jueves, 31 de octubre de 2019

Malcolm Lowry (Inglaterra, 1909 - 1957)


EL COMEDIANTE

Toca el piano con una navaja de afeitar,
el acordeón con un par de tijeras;
un rigodón para todo su público,
¡es el Sweeny Tod de los improvisadores!
Aunque todos los hombres temen a este pariente pobre,
su música sutil produce una extraña sensación;
desafiando cualquier disección,
chisporroteando en ambiguos sonidos
oídos por quienes trataron con cíclopes y brujas,
y murieron en mares perfumados de heridas apestosas...
Bajo la navaja de afeitar, bajo la luz rota
de este mundo sin sentido, caeremos
así acariciados, en la mecedora a esperar;
leyendo locuras; observando el yo; no aceptando nada; aceptándolo todo.


PENSAMIENTOS MIENTRAS TE AHOGAS

Deja que los demás discutan acerca de mi dolor
enfurecidos como lobos ante un trozo de carne
mi dolor es ahora de dominio público
hace tiempo muerto de hambre come de limosna
muchos de los que se indigestaron de felicidad lo necesitan

la oscuridad del atardecer con una sensación de culpa
como truenos de una tormenta oscureciendo el promontorio
mancillando el recordado doblar de un cabo de la vida
los turistas esperan con fatuas sonrisas de triunfo
con brazos enlutados sobre la costa chismorreando
haber conocido al cadáver por un momento les hace grandes


POEMA RARO

Conocí a un hombre sin corazón:
Los niños se lo habían arrancado, decían,
Y dado a un lobo hambriento
Que lo cogió y huyó.

Y huyeron los niños, su amo también,
Muy lejos huyó la bestia,
Y tras ella, original persecución,
El hombre sin corazón seguía titubeando.

Conocí a este hombre el otro día
Paseando un orgullo grotesco.
Su corazón restaurado, su semblante alegre,
El dócil lobo a su lado.


EPITAFIO

Malcolm Lowry
Difunto de Bowery
Su prosa era florida
Y a veces reñía
Vivió, de noche, bebió, de día,
Y murió Tocando el ukelele.


(de El comediante)


RILKE Y YEATS

Ayudadme a escribir.
Mostradme las puertas
Donde las reglas están,
Y la jaula que
Mi alma mira atentamente,
Donde mi valor
Ruge entre las rejas.


EXTRAÑA TIPOGRAFIA

Yo escribí: «en la oscura caverna de nuestro nacimiento».
El impresor puso«taberna», lo que parecía mejor:
Pero en eso reside el motivo de nuestra risa,
Dado que en el página siguiente «muerte» aparece como «suerte».
También puede ser que la palabra de Dios sea «distracción»
Y en nuestra extraña tipografía aparezca «destrucción»,
Lo que es cruel.


TRAS LA PUBLICACIÓN DE «BAJO EL VOLCÁN»

El éxito es como un terrible desastre
Peor que tu casa ardiendo, los ruidos del derribo
Cuando las vigas caen cada vez más deprisa
Mientras tú sigues allí, testigo desesperado de tu condenación.

La fama como un borracho consume la casa del alma
Revelando que sólo has trabajado para eso-
¡Ah!, si yo no hubiese sufrido su traidor beso
Y hubiese permanecido en la oscuridad para siempre, hundido y fracasado.


(de El idioma del dolor del hombre)





Juan Carlos Villavicencio (Chile)




Octubre de Chile






Una bandera negra refleja
                    el abecedario de un país en ruinas
       enterrado ahora
                    bajo sus propias cruces incendiadas

Un sol ardiendo habita en la multitud de flores
en cada grito hacia el futuro
contra

la traición abrazando las cadenas                                  
el tiempo devorado                                  
nuestra sangre torturada en las monedas                                  
los crueles surcos grabados en la piel                                  
la violencia sobre toda calavera                                  
aquellos carentes de fuego, nuestro respiro                                  



Hay tierra oscura negando los rostros de mis muertos

Hay fieras sobre nuestras tumbas en el bosque

                Hay balas volviendo a la puerta de su propio infierno



Una bandera rasgada de mentiras era blanca

Una bandera negra devela renacidas de colores las estrellas
                                                                                despertando



                                                                                                    2019
 
 
 
(Fuente: Descontexto) 

Muhammad ibn Abd al-Malik ibn Quzman (España, Al-Andalus, ca 1078-1160)


La hoguera del amor 

 

Dura carga es el amor. /
          ¡Quién pudiera resistir! /
¡A las almas, guapos, dad /
          vida y se os alabará!
 

Los secretos del amor /
          sólo están en el mirar.
Unos bellos ojos ves /
          con la magia de Babel,
y te roban la razón, /
          con tu aguante se te van,
y has de ver tu corazón /
          maniatado y en prisión.

Los sayones del amor /
          hallan luego allí un cordel,
por tender tu corazón /
          en mitad del campo, igual
que el leñero suele hacer /
          con tocones. Hay después
siempre YESCA, pedernal /
          y eslabón con que encender.

Del desvío la vivaz /
          llama viénete a abrazar:
ves tu cuerpo crepitar /
          y tus miembros ves arder.
Si agua pides al amor /
          para aquel fuego apagar,
viene el fuelle del desdén /
          y lo atiza: buf buf buf.

Quien de un chico se prendó /
          bien se tiene que humillar.
Cara en tierra ha de poner, /
          lisa bien la ha de dejar.
Tan fatal es como que /
          suenen piedras al caer,
o que el humo del hogar /
          tizne deje en la pared.

Compasión, guapos, sentid /
          por quien muere de pesar.
Ese duro corazón /
          para amantes ablandad.
Apiadaos del galán. /
          No busquéis más que la paz.
Buena siembra habéis de hacer: /
          segaréis lo que sembréis.

Todo guapo debe ser /
          cariñoso, muy leal,
sin desmayo en el querer, /
          ni veleta ni falaz.
Mas si muéstrate desdén, /
          ¡sus, bendito sea el Nabí!,
no se pare tu corcel: /
          ¡desenvaina ya atacar!

Cada cual va con su par; /
          pero yo, ¿a quién quiero yo?
A un garzón como no dio /
          nuestro tiempo nadie igual.
Se prendó la luna al ver /
          de su cara la beldad,
y cualquier guapo es feliz /
          su hermosura al contemplar.
 
 
 

   incluido en Amores iguales. Antología de la poesía gay y lésbica. Panorama general (La Esfera de los libros, Madrid, 2002, selec. de Luis Antonio de Villena, trad. de Emilio García Gómez).
 
 
 
 
 
(Fuente: Asamblea de palabras)

miércoles, 30 de octubre de 2019

Yevgueni Yevtushenko (Rusia)


El ultimo intento

 


El último intento de ser feliz
ciñéndome a todas tus curvas, todas tus sinuosidades,
a la blancura trémula y balbuceante
y a las bayas con el opio del saúco.

El último intento de ser feliz
como si mi fantasma, al filo del abismo,
quisiera saltar huyendo de todas las ofensas,
allá donde hace mucho estaba yo arruinado.
Allí sobre mis huesos rotos
se posa una libélula,
y las hormigas visitan tranquilamente
las cuencas de lo que ayer fueron mis ojos.
Ya me hice alma. Ya no estoy en mi cuerpo.
Escapé a mi prisión de huesos
pero me hastían los fantasmas
y otra vez me llaman los abismos.
Un fantasma enamorado ahuyenta más que un cadáver.
Pero tú no te asustaste sino que comprendiste
y juntos nos hemos arrojado como a un abismo
y el abismo desplegó unas blancas alas
que nos levantó sobre la niebla.
Y estamos tendidos juntos, no en la cama
sino en la niebla que apenas nos sostiene.
Soy un fantasma. Ya no se quiebra mi cuerpo
pero tú estás viva y temo por ti.
Otra vez revolotea el cuervo fúnebre
en espera de carne fresca, como en el campo de batalla.
El último intento de ser feliz.
El último intento de amar.




(Fuente: Los poetas malditos)

José Emilio Pacheco (México)


Niños y adultos



A los diez años creía
que la tierra era de los adultos.
Podían hacer el amor, fumar, beber a su antojo,
ir a donde quisieran.
Sobre todo, aplastarnos con su poder indomable.

Ahora sé por larga experiencia el lugar común:
en realidad no hay adultos,
sólo niños envejecidos.

Quieren lo que no tienen:
el juguete del otro.
Sienten miedo de todo.
Obedecen siempre a alguien.
No disponen de su existencia.

Lloran por cualquier cosa.
Pero no son valientes como lo fueron a los diez años:
lo hacen de noche y en silencio y a solas.

Leonard Cohen (EEUU)



A veces cuando la noche es lenta
Los miserables y los mansos
Recogemos nuestros corazones y vamos
A mil besos de profundidad
Confinados al sexo, nos apretamos contra
Los límites del mar
Entonces vi que no quedaban océanos
Para carroñeros como yo
Alcancé la cubierta de proa
Y bendije al resto de la flota
Consintiendo naufragar
A mil besos de profundidad
Hago la calle, me estoy pinchando
He vuelto a Boggie Street
No creo que te cambien los regalos
Que tendrías que haber guardado.
Tu recuerdo es fragante
Tu ficha está completa
A excepción de lo que olvidamos hacer

Y a veces cuando la noche es lenta
Los miserables y los mansos
Recogemos nuestros corazones y vamos
A mil besos de profundidad.

Luis Benítez (Buenos Aires, 1956)




Los ojos de Rimbaud


Azules, de bárbaro. Hoy cantan para ti
los suaves trinos y en el taller literario
adelgaza la voz el papagayo: conmovida
endulza las Grandes Miradas su lección de confitero.
De este lado rezamos por ti hincados ante un lobo:
que la bella ciencia es una habitación que da a lo oscuro
y el hombre, ese acertado inconstante,
es apenas unos pocos pasos que por ella van y vienen.
Hoy que las profesoras de letras olvidaron todo
lo que saben de ti los presidiarios
y el vago que, a riesgo de ser aplastado por los automóviles,
detiene la metáfora de su paso por recoger el milagro
de una hoja, sin alcanzar a explicárselo;
hoy que apenas los ascensoristas
se levantan de entre los demás,
hoy que esta loca materia aparece ahogada y vencida,
como lo estuvo siempre, como va a estarlo siempre,
flotando sobre las aguas de los números;
hoy que en tusa selvas vírgenes arraigaron los casinos
y suena música disco en todas las Áfricas tonantes,
hoy que en la calle 88 y Broadway una horrible fulana te pasea
impreso en su remera, sonriente con toda la Gloria Americana,
hoy que encuadernado en cuero y con letras doradas
te exhiben los dentistas en sus huecas bibliotecas
y te honran a su modo, repartiendo venenos por las calles
del mundo los ágiles traficantes,
hoy que caen los muros y todas las posteridades se desploman,
hoy que la Historia, esa vieja enemiga,
se ríe de nosotros diciendo que no existe,
como en tu tiempo repetía el Diablo;
hoy que los blandos músculos de los diputados
pueden arrojar al mar, si quieren, a miles de forzudos extranjeros,
hoy que la tímida democracia probó ser más efectiva que los reyes,
hoy que todos por fin somos buenos
y alza su copa radiante el rosado, negro, amarillo y cobrizo
banquete de la vida, más allá
de los caritativos grupos que intentan el soneto,
a través de las bibliotecas barridas por el polvo y las secretarias,
sin dactilografía ni voz ni esperanza ni objeto,
cruzan las geografías dos luces gruesas y potentes
anillando la Tierra. No por el símbolo sino por la mirada
eres como el dios de plástico que cuelga de su pared el asustado,
para que esos Ojos le sigan por la casa. Para nosotros
los mínimos, para nosotros los pocos, para nosotros los débiles,
que sólo queremos estar ociosos, tus párpados están
siempre abiertos, hermano desdeñoso,
Jesucristo el Terrible,
hoy que es una vergüenza tener hambre
siguen mirando lo mismo tus fanales salvajes.



(Fuente: Buenos Aires Poetry)

Otal Susi (Venezuela, 1886 - 1933)



III

T O N A D A S

:
A Doña Ana Padlesak de Vollmer
O. S. — París, 24 de julio 1932
:

Stridor

A Mademoiselle Genevieve Gaillard
Tú que de negro metal rechinante te vi madrúgadala :
Máquina sola cantando tu humo es pos de las núbeste.
Ténder cargado de fuego que rápido ruedas y súbeste
Aspid que pica del monte los senos con lengua dorádala !
Léjos del pueblo nativo tu cinta de largos wagónesme
Flauta de tablas lanzada en pos de sus notas agúdaste
Siempre rodando llevóme ligera a las olas desnúdaste :
Fúlgidas cantan al puerto canción de sirenas y rojos tritónesme
Salve mi Monte cobalto nevado ! Mi páramo tristeme !
Ola de tierra que al Cóndor abrigas hiératico y hóscolo
Como si fuera un Dios cansado que Egipto nos dísteme !
Alto Paracleto gris que ciérnese sobre las néblalas
Huido del arca del tren que riachuela hispido y fóscolo
Luz sembrando en todas las jóvenes plácidas puéblalas !
…………………………………………………………………………………………………………………..(25028) 09.
:
:
:
:

Kermesse

A Ernesto Braun
in memoriam
Ho-i-o !
Año 5492
En San Wedulfo…
Biliken al calendario…
Su procesión anuncia la sirena
Provincia…
Biliken es el Gran Dios…
Chofer oscuro…
Fundó palacios…
Martirio tuvo en la Silla Eléctrica…
Ho-i-o !
Es el patrono…
Muerto subió a la Luna…
Lo adora toda la Humanidad…
Hoy es su Fiesta…
Cada esquina
su tienda adorna…
« A LA OTRA VIDA » : Las Pompas Fúnebres
exhiben urna de raso…
Para los muertos de repente…
Salchichería…
En jamón talla miles de rosas…
Como camándula morcilla oscura…
Panes de grasa…
Pirámides de Desierto…
La lechería…
De queso blanco una gran paloma…
Al cuello una ubre…
Canoas de oro : cachos de calabaza…
En mar de crema…
Carnicería…
Un corazón…
Becerro de Oro, no de Jesús…
Ojos de bueyes, fórmanle marco…
Múu… Múu… Llóralos la sirena…
El cortejo camina : mecánicos patines
que ronronan veloces para ser más amorosos…
Incienso : llamaradas que da el petróleo crudo…
Flores : centenares de clavetas cromadas
que tlin ! tlines ! producen en el lento cortejo…
Oran los pecadores, contra el Santo Biliken…
Los absuelve automático un severo parlófono…
Pero agota su cuerda la rubia manicura…
Y brotan en el aire oraciones en clave
Vértigo el Yo pecador y el Padrenuestro :
« Yodofi  Glesiro  Culpatar  Malkola  Resurrectio
«Senotesco  Purgario  Venialmen  Mortalóles
« Erdonar  Totalec  De  mea  culpa  mea  culpa  !
« Paternos  Celem  Santibo  die  Oluntas  cámen
Y cada fiel rezando tartamudea telégrafo.
El cortejo sin cura termina su misa
Y todos se quedan igual de ladrones !
Biliken protege siempre a San Wedulfo
Viva la kermesse con su fiesta ancha
Con sus attracciones absorbe a los fieles…
El Jipijip…
Monta el enterrador.
Viendo los otros cuenta los ataúdes
Para el mañana
cuando rápidos se despeguen !
La Roscolita
Atrae por lóbrega :
Gritan mujeres dentro esa bulla !
La gente lenta pasa y repasa :
El carnicero con la lechera y el salchichero…
Mil ruidos !
Trin ! Tran ! Pom ! Pom !
Tácata ! Trápata ! Búm ! Bumb !
Cis ! Chas ! Chas ! Chas!
Con dolor de cabeza anda ahora el eco !
Mas se le quita !
Biliken como aspirina llueve furioso !
Allá en la noche calvo postigo cierra la luna
Y la kermesse se inunda de agua
porque los santo poco agradecen…
……………………………………………………………………… ……………

Stefan Markovski (Macedonia, 1990)


Último deseo para respirar 

 

El cráneo humano es una máquina
que construye ángeles de polvo dorado
para los que el aire es ya demasiado blando
tu ciencia enseña a las águilas a doblar
los nidos metálicos
olores cósmicos la absorben
mientras llueven las ecuaciones que clonan
el majestuoso hastío
tú eres el Cosmos al que colonizan las sombras
con un barco titánico sin tripulación
Oh, belleza del primer suspiro y último deseo para respirar.


 
 incluido en Vallejo & Co. (Internet, enero de 2019, trad. de Marco Vidal González). 
 
 
(Fuente: Asamblea de palabras)

martes, 29 de octubre de 2019

Albanella Chávez (Bolivia, 1985)


etérea 

 

nunca es posible explicar uno, dos, tres significados completos (toda una vida no bastaría). siempre es posible enredar las palabras lo suficiente, para hacer creer que entendimos. No entender es simple, lo más común del mundo. Entendemos lo que entendemos y no entendemos lo que no entendemos, ¿se entiende?
las cebras mueren mientras este primer verso
se masturba
corren se revuelven frenéticas
en éxtasis absurdo malhabido
sus nalgas se mueven
tiemblan
jadean
escupen
las manchas de las paredes observan excitadas
voyeristas de cal amarilla
mientras el piso gime con cada estocada
la lavadora de silencios voltea tu vida
voltea tu tiempo
lo engulle                                                        y vomita
las cebras se masturban
y aquí estamos viendo a los muertos de aquella pocilga
colgando del perchero

en cualquier caso, antes de todo esto, antes de empezar a asimilar y/o no asimilar los 3564,3 sentidos que podemos encontrarle a lo que vemos o escuchamos, existe algo así como un pre-sentido deambulando por ahí, o quizá más de 1000;
es eso que a veces llamamos tono de la palabra, entonación del verso, piel, venas, sangre, deseo, deseo, deseo...
de entender y de entendernos al mismo tiempo, aunque a veces sabemos antes de empezar que no vamos a entenderlo todo, que no nos vamos a entender del todo, que no vamos a comprender del todo ni a identificar del todo. no podemos vernos en la palabra como un espejo nítido, no es posible. no se trata sólo de palabras ni sólo de letras ni sólo de versos ni sólo de quién escribe.

no podemos vernos ni escucharnos ni leernos.          podemos dibujar líneas muertas sobre nuestro cuerpo vivo podemos trazar líneas          cóncavas,          convexas

                                                                                  pueden decir

poesía etérea erótica corpórea caleidoscópica polifónica dérmica

su verso es frágil, está compuesto de letras que forman palabras
sobreseídas de significar

son letras unidas en composiciones absurdas arbitrarias    tiránicas
inyectantes                                                                          suicidas

que mueren           al callar pero                                  viven respirando
sin hablar
agudas                  graves          esdrújulas
           pero

     ¿acaso nacen por combustión espontánea? ¿aparecen? ¿merodean? ¿se escabullen?

las letras nacen de tu mano que cincela un fuego que funde palabra
son las palabras las que te narran te asedian te acosan
son ellas las que aparecen                   emergen

          o ellas          sólo existen porque si
                          sea como sea, los sentidos aquí son incompletos
                       al final todos sabemos que la poesía existe porque si.
 
 


 
 
(Fuente: Asamblea de palabras).

lunes, 28 de octubre de 2019

Arturo Carrera (Argentina)


EL AGUA ROSILLA

                                              in memoriam Silvia Redondo


¿suena un teléfono?
Es imposible, aquí, en el campo.
A menos que obedezcamos
a otras razones, a otras malas costumbres
iconográficas.
Es un pájaro que suena igual;
o la mixtura informe de dos frases
trinadas, que saltan a la vez de un gaznate
abierto al cielo,
a otro...
volcando una materia multicolor y
tan densa en "estados" que...
Ningún orden nos vincula al pasado.
No obstante...Eramos el sentido
de una desaparición, la pérdida absoluta
del sentido: nos buscábamos como piedades
escondidas, todavía invisibles, todavía
impalpables.






LA FAMILIA
 
Sobre la familia
de un dibujo cortado en
los colores
El vientre cortado,
los juguetes.
¿Para qué volver a la unidad?
La naturaleza era la imitación del padre,
la mirada ilimitada de la Madre: y el amor,
aunque probablemente no era el amor, reclamó
una breve caída sobre otros silenciosos
tiempos.
Reclamó los niños que se hundían
en el follaje estrenduoso,
en la espuma de las ramas. Reclamó todo
lo que fingía, para sí breves vidas, y
toda la pequeña presencia que ardía,
todas las misteriosas nominaciones, todas
las mentiras fugaces de unos gestos en púas:
el campo destruyó el dolor
y eso se percibía como prueba de soledad
en el paisaje.
Después el pisoteo,
la masacre del deseo: el no poder
reducir a común denominador materno
el padre malo y el abuelo tramposo.
La mirada dulcísima en esa noche
que sólo se abriría para dormir...
que acaso ya no sostenía
un ritmo: grillos esquizofrénicos.
¿Amantes?
Cuerpo fascinante y pequeña dominación.
Vibración de unas caricias que todavía crujen
en nosotros como suavísimos derrumbes de luz.
¿Amantes?
Y en la felicidad de los gritos
¿quién consintió apoderarse
de un nombre único pero querellante?
¿Quién, durante la vida,
en el vapor urticante
de todo un secreto?




(Fuente: Revista El Humo)

Anne Sexton, USA (1928-1974)

La poeta de la ignorancia


Tal vez la tierra flote,
no lo sé.
Tal vez las estrellas sean figuritas de papel
recortadas por una tijera gigante,
no lo sé.
Tal vez la luna sea una lágrima congelada,
no lo sé.
Tal vez Dios sea una voz profunda
que los sordos oyen,
no lo sé.

Tal vez no soy ninguna.
Es cierto, tengo un cuerpo
y no puedo escaparme de el.
Me encantaría volar lejos de mi cabeza,
pero sobre eso ni hablar.
Está escrito en la tabla del destino
que permanezca acá, metida en esta forma humana.
Siendo ese el asunto,
quisiera llamar la atención sobre mi problema.

Dentro de mí hay un animal
que me agarra el corazón,
un enorme cangrejo.
Los médicos de Boston
metieron mano.
Probaron con escalpelos,
agujas, gases venenosos y todo eso.
El cangrejo persiste.
Es un gran peso.
Yo trato de olvidarlo, me ocupo de mis cosas,
cocino el brócoli, abro libros cerrados,
me cepillo los dientes, me ato los zapatos.
Probé con la plegaria,
pero cuanto más rezo más aprieta el cangrejo
y el dolor aumenta.

Una vez soñé,
tal vez fue un sueño,
que el cangrejo representaba mi ignorancia de Dios.
Pero ¿quién soy yo para creer en los sueños?


Versión: Isaías Garde




Anne Sexton - The Poet Of Ignorance


Perhaps the earth is floating,
I do not know.
Perhaps the stars are little paper cutups
made by some giant scissors,
I do not know.
Perhaps the moon is a frozen tear,
I do not know.
Perhaps God is only a deep voice
heard by the deaf,
I do not know.

Perhaps I am no one.
True, I have a body
and I cannot escape from it.
I would like to fly out of my head,
but that is out of the question.
It is written on the tablet of destiny
that I am stuck here in this human form.
That being the case
I would like to call attention to my problem.

There is an animal inside me,
clutching fast to my heart,
a huge crab.
The doctors of Boston
have thrown up their hands.
They have tried scalpels,
needles, poison gasses and the like.
The crab remains.
It is a great weight.
I try to forget it, go about my business,
cook the broccoli, open the shut books,
brush my teeth and tie my shoes.
I have tried prayer
but as I pray the crab grips harder
and the pain enlarges.

I had a dream once, 
perhaps it was a dream,
that the crab was my ignorance of God.
But who am I to believe in dreams?





(Fuente: Biblioteca Ignoria)

Otal Susi (Venezuela, 1886 - 1933)



Maremare

:
 A Tito Salas y Mariano de Madrazo
:Maremare se murió
Poel camino de Angostura;
Yo he visto su sepoltura
Pero no cuando expiró!
Salvaje’l inidio vivió
Contra’l español luchando:
Doscientos envenenando
Con el curare’e su flecha.
Su tribu no fue deshecha
Con Maremare atacando

Con Maremare atacando
Iba la Maremarita!
Ah! India brava pa bonita!
Al pelear siempre cantando
Y el grito e’ guerra lanzando:
Chichi parachi taiuro
Ji Maremare aicapuro
Viracocha chi chichara
!
Los indios ardía la cara
Y se atracaban reduro!

Y se atracaban reduro
Echando e valor raíces!
L’escupían en las narices
Al español tan seguro
Porque tenía el trueno duro
Del arcabuz traicionero!
Maremare era tan fiero
Que hasta asustaba las balas:
Él les quebraba las alas
Como si fuera de acero!

Como si fuera de acero
Su taturo abría cabezas.
La que golpeó patria en piezas
Y echaba un ay! Postrimero.
Maremare era ligero
Como el tigre pa comer,
Como el venao pa correr,
Como el cachicamo fino:
Derrotar quería al destino,
Por su tribu y su mujer!

A su tribu y su mujer
Maremare quería mucho.
El canto de amor yo escucho
D’ese cacique de ayer!
Al español dio qué hacer!
Cuando vio vana su fuerza
Cogió la gente dispersa
Y se retiró pal río!

La retirada – Dios mío –
Pa Maremare fue adversa!

Pa Maremare fue adversa
Porque la tribu creyó
Que al español derrotó:
Lo creyó gente mastuerza!
Ellos le echaban de berza
Cuando eran aji chirel!
Gente que secó laurel
Ese que crecer en la guerra!
Su sangre han dao a la tierra
Hasta quitarle la sed!

Para quitarle la sed
Su caballo echó Don Nuño,
El conquistador de puño,
Hacia el caño e la Merced.
De Dios estaba, creed,
Qu’ese día sola topara,
En la orilla a Maremara,
Que se estaba allí bañando…
Vio al Viracocha gritando
Se tapó el moño y la cara!

Se tapó el moño y la cara
Pero quedó tan sorpresa
Que Don Nuño la hizo presa
Y en l’anca se la llevara.
La Maremare cantara:

Tari tatari tarera
Qenachi tena quetera
Taturo chai Viracocha
.
Dulce como la melcocha
El canto e la prisionera!

El canto e la prisionera
El viento se lo llevó…
Maremare lo escuchó
Y la tribu toda entera.
Buscó en la cañamarguera
Por donde el viento cantaba…
El agua le contestaba
Y el cacique creyó muerta
Su Maremara despierta…
No sabía que ya era esclava!

No sabía qu’ella era esclava,
Que se sangre hubiera sido
El llanto que había vertido:
Si era e lágrimas de lava!
Solo Maremare estaba:
Como la palma en el llano,
Como en capullo el gusano,
Como cachicamo en cueva!
Era como Adán sin Eva:
Taba manco de la mano!

Taba manco de la mano
Que le agarró el corazón
Miren: las mujeres son
Labradas en maguey vano!
Maremare vio en el llano
– Brujuleando e descubierta –
A Maremara despierta!
Con Don Nuño iba a caballo;
Gallina ya de’se gallo
Y con su capa cubierta!

Y con su capa cubierta
De l’astucia de Don Nuño.
Fue Maremara a su puño
Después de una lucha cierta
Pero en su boca entrebierta
Nunca sintió beso e blanco,
Ni subile un fuego franco
Cuando la vio el español,
Con esos ojos de sol
Al cogela en el barranco!

Al cogela en el barranco
También le dijo después:
Tu cacique muerto es!
Ves la lágrima que arranco?
Peleó como un indio franco,
Pero con mis arcabuces
Muerto ha sido entre dos luces…
Mira sus flechas malditas
Con las que – ánimas benditas! –
A mi gente volvía cruces!

A mi gente volvía cruces
Y ella le puso ya una!
Fue la otra noche de luna…
En llorarlo no te aguces!
Quiero que en quererme te uses:
India, sé de tu español!
Quedo encandilá de sol
Y Maremara sencilla
Hablo en lengua e Castilla:
Esa que se habla con Dios

Esa que se habla con Dios
Hablaban en la emboscada
En que la tribu engañada
Cayó e Maremare en pos!
Ante Don Nuño la voz
Se alzó airada del cacique:
Chochoi apai liquilique
Viracochai pai taturo
!
Que maten a ese indio duro
Pa que se calle su palique!

Pa que se calle su palique
No fue con bala ni con lanza
Que la tropa hubo venganza
Y Maremare fue a pique!
Lo amarró con cuerda e fique
Y le cortaron la lengua
Desollando pa más mengua
La cara del indio altivo
Y echando el cuero vivo
Curare e su flecha luenga!

Curare e la flecha luenga
Fue a Maremare matando.
Él no supo cómo y cuándo
Su Maremara allí venga!
La muerte lo emperendenga
Y sin hablar pudo él
Ver al amor que fue d’el
Dando a Nuño un beso trique
Y era el último cacique
Y la primera india infiel!

Y la primera india infiel
No conoció alque moria:
Máscara roja tenía
Y ardiente como chirel!
Callado lo ahogó su hiel
Y en español la insultó
Y en indio cuando murió!
Yo he visto su sepoltura
Poel camino de Angostura…
Maremare se murió!
:
:

Margaret Atwood (Canadá, 1939)


Una mujer pobre aprende a escribir
 
.
Está en cuclillas, los pies desnudos,
abiertos, sin
gracia; la falda metida alrededor de los tobillos.
.
Tiene la cara marchita y agrietada.
Parece vieja,
más vieja que nadie.
.
Probablemente tiene treinta años.
Sus manos, también arrugadas y agrietadas,
garabatean con torpeza. Su pelo está escondido.
.
Escribe con un palo, laboriosamente,
en la tierra húmeda y gris,
mientras frunce, con ansiedad, el ceño.
.
Escribe letras grandes, anchas.
Ahí está, terminada,
su primera palabra hasta ahora.
.
Nunca pensó que podría hacerlo,
ella, no.
Eso era para otros.
.
Mira hacia arriba, sonríe
como disculpándose,
pero no lo hace; esta vez, no; ahora sí lo hizo bien.
.
¿Qué está escrito en el barro?
Su nombre. No podemos leerlo.
Pero lo podemos adivinar. Mira su cara:
.
¿Es una Flor gozosa? ¿Radiante? ¿Sol reflejado en el Agua?



(Fuente: El Hueso de la palabra)

Tochihuitzin Coyolchiuhqui (México, Imperio azteca, siglos XV-XVI)


Vinimos a soñar 

 

Así lo dejó dicho Tochihuitzin,
      Así lo dejó dicho Coyolchiuhqui:
      De pronto salimos del sueño,
      sólo vinimos a soñar,
      no es cierto, no es cierto,
      que vinimos a vivir sobre la tierra.
      Como yerba en primavera
      es nuestro ser.
      Nuestro corazón hace nacer, germinan
      flores de nuestra carne.
      Algunas abren sus corolas,
      luego se secan.
Así lo dejó dicho Tochihuitzin.


 
 
/ incluido en Trece poetas del mundo azteca (Fundación Editorial El perro y la rana, Caracas, 2006, selec. de Miguel León-Portilla). 
 
 
 
(Fuente: Asamblea de palabras)

domingo, 27 de octubre de 2019

Víctor Jara (Chile)


El derecho de vivir en paz




El derecho de vivir
poeta Ho Chi Minh,
que golpea de Vietnam
a toda la humanidad.
Ningún cañón borrará
el surco de tu arrozal.
El derecho de vivir en paz.

Indochina es el lugar
más allá del ancho mar,
donde revientan la flor
con genocidio y napalm.
La luna es una explosión
que funde todo el clamor.
El derecho de vivir en paz.

Tío Ho, nuestra canción
es fuego de puro amor,
es palomo palomar
olivo de olivar.
Es el canto universal
cadena que hará triunfar,
el derecho de vivir en paz.
en El derecho de vivir en paz, 1971

Elsye Suquilanda (Ecuador)



Barrio LSD


de los peculiares vecinos
de los libros de Kafka, Faust,
Marx, Trotsky,
de los túnel transterra
hasta el mismísimo Che Guevara
cruzan la pierna gratis por todo lado

los perros de nombre Einstein,
Nietzsche, Mozart, Julius
Hércules

la jungla salvaje,
el budista,
la cantante de ópera,
La tienda que vende comida gourmet para perros,
El Bar “Der Neuen Deutschpoeten”
¿porque tan vacío?

zapatitos con ruedas
camino de piedra

Oscar Schindler vivía a una cuadra de mi casa
exclama un hombre en la Raumerstraße a voz pelada!

43 años la vecina polaca - alemana
defendiendo a los animales
se rehusó a decir " hello hitclif"
cayó en cana sin temor,
una y otra vez.

El restaurant Frida Kahlo "comida mexicana"
pero que no es mexicana
más bien es una fusión turco-alemana

El escritor finlandés Seepovaara juega ajedrez
a los exteriores del bar griego Misirlou.

Me es tan familiar…
¿Es o no es el actor del film " los Educadores"
quien da un sorbo al café mañanero
en la panadería francesa?
Si! y recién me desayuno, que ha sido  mi vecino


El Lakino man
Los elfos de los kioskos
los bares, las tiendas vistosas,
los restaurantes
que abrazan con sus alas circulares a mi LSD



Lychenerstrasse, Schliemannstrasse, Dunckerstrasse

        Poemario: Agua de Mono Eau de Toilette Spree 2016
  

(Fuente: Bitácora del Párvulo)





sábado, 26 de octubre de 2019

Reinaldo Ferreira (Portugal, 1922 - 1959)


 I

¿Me preguntas quién soy? Soy astro errante
Que un sol dominante a sí llamó,
Y, ciego de su brillo rutilante,
¡Se quema en esa luz que lo encantó!
Mis pasos de inseguro caminante,
Sumisos a la mirada que los esclavizó,
Caminan para Ti en cada instante,
¡Y tú todavía preguntas quién soy!
Yo soy aquéllo que de mí hiciste,
Soy las horas sombrias que me diste
A cambio de la ternura que te di.
¿Me preguntas quién soy? En nombre de Cristo.
Yo nada soy, Amor, yo ni existo,
Pero queriendo tú, Amor, ¡Todo seré!


II

Contento nunca estoy; feliz no sé
Si existe alguien en este o en otro mundo.
Voy hacia la Nada, soy de la Nada oriundo,
Y entre dos Nadas  la desventura es Ley.
De la cobarde esperanza emancipé
La previsión de mi destino inmundo.
Soy consciente del mal en que me hundo,
Y consciente del mal continuaré.
Ni revuelta me queda, apenas prisa
De convertirme en pieza quieta
En el rodar cósmico nefasto y loco.
Después quiero dormir un sueño enorme
Que para una aflicción que nunca duerme,
La muerte, bien temo que sea poco.
______





El punto

Mínimo soy,
Mas cuando a la Nada presto
Mi realidad elemental,
La Nada es sólo el resto.


Nota: este poema está escrito en la lápida del propio escritor en la ciudad de Maputo, Mozambique.
______

Liliana Ancalao (Chubut, Argentina, 1961)



detrás de los párpados


detrás de los párpados queda la vigilia detenida
en el sueño un haz de luz centellea
y sospecho
que un paso más acá están las respuestas
recuerdo que en sueños
puedo volar
y vuelo
sobre escaleras rotas  alturas silenciosas
y hombres que espían
¿qué fui yo?
¿qué delicados pies tenía
que corría sobre el cuerpo de la nocheaire?
¿qué mensaje llevaba?
¿qué vértigo me hundió los ojosmiedo?
¿qué burla corrosiva tocó mi hombro
y me abandonó despierta en la otra orilla?
¿alguien fue enviada en mi lugar?
¿alguien curó mis alas rasgadas por el silencio?

que no supe llegar a destino
y que se desarmó mi vuelo leve y blanco en la neblina
y que estoy condenada en cada sueño
a repetir el intento
hasta que pueda
fervorosa
traspasar en vuelo los párpados de la vigilia
y me gane
amanecer al mundo
con dos cicatrices en la espalda



Traducción de Víctor Cifuentes, en La memoria iluminada: poesía mapuche contemporánea, edición de Jaime Luis Huenún, CEDMA Ediciones de la Diputación de Málaga, 2007. 

José Emilio Tallarico (Argentina, 1950 - 2019)


VARIACIÓN SOBRE EL TIEMPO


Ningún paraíso podría resistir
el paso del tiempo.
Ninguna música.
No sólo los bichos cansan,
también los milagros.
Esta sencilla variación de mi vida
que supone alcanzar algo legible
en las líneas trazadas sobre un colectivo en marcha,
me cansará muy pronto, obvio.
Pero ha subido un símil
de “La paseante” de Charles Baudelaire
-la de piernas marmóreas-,
y yo lo escribo aquí porque ella es tal como la imaginé
cuando leía ese poema.
El Poeta fue capaz de amarla
como yo a lo blanco o a la delicadeza de un rostro,
o a esa distancia lírica que media
entre un perfume y su derroche.
Ella lo sabe, no parece cansarla esta mirada.
Y yo también lo sé.
De un modo parecido –escribo- se construyó la eternidad.

Roberto juarroz (Argentina)


Segunda Poesía Vertical .69 :




Cada uno se va como puede,
unos con el pecho entreabierto,
otros con una sola mano,
unos con la cédula de identidad en el bolsillo,
otros en el alma,
unos con la luna atornillada en la sangre
y otros sin sangre, ni luna, ni recuerdos.
Cada uno se va aunque no pueda,
unos con el amor entre dientes,
otros cambiándose la piel,
unos con la vida y la muerte,
otros con la muerte y la vida,
unos con la mano en su hombro
y otros en el hombro de otro.
Cada uno se va porque se va,
unos con alguien trasnochado entre las cejas,
otros sin haberse cruzado con nadie,
unos por la puerta que da o parece dar sobre el camino,
otros por una puerta dibujada en la pared o tal vez en el aire,
unos sin haber empezado a vivir
y otros sin haber empezado a vivir.
Pero todos se van con los pies atados,
unos por el camino que hicieron,
otros por el que no hicieron
y todos por el que nunca harán.

Jorge Eduardo Eielson (Perú)


Ceremonia solitaria alrededor de un tintero:




Todo el mundo huye de mi corazón
Porque parece un cocodrilo. Todo el mundo dice
Que no soy un hombre sino un árbol derribado. Nadie sabe
Que entre mis ojos de niño y mi pecho cansado
Hay solamente musgo, llanto, flores indecibles,
Versos que parecen de oro puro
Y no son sino fragmentos de una estrella de papel.
No es culpa mía si estoy hecho de cristales amargos,
De irremediable ceniza y líquidos ardientes
Que se disputan mi ternura y sin cesar empujan
Dolorosas poleas, émbolos y ruedas escarlata.
Soy solamente un puñado de tierra que tropieza,
Un insolente juguete de cabellos negros
Y dientes amarillos. No es culpa mía
Si no parezco de carne y hueso, si bajo mi sombrero
Y mi pantalón gastado palpita un cielo puro,
Si todo el mundo dice que no amo a la gente
Porque me pongo una corbata y observo el firmamento,
O porque estoy hecho de sustancias aciagas,
De sonrientes materias que sollozan y sollozan
Y sollozantes materias que sonríen y sonríen.
Soy solamente un animal que escribe y se enamora,
Un laberinto de células y ácidos azules,
Una torre de palabras que nunca llega al cielo
Porque no toca ni se apoya en los luceros,
Sino en mi pobre corazón siempre en tinieblas,
Siempre en el fondo de un tintero,
Como si fuera un cocodrilo

ceremonia solitaria entre papeles y palabras
Completamente solo entre papeles
Repletos de palabras
Entre alimentos que se vuelven sueños
Uñas excrementos
Y alimentos que se vuelven llanto
Huesos pensamiento
Entre cortinas que se abren
Como amaneceres y cortinas que se cierran
Como cicatrices. Solo entre sombras
Semejantes a otras sombras
Sombras de objetos que no son objetos
Sino torbellinos
De materias que sollozan y que tosen
Y que nunca fallecen
Siempre entre sombras entre sombras solamente
Acariciando una pared cualquiera
Un puñado de tierra en el bolsillo
Células muertas que antes fueran padres y madres
Tíos hermanos amigos
Ahora convertidos en palabras
Completamente solo entre fragmentos
De personas que no son personas
Sino racimos de botones e intestinos
Persiguiendo el mundo entero
En el fondo de un tintero
Hasta llegar al fin de la escritura
En donde muere la palabra
Y se levanta soberana la sonrisa
De la nada la misteriosa pelota de papel
Que ahora aprieto nuevamente
En una mano





(Fuente: Los poetas malditos)

José Antonio Mazzotti (Perú, 1961)


La—mer 

 

Cómo empezar siquiera a pensar en decirte los moluscos de fuego
Que penetran tu memoria como chavetas deschavadas en la dicha
De la fusión de tu sabor salado y mi sabor salado y del sabor salado
De la conciencia perdida en el pozo verdusco de la infancia divina

Te hundes hacia el centro de la tierra con la facilidad del diluvio
Curvándote en ondas orondas que acarician los rayos hasta perder
El brillo de su oro en la similitud de la cueva su calor en el hielo
De redoma incognoscible donde nadan los mariscos invidentes

El silencio absoluto y placentero del primer día de la creación
Amanece en tu costilla asomando la cabeza del lejano anfibio
Que llevará ese silencio en la espalda como el manto de la eternidad
Dibujando su cola de esmeralda la imagen más oscura del deseo

Brilla su saludo orgánico de inversa nube su exquisita catadura
Irregular su timidez profunda que se moja de puro diamante
Penco de posishon por la derecha y posishon por la izquierda
A todos lados zumbando en el vaivén de los dióscuros esquivos

De ese bailar y venir nacieron los estíos electrónicos los haikai
Marinados risa franca de vino en las arenas turbias de la brisa
De su tonsura refrescada en lino y aromas de lavanda esponjas
Antediluvianas donde repta la lengua como una lula feliz

Los barcos que recorren tus ramas como alcatraces abiertos
Cuentan de tus playas donde el sol se pone tarde donde asoma
La luna en su reflejo tendiendo el camino para subir a besarla
Así acabe en sangre el intento de su mancha escandalosa

Esa luna se hunde en tu fosa para significar muerte y resurrección
Para esperar la hostia que purificará su rostro marcando su círculo
Cerrado e imperfecto sus cabellos dejados al aire como una bandera
Que agitará su cuerpo refinado de acróbata impertérrita y terrible

Abre tu misericordia Señora de las Aguas para que se refresque
Su trompa de roca de planeta en curso de colisión para que empiece
Una vez más el caos en el que todo nace en el que se cocinan los
Más exquisitos potajes las pociones inauditas las caricias perdidas

Saltarán los voladores y los martilleros buscarán imitarlos comerán
Su carne los escualos de afinados dedos los salmones del verano
En un bailén de vides y brisa briseida de mamparas de cristalería
Y tardes de fuego adorando al dios que se hunde en su alcancía

Cantarán los corales de ventosas rosadas por donde hoza la luz
A limpiarles los dientes a pulirlos para la fotografía para las eternas
Amebas que reposan complacidas por el pecado original por la manzana
Que excede su caída atravesando las estrías subterráneas y el abismo

Bailarán los crustáceos crocantes su cuerno de la abundancia su corona
Crónica de cantos simultáneos de primera eucaristía en el altar mayor
Mitra que se conecta con la fuente eléctrica de la ambrosía su imán
Potente de lava atemperada y pura donde muere la soledad del mundo

Comeremos ricosamente frutas innombrables porque su miga delicada
Hablará sola de las sonoridades que rasuran su sonrisa velluda su savia
Dispuesta para el manjar predilecto donde comulgan las almas perdidas
Redimidas ahora por el pacto sagrado de la música de la laguna esférica

Saludaremos la transustanciación en los pies de la especie sorprendida
De plata fundida en el fondo del bostezo umbrío de la parafernalia
De sus afanes / de su andar / de sus trenzas de carabela portuguesa
Pintando en las ondas el brillo de su espuma como un aerolito pálido

Mama Qucha todopoderosa que tragas monedas ahora tus islas plásticas
Se adueñan de las costas infantiles y enredan los cardúmenes ahítos
Soplan el solideo con la panza eólica avisan a los titanes furiosos que
Lloverán a adueñarse de los últimos recodos de la espuma amarilla

Saltan rocas de fuego como lluvia de invasores perfectos / espaciales
Alfan alfiles al fondo del funicular los buques tanques de tu partida
Se abolsan tus arrugas con sorpresa adolescente y se solazan firmes
En tus lamidas a la orilla que dejan su baba rojiza y sueños remendados

Esa mantarraya de cola interminable encrespa la aguja y va clavando
Su estirpe radioactiva ensartando los pez espada suavecito con la lengua
Afuera gritando a la parrilla los ojos desorbitados de espanto y pus
De botellas de oídos rayados por la cuchilla en la puerta del auto

Adónde Mama Qucha te han llevado como la momia de Mama Waku
Para activar los campos granados de barbas doradas bajo el equinoccio
Y el paso tranquilo al mundo de abajo donde pululan las erinias
Esas señoras que arpillan sus dedos para clavar la caricia imperceptible

Hasta aquí te trajeron maestra de las profanidades donde se mezclan
Los jugos las acequias los desagües exhaustos de residuos de la chicha
Fermentada los esputos de rencor y los flujos virginales todos juntos
Con tus piernas abiertas los recibes y lavas como a recién nacidos

En ti se deposita el relámpago incondicional donde terminan sus vidas
Esos ríos profundos de sangre hirviente esas quebradas indolentes
De chorros turbios y de chorros claros que lavan sus chucherías en
El absoluto inabarcable como el nombre de Dios tu vientre bendito

Perdónanos nuestras deudas y vuelve a abrirte para que tu boca
Reciba el aire enlutado de las turbinas las antenas cortaviento las
Tardes de la melancolía por no verte desnuda en tu piel turquesa
Donde acoderan sus sombras los adolescentes hechizados de amor

Cada vena tuya cada tendón tuyo cada sudor de tus poros es la alegría
De los delfines y los tritones y los monstruos de las profundidades
Donde reposa el calor instantáneo en que el padre acudía infalible
Rescatando al infante de la ola y la madre lo envolvía en la toalla plumada

Como tu piel reposa así reposa el fin del mundo así reposa la mandrágora
Que explosiona en tu fondo cerrado y llama a la resurrección de la carne
La bendición de los diluvios donde el vidrio se transforma en la joya
De tu camino de fuego en la tarde en la que Cristo se arroja a la hoguera
 
 


         incluido en Ritmo (nº 20, julio de 2013, UNAM, México). 
 
 
 
 
(Fuente: Asamblea de palabras)

viernes, 25 de octubre de 2019

Angel Ortuño (México, 1969)



UN PROGRAMA EXCLUSIVO PARA PERSONAS CON MUY BAJO RENDIMIENTO ACADÉMICO Y QUE ESTABAN EN RIESGO DE SALIR DEL PROGRAMA



En una grabación de hace 34 años
yo tengo 13 y digo
que nunca entraría a un club que admitiera
socios como yo.
Ignoraba que esa era una frase
de Groucho Marx,
pero ya había fumado mis primeros cigarrillos
y también la soltaba lanzando humo.

Otro día de entonces me quedé tan borracho
sobre la mesa de una pizzería
que los meseros engraparon la cuenta a mi camisa
y mis amigos
dejaron el dinero sobre una de mis manos.

Quiero decir que el arte conceptual me ha perseguido
desde mi adolescencia.





EL ARTE EN LA DECADENCIA DE LA LITERALIDAD, LA OBVIEDAD Y SIMPLICIDAD DE IDEAS, OBRAS Y ACCIONES



Es un principio de debilidad
o ruina, ¿y yo qué puedo hacer
si a mí me gusta ver durante horas
la manzana podrida y el terror
de las manzanas
sanas
en la misma caja? ¿Si yo hago letreros
con polvito brillante alrededor de donde estalla
el salitre en las paredes? Es un principio
de debilidad
o
ruina cuando soy literal y veo un aviso
que exige “distribúyase
a lo largo del andén”
y me voy caminando porque no vale la pena descuartizarme
sólo para tomar un atestado tren.

Si yo soy un tarado que hace chistes cuando la musa le habla.


Reinaldo Ferreira (Portugal, 1922 - 1959)



Muchacha de ojos tristes


Muchacha de ojos tristes,
¿Qué es lo que tanto te hace llorar?
-El soldadito no vuelve
Del otro lado del mar.
Señora de ojos cansados,
¿Por qué la fatiga tanto el telar?
-El soldadito no vuelve
Del otro lado del mar.
Vamos, señor pensativo,
Mire la pipa que se apaga.
-El soldadito no vuelve
Del otro lado del mar.
Anda tan triste un amigo,
Una carta lo hizo llorar.
-El soldadito no vuelve
Del otro lado del mar.
La Luna, que es viajera,
Nos puede informar.
-El soldadito no vuelve
Del otro lado del mar.
El soldadito ya vuelve,
Está ya casi por llegar.
Viene en un cajón de pino.
Esta vez el soldadito
Nunca más se hizo a la mar.

Alfonsina Storni (Argentina, 1892-1938)


Alma desnuda 

 

Soy un alma desnuda en estos versos,
Alma desnuda que angustiada y sola
Va dejando sus pétalos dispersos.

Alma que puede ser una amapola,
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peñasco, una selva y una ola.

Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares,
Y duerme dulcemente en una grieta.

Alma que adora sobre sus altares,
Dioses que no se bajan a cegarla;
Alma que no conoce valladares.

Alma que fuera fácil dominarla
Con sólo un corazón que se partiera
Para en su sangre cálida regarla.

Alma que cuando está en la primavera
Dice al invierno que demora: vuelve,
Caiga tu nieve sobre la pradera.

Alma que cuando nieva se disuelve
En tristezas, clamando por las rosas
Con que la primavera nos envuelve.

Alma que a ratos suelta mariposas
A campo abierto, sin fijar distancia,
Y les dice libad sobre las cosas.

Alma que ha de morir de una fragancia,
De un suspiro, de un verso en que se ruega,
Sin perder, a poderlo, su elegancia.

Alma que nada sabe y todo niega
Y negando lo bueno el bien propicia
Porque es negando como más se entrega,

Alma que suele haber como delicia
Palpar las almas, despreciar la huella,
Y sentir en la mano una caricia.

Alma que siempre disconforme de ella,
Como los vientos vaga, corre y gira;
Alma que sangra y sin cesar delira
Por ser el buque en marcha de la estrella.

jueves, 24 de octubre de 2019

Joaquín Giannuzzi (Argentina)


Escuchando el laúd




Escuchando en el laúd la nota antigua
Uno ve poetas en el pasado pero no asesinos.
Ve la ingrávida sustancia incorporada
A la calamitosa energía de la historia
Y esta confusión no termina de aclararse.
Increíbles poetas entre nubes de sangre
Salvando a medias la verdad, dejando el resto
A la convicción del crimen general
Como un error que debe soslayarse. Cómo
Consiguió la belleza aislar las rosas,
Construir un recluso jardín incorrupto
Y dar materia a este cantor eterno.
Pero la estúpida crueldad y el martirio
No fueron cosas transitorias ni objetos irreales
Que pueden apartarse como una falla terrestre,
Una fractura en la roca, un paso en falso en el mundo.
Aquí están todavía, no en el mito
Y a su manera se empeñan en dar música.
Las cuerdas siguen sonando en medio de la masacre;
La vida corporal de esta madera finamente curvada
Es aceptada como un triste conocimiento.
El laúd rescata un engaño hasta el fin de los tiempos.




(Fuente: Biblioteca Ignoria)

Wislawa Szymborska (Polonia)


Notas para una expedición al Himalaya




Así, pues, esto es el Himalaya.
Montañas corriendo hacia la luna.
El instante del despegue detenido
en un cielo rasgado.
Un desierto de nubes lleno de agujeros.
Un golpe en la nada.
El eco: un mudo blanco.
Silencio.

Yeti, abajo es miércoles,
hay abecedario y pan,
dos y dos son cuatro,
y la nieve se funde.
Hay una manzana roja
partida en cuatro.

Yeti, entre nosotros
no sólo existe el crimen.
Yeti, no todas las palabras
condenan a muerte.

Heredamos la esperanza,
regalo del olvido.
Verás cómo entre ruinas
parimos niños.

Yeti, tenemos a Shakespeare.
Yeti, tocamos el violín.
Yeti, al anochecer
prendemos la luz.

Aquí, ni luna ni tierra,
y se congelan las lágrimas.
¡Oh, Yeti, casi hombre de la luna,
piénsalo y vuelve!

Así dije, a gritos, al Yeti
entre las cuatro paredes de avalanchas,
y para entrar en calor pateaba
en la nieve,
en la eterna.





(Fuente: Biblioteca Ignoria)

Pablo Picasso (España, 1881-1973)


20 agosto XXXV 

 

la persiana que el aire sacude mata jilgueros que vuelan les envía a golpear y manchar de sangre la espalda del cuarto escucha pasar la blancura del silencio que la muerte se lleva en la boca aroma de armonio su ala tira del pozo la cuerda
los jilgueros son el aroma que golpea de su ala el café que refleja la persiana en el fondo del pozo y escucha pasar el aire que el silencio de la blancura de la taza
el silencio escucha pasar el reflejo que el jilguero golpea en el pozo y borra en el silencio del café la blancura del ala

agita la cortina que se retuerce
baila el garrotín
cuando pichón entre dedos que aprietan
sacrifica
nieve que vuela en el horno
su bandera perpetua
 
 


     incluido en Poesía surrealista en español (Éditions de la Sirène, 
     Parías, 2002,  ed, de Ángel Pariente). 
 
 
 
(Fuente: Asamblea de palabras)