alfredo Veiravé (Argentina 1928-1991)


Serpientes venenosas

José Jolís S.J. nos habla de las serpientes venenosas
y de los cascabeles (tintinean en los platillos de oro de las bailarinas
de las cortes florentinas, danzas de salones barrocos)
nos describe su color / rojo /
(búfalos de Altamira cuando uno puede ver las
oscuras cavernas paleolíticas de la mujer amada)
y cómo esas víboras de ojos fosforescentes alumbran de noche
el paso de los indígenas perdidos en la selva de sus pesadillas,
y aunque Plinio dudaría más o menos escéptico o envidioso
Jolís describe una grande del tamaño de un buey o de
un gomero de la India
sobre el cual durmieron con el Cacique Tellogotí de la Nación Giapitallagá
y el Cacique Aglaiquí de la Nación Toba.

Durante varios siglos se creyó que todo era una mentira
una exageración de los chronistas
hasta que en 1970 dos astronautas que regresaron del espacio
habían crecido 4 centímetros y medio de estatura.








Historia clínica con datos verdaderos y prosaicos

No hagas poemas con problemas personales.
Drummond de Andrade


Hace años me hicieron un personal injerto de tibia
en la columna (Mal de Pott), y luego me extrajeron un riñón
(órgano que no es fácil de colocar en un poema)
hace poco
me pusieron un marlex en el cuerpo:
ya parezco el Vizconde Demediado de Calvino.
Pero esa razón, quizás, él resucita y ama más la vida
y el sol del jardín rejuvenece y tranquilo
y feliz como el destino sereno de las plantas,
yo pienso a mis amigos, a la enferma Katherine, y se llena
de energías vitales subterráneas y abro al azar
por ejemplo
las cartas de Herman Hesse o los versos de Ortiz.
Y todo lo que saludablemente leo o invento o confundo
en el Chaco o Nueva York (perdonen los lectores
la experiencia) son discursos simulados
de la imagen / "Puesto que estos misterios nos rebasan
finjamos ser sus organizadores" (¿y por qué no agregar que la poesía
es una abreviada forma personal de la ansiedad?)

Yo bebo en consecuencia a grandes sorbos en la copa transparente
que me sirve la vida, en el rosado vino
(médico-científico) del amor natural.



(De  Otra iglesia es imposible blog)