jueves, 28 de febrero de 2019

Ingeborg Bachmann (Austria 1926 – Roma, 1973)




Temprano mediodía

Callado verdece el tilo en el verano naciente,
muy lejos de las ciudades, rutila
la lúgubre luna del día. Es ya mediodía,
ya se agita el destello en la fuente,
ya se alza bajo astillas de vidrio
el ala ultrajada del ave de los cuentos,
y la mano deforme de lanzar la piedra
nos hunde la simiente que despierta.

Donde el cielo de Alemania ennegrece la tierra,
busca su ángel decapitado un sepulcro para el odio
y te sirve el corazón en un cuenco…

Un puñado de dolor se pierde en la colina.

Siete años después
te acuerdas de nuevo
en la fuente ante el portón;
no mires tan al fondo,
se te derramarían los ojos.

Siete años después
en una casa de muertos,
beben los verdugos de ayer
la jarra dorada hasta el fin.
Te hundirías con los ojos.

Es ya mediodía, en la ceniza
se doblega el hierro, en la espina
han izado la bandera, en la roca
de un sueño inmemorial sigue
forjado el águila.

Sólo la esperanza mastica cegada por la luz.

¡Záfale las ataduras,
tráela cuesta abajo, cúbrele
con la mano el ojo, que ninguna
sombra la chamusque!

Donde la tierra de Alemania ennegrece el cielo,
busca una nube palabras y colma el cráter
con silencio,
antes de que el verano la escuche en la llovizna.

Se va lo indecible, dicho en voz baja, sobre la tierra:
es ya mediodía.






Trad. José Aníbal Campos




(Fuente: Caína bella blog)

Edgar Lee Masters (EEUU)




La colina


¿Dónde están Elmer, Herman, Bert, Tom y Charley,
El débil de voluntad, el de brazos fuertes, el payaso, el borracho, el peleador?
Todos duermen en la colina.

Uno murió de fiebre,
Uno ardió en una mina,
Uno fue asesinado en una pelea,
Uno murió en prisión,
Uno cayó desde un puente, cuando trabajaba para su mujer y sus hijos-
Todos, todos duermen, duermen, duermen en la colina.
¿Dónde están Ella, Kate, Mag, LIzzie y Edith,
La de corazón tierno, la de alma simple, la bulliciosa, la orgullosa, la feliz?
Todas, todas duermen en la colina.
Una murió en un parto vergonzoso,
Una a causa de un amor frustrado,
Una en un prostíbulo a manos de un bruto,
Una con su orgullo roto, persiguiendo el deseo de su corazón;
Una, después de una vida alejada en Londres y en París,
Fue traída a este pequeño espacio junto a Ella y Kate y Mag-
Todas, todas duermen, duermen, duermen en la colina.
¿Dónde están el tío Isaac y la tía Emily,
Y el viejo Towny Kincaid y Sevigne Houghton,
Y el mayor Walker que había hablado
Con los venerables hombres de la revolución?-
Todos, todos duermen en la colina.
Trajeron a sus hijos muertos en la guerra,
Y a sus hijas aplastadas por la vida,
Y a los huérfanos, llorando-
Todos, todos duermen, duermen, duermen en la colina.
¿Dónde está Jones, el viejo violinista,
Qué jugó su vida durante noventa años,
Afrontando las nevadas a pecho descubierto,
Bebiendo, alborotando, sin pensar en esposa ni en familia,
Ni en el oro, ni en el amor, ni en el cielo?
Acá lo tienen, balbucea sobre el pescado frito de hace mucho tiempo,
Sobre las carreras de caballos en Clary's Grove de hace mucho tiempo,
Sobre lo que Abe Lincoln
Dijo una vez en Springfield.



Versión: Isaías Garde



(Fuente: Biblioteca Ignoria)

miércoles, 27 de febrero de 2019

Ezra Pound (EEUU)


Los Ojos

Descansa Maestro, porque estamos cansados, cansados
y nos gustaría sentir los dedos del viento
sobre estos párpados que yacen sobre nosotros
extremadamente húmedos y pesados como el plomo.
Descansa hermano, ¡mira cómo se libera el amanecer!
La llama amarilla empalidece
y la cera comienza a agotarse.
Libéranos, porque afuera hay colores agradables,
el verde musgo color madera y los colores de las flores,
y la frescura debajo de los árboles.
Libéranos, porque perecemos
en esta eterna monotonía
de feas marcas de impresión, negras
sobre pergamino blanco.
Libéranos, porque existe alguien
cuya sonrisa vale más
que toda la antigua sabiduría de tus libros:
y a ella nos gustaría mirarla.


(Trad. Juan Arabia)

martes, 26 de febrero de 2019

Roberto Bolaño (Chile)








El rey de los parques




¿Qué hace un tipo como tú en este lugar?
¿Planeas un crimen?
¿Pasó por tu cabeza la idea de entrar en aquella casa
silenciosamente, forzando una ventana
o por la puerta de la cocina?
Ya no eres el rey de los parques y jardines,
tu rostro está en los archivos de la policía
y con sólo apretar un botón la computadora escupe
una fotografía tuya de frente
y de perfil.
Ya no eres el rey de los parques, escúchame, un botón
y caes entre los dientes de la máquina, tu jeta
en la retina de todos, sargentos de la brigada criminal
y forenses, enfermeros y fotógrafos, peritos de la
policía científica y espaldas cuadradas que vigilan
las puertas del paraíso:
sombras crepusculares
que intentarán evitar una nueva caída. Sombras que dicen:
no te metas en líos, sonofabich, sigue recto bajo los reflectores
y no mires atrás.
en La Universidad Desconocida, 2007


(Fuente: Descontexto blog)








Mitko Gogov (Macedonia, 1983)




Las siluetas rotas.




[solo una breve oración]


cuando estás en silencio es cuando más hablas
cuando sueñas es cuando más observas
los elefantes y su orquesta se despiertan en ti
por primera vez los cazadores tienen miedo
del propio sonido de la victoria.
mira en tu interior mientras intentes no pisar la hierba.
en la habitación huelen todas las noches
que no logramos crear. las estrellas se quedaron dormidas esperando
en el suelo. en los sucios azulejos están aún las huellas,
la insignificancia se esconde como una sombrа entre los resquicios.
nos iremos sin habernos enfadado con
las flores, ni con el baile que transformó el violeta en amarillo.
en el ventilador de la noche dejamos caer una oración más:
un polvo mental
que en el cosmos representa el sueño más triste.



Pasando el relevo poético


(la alarma para la supervivencia de la humanidad está activada)
la sirena del miedo terrorífico
de las torres de vigilancia del subconsciente
da el toque de queda.
el cerebro se convulsiona, se encoge el estómago:
la comunicación poco a poco se va desvaneciendo.
bajo el puente de las expectativas,
como si unos mendigos cosidos a parches en el universo
con gratitud cantaran himnos de rebelión.
las cuerdas vocales de las intrépidas personas
sin huesos retumban de dolor
no existe porra más fuerte que la última
lágrima echada por la vida de los nocturnos fugitivos del hogar.
los tiranos, estos profanos jinetes de la muerte,
estos secuestradores terrenales de la visión
de la salvación del espíritu,
en lugar de apoyar el salto angelical
para poder ver así las alas que apuntan a los cielos,
con un látigo destruyen la médula ardiente del siglo
los pensamientos, aquellos frágiles eslabones,
que poco a poco se van separando
del cuerpo de la conciencia,
se golpean contra las rejas
como pájaros encerrados. no vuelan, sufren.
En un agujero seco enterramos,
sin semillas,
sin agua,
todos los males, los pecados.
no hay lluvia, ni siquiera una inundación que pueda
barrer la insolente huella inhumana.
¿cuántas veces más seguiremos legitimando
el horror de este nuestro mundo?



Legitimando el horror


en los sillones están sentadas las siluetas rotas
de los esclavos del abismo:
un público enmudecido con número de serie.
cada nuevo paso en la vida amarga lo saludan con un aplauso.
el día a día pincha por todas partes.
transformado en un cactus afilado
que mantiene todas sus agujas venenosas
apuntando hacia nosotros.
en un trance caótico la gente se arroja
con sus negativas peculiaridades.
de cualquier acto malicioso
se enorgullecen,
lo glorifican.
si hubiera que concederle una orden a este tiempo,
ésta sería seguramente la orden de la autodestrucción.



DRAGÓN Y LUZ


Viejos dragones transitando,
nuevas estrellas naciendo

Las almas levitan
entre los sonidos de la atemporalidad.
En nuestros cuerpos se esconde un universo
preparado para dar vida
a la luz.

Instantes de un silencioso derrame de tranquilidad,
los manantiales se van llenando de nuevos sueños.
En la mente germinan nuevos horizontes,

un polvo de cristal de alas
está jugando con la humanidad.



:anatomía del calor


porque los códigos están mezclados,
porque el verdadero pensamiento es
sustituido por alguno aparentemente
importante.
Porque somos patriotas generados
por la historia no escrita.

Es por ello porque somos polvo insignificante,
una moribunda estrella olvidada:

el deseo maya de renacer.

En algún lugar por la amplitud de las arterias
jugamos a calentarnos:
como los ladrillos y la lana de vidrio
en el hornillo.

Anatomía del calor.

Me veo identificado en cada poro
de los árboles,
el centro de mi hogar lo voy buscando
por los campos secos y agrietados.
Después creo de los terrones el sistema planetario,
el universo de ocultas aguas subterráneas

Mi Cosmos





Traducción, Marco Vidal González

(Fuente: Vallejo & Co.)

lunes, 25 de febrero de 2019

Allen Ginsberg (EEUU)


Letanía de ganancias bélicas
[Allen Ginsberg]
Para Ezra Pound

Estos son los nombres de las compañías que han hecho
dinero en esta guerra
milnovecientossesentaiocho Annodomini cuatrocientos
ochenta hebráico
Estas son las Corporaciones que se han beneficiado del comercio
con fósforo que arde en la piel o de ojivas fragmentadas
en miles de punzantes agujas
y aquí enlistados los millones ganados por cada sociedad de
manufactura
y aquí las ganancias numeradas, inventariadas desde hace una década
puestas en orden
aquí nombrados los Padres en oficinas de las industrias, teléfonos,
dirigiendo finanzas
nombres de directores, hacedores de destinos y los nombres de los
accionistas de estos Agregados destinados,
y aquí están los nombres de sus embajadores en la Capital
representantes ante la legislatura, esos que se sientan bebiendo
en lobbies de hotel para persuadir
y aparte, enlistados, aquellos que dejan caer Anfetaminas con
milicias, chismes, discusiones,
y persuaden sugiriendo políticas, nombrando lenguaje,
proponiendo estrategias,
pagados como embajadores del Pentágono, consultores
militares pagados por su industria:
y estos son los nombres de los generales & capitanes militares,
quienes es sabido trabajan para los que manufacturan la guerra
y sobre éstos, enlistados, los nombres de los bancos, sociedades,
fideicomisos de inversión que controlan estas industrias:
y estos son los nombres de los periódicos propiedad de estos
bancos
y estos son los nombres de las estaciones de radio propiedad de esas
sociedades;
y estos son los números de miles de ciudadanos empleados
por las empresas nombradas;
y el inicio de este recuento es 1958 y en final
1968, que el inactivo sea contenido en una mente ordenada,
coherente y definida,
y el primer formulario de esta letanía comenzó
el primer día de diciembre de
1967 y lleva este poema más allá de estos Estados.
1ro de diciembre, 1967.

War Profit Litany
To Ezra Pound

These are the names of the companies that have made
money from this war
nineteenhundredsixtyeight Annodomini fourthousand
eighty Hebraic
These are the Corporations who have profited by merchan-
dising skinburning phosphorous or shells fragmented
to thousands of fleshpiercing needles
and here listed money millions gained by each combine for
manufacture
and here are gains numbered, index’d swelling a decade, set
in order,
here named the Fathers in office in these industries, tele-
phones directing finance,
names of directors, makers of fates, and the names of the
stockholders of these destined Aggregates,
and here are the names of their ambassadors to the Capital,
representatives to legislature, those who sit drinking
in hotel lobbies to persuade,
and separate listed, those who drop Amphetamine with
military, gossip, argue, and persuade
suggesting policy naming language proposing strategy, this
done for fee as ambassadors to Pentagon, consul-
tants to military, paid by their industry:
and these are the names of the generals & captains mili-
tary, who know thus work for war goods manufactur-
ers;
and above these, listed, the names of the banks, combines,
investment trusts that control these industries:
and these are the names of the newspapers owned by these
banks
and these are the names of the airstations owned by these
combines;
and these are the numbers of thousands of citizens em-
ployed by these businesses named;
and the beginning of this accounting is 1958 and the end
1968, that static be contained in orderly mind,
coherent and definite,
and the first form of this litany begun first day December
1967 furthers this poem of these States.
December 1, 1967


∇ Extraído de Allen GINSBERG, Collected Poems 1947-1997. Traducción de ©Odeen Rocha, 2016.


(Fuente: Buenos Aires poetry)

domingo, 24 de febrero de 2019

Betina Edelberg, (Bs As, 1921 – 2010 )




Contraposiciones

Me llamo esta cara que me precede
y un nombre
y una voz más allá que no es la mía.
Me llamo
mañana tengo que levantarme temprano
y no me alcanza el tiempo.
Ir y venir,
otra vez irme
-esa tristísima impresión de renuncia,
de estar yéndose de todas las cosas-,
y de pronto un amigo.
Pero también soy
algún sueño que me dibuja,
la noche
que me pesa hasta tropezar con mi piel,
el blanco sol de invierno
despertándome a la dulzura.
Soy
cada última esperanza,
el minuto ansiosamente perdido
-de pronto demorarse a pesar de-,
el ocio aunque breve,
recordar flores, hojas, algún momento,
lo que acaso pueda salvarme
de una ciega costumbre,
de los inevitablemente muebles
que se organizan y dibujan esta casa
con la apariencia de para siempre.
Alguien,
a veces pienso que ya todos
sienten esto mismo,
y no sé cómo encontrarlos
-no sé dónde están-,
aunque existen y un día huyen.
Pero hay que volver,
repetir pacientemente lo mismo,
pensar que así debe ser:
estrechar manos, entregar saludos, sonreír,
atravesar la palidez de ciertas fechas,
cartas de mi mayor consideración...
Quizás aquel hombre veloz por la vereda,
un hombre acompañado de alguna pared,
un hombre perdido en una hilera de hombres,
asomado a una ventana, a veces al río,
un hombre que mira vagamente hacia arriba...
Me entrego a este mundo
que me llama de algún modo,
que me clasifica,
me adorna
y destruye
sin preguntarse:
¿Qué ocurre detrás de una cara?



(Fuente: Caína bella blog)

Jacques Baron (Francia, 1905-1986)

Coraje



Un cambio de rumbo nos conducirá a la vida mortal
Seres extraños alrededor de bebidas claras
hacen signos increíbles que se tomarían por nubes
me echo a reír
para no dar lástima
Me siento mal como una gota de sangre sobre una lanza de plata
Reír es espléndido

Hombre que se eleva gris y sucio
danzará todo el día
para igualar a Dios
Ha contado los polvillos que produce el sol
Es necesario vivir
sólo a causa del amor
el deseo

Estamos limpios
La riqueza colosal no es lo mismo que la imbecilidad literaria
Yo saludo a amigos extraños
Día sereno de mi memoria
Un transatlántico de silencio se desliza por mi corazón
Construcción hecha de lianas que alcanzan el paraíso
Todo ha terminado
hasta el suicidio de los seres inteligentes
Las lágrimas de tinta
Deseo
de todas las cosas.



(Fuente: Asamblea de palabras)

sábado, 23 de febrero de 2019

Boris Pasternak (Rusia, 1890-1960)


Julio


Hay un fantasma dentro de mi casa:
durante todo el día se oyen pasos;
sombras mueven su cuerpo en la buhardilla...
Hay un duende escondido en un rincón.
        Ronda por todas partes a deshora;
        se mete donde no le llama nadie;
        enfundado en su sábana, se acerca
        y, de improviso, tira del mantel.
Sin siquiera limpiarse en el felpudo,
llega alocadamente, en torbellino,
y a la cortina toma por pareja
subiéndole las faldas al bailar.
        ¿Sabéis quién es el pícaro granuja
        de tan curioso espíritu travieso?
        Se trata del vecino entrometido
        que ha venido a la dacha por un mes.
Para su breve tiempo de reposo,
le entregamos las llaves de la casa:
la borrasca de julio, el airecillo
de julio es nuestro huésped singular.
        Julio, que cuando llega trae pelusa
        de diente de león y de bardana;
        que nos mete su luz por los balcones
        y que todo lo charla en alta voz.
Desaliñado mujik de la estepa
que nos trae la presencia de los tilos
y la hierba olorosa, suave julio
que mete todo el campo en nuestro hogar.

                                                            1956

 

 

(Fuente:  Asamblea de palabras)

Régis Bonvicino (Sao Paulo, Brasil, 1955)



Borrador


Palos no hay palabras
muerto a palos no hay palabras
para decir muerto
a palos

matar a palos
un mendigo y sus utensilios
bolsa, cobertor y banqueta
muerto a palos

la luna en cuarto menguante
doblega
nubes ásperas en rebaño
mientras tanto aquellos que

se hinchan con el caso
sin pistas
no hay palabras
muerto a palos

¿la soga al cuello?
por la mañana –
charco de sangre –
heridas en la cabeza

y en la cara
no hay palabras
muerto a palos
ni hablar, no, ni hablar



La basura


plásticos volando bajo
pedazos de una botella
pétalos
sobre el asfalto

aquello
que ya no
se considera útil
o propicio

hay una cubeta
en aquel basurero
está en las bolsas
tiradas en la esquina

cajas de madera
está en las bolsas
al lado de la cabina
telefónica

la basura está dentro
en otra bolsa
restos de comida y cigarros
en el prado, sin el árbol,

basura permitida
ahora bajo el viaducto
donde se confunde
con mendigos



Manifiesto


Boca de mil dientes
Intermitente
Escupe los fardos

(Traducción de Rodolfo Mata)



Tal vez sea un pájaro


Tal vez sea un pájaro volando
tal vez sea un minuto de silencio
tal vez sea el sol que se esconde
tal vez el invierno no haya
pasado
tal vez aquí sea una esquina
tal vez sea alguien que se aproxima
tal vez sean voces tiempo y silencio a solas
tal vez sea la luna llena que dilata la pupila
de la noche
tal vez no sea nada
ángulos adyacentes de la nada
probablemente un refugio
tal vez sea el tiempo
disolviéndose
hojas del color del cobre
aguardando el azul
tal vez sea flor
atáxica
tal vez sea un cielo de diciembre
tal vez callado estar
acariciando el silencio
de los estambres
tal vez sea un viento real
anémonas expuestas al sol
tal vez esta flor sea agave
tal vez hinojo
el azul en este ínterin brille
tal vez sea sólo un botón
lila
roído por dentro
tal vez sea el sol que se pone

(Traducción de Reynaldo Jiménez)



Coro


Coro de
Semáforos
Vidrios –
Sin color

Ritmo
A intervalos regulares
Áspero
De pistas

Y cielo-eclipse
Postes
Tarjetas-postales
A la venta

En una esquina
Malva-
Rosa ¿artemisa?
Ígnea

Inesperada vida
Y retina
Un tipo de




(Fuente:  Vallejoamdcompany)

Vicente Huidobro (Chile)



BALADA DE LO QUE NO VUELVE


Venía hacia mí por la sonrisa
Por el camino de su gracia
Y cambiaba las horas del día
El cielo de la noche se convertía en el cielo del amanecer
El mar era un árbol frondoso lleno de pájaros
Las flores daban campanadas de alegría
Y mi corazón se ponía a perfumar enloquecido

Van andando los días a lo largo del año
¿En dónde estás?
Me crece la mirada
Se me alargan las manos
En vano la soledad abre sus puertas
Y el silencio se llena de tus pasos de antaño.
Me crece el corazón
Se me alargan los ojos
Y quisiera pedir otros ojos
Para ponerlos allí donde terminan los míos
¿En dónde estás ahora?
Qué sitio del mundo se está haciendo tibio con tu presencia
Me crece el corazón como una esponja
O como esos corales que van a formar islas.
Es inútil mirar los astros
O interrogar las piedras encanecidas
Es inútil mirar ese árbol que te dijo adiós el último
Y te saludará el primero a tu regreso
Eres substancia de lejanía
Y no hay remedio
Andan los días en tu busca
A qué seguir por todas partes la huella de sus pasos
El tiempo canta dulcemente
Mientras la herida cierra los párpados para dormirse.
Me crece el corazón
Hasta romper sus horizontes
Hasta saltar por encima de los árboles
Y estrellarse en el cielo.
La noche sabe qué corazón tiene más amargura
Sigo las flores y me pierdo en el tiempo
De soledad en soledad
Sigo las olas y me pierdo en la noche
De soledad en soledad
Tú has escondido la luz en alguna parte
¿En dónde? ¿En dónde?
Andan los días en tu busca
Los días llagados coronados de espinas
Se caen se levantan
Y van goteando sangre.
Te buscan los caminos de la tierra
De soledad en soledad
Me crece terriblemente el corazón
Nada vuelve
Todo es otra cosa
Nada vuelve nada vuelve
Se van las flores y las hierbas
El perfume apenas llega como una campanada de otra
[provincia
Vienen otras miradas y otras voces
Viene otra agua en el río
Vienen otras hojas de repente en el bosque
Todo es otra cosa
Nada vuelve
Se fueron los caminos
Se fueron los minutos y las horas
Se alejó el río para siempre
Como los cometas que tanto admiramos
Desbordará mi corazón sobre la tierra
Y el universo será mi corazón

jueves, 21 de febrero de 2019

Gertrud Kolmar (Berlín, 1894 –Auschwitz, 1943)



De la Oscuridad
Traducción de Berta Vias Mahou

(En preparación, por Carlos Morales)
De la oscuridad vengo yo, una mujer.
Llevo un niño, ya no sé de quién;
en otro tiempo lo supe.
Pero no hay más hombre para mí...
Todos se han hundido a mi paso, como un riachuelo
que la tierra bebió.
Avanzo más y más lejos.
Porque quiero alcanzar las montañas antes de que se haga de día,
y ya se apagan las estrellas.
De la oscuridad vengo yo.
Marchaba sola por oscuras callejas
cuando de pronto se abalanzó una luz, despedazando con sus garras
la blanda negrura,
el leopardo a la cierva,
y una puerta abierta del todo escupió una espantosa algarabía,
un griterío salvaje, un aullido animal.
Unos borrachos se revolcaron...
Todo esto lo sacudí del borde de mis ropas por el camino.
Y atravesé el mercado desierto.
Las hojas nadaban en los charcos, que reflejaban la luna.
Perros flacos, ansiosos, olisqueaban desperdicios sobre las piedras.
Pisoteadas, se podrían las frutas,
y un viejo cubierto de harapos seguía torturando su pobre
instrumento de cuerda.
Cantaba en voz baja un desafinado lamento,
sin ser oído.
Y aquellas frutas que en otro tiempo maduraron al sol, con el rocío,
aún soñaban con el perfume y la dicha de la amorosa flor,
pero el mendigo quejumbroso
hacía tiempo que lo había olvidado y no conocía ya
más que el hambre y la sed.
Ante el palacio del poderoso me detuve en silencio,
y cuando pisé el escalón más bajo,
el porfirio rojo carne estalló, partiéndose bajo mi suela.
Me volví
y miré hacia arriba, hacia la ventana vacía, la tardía vela del pensador,
que meditaba, meditaba, y jamás se libró de su pregunta,
y hacia la lamparilla velada del enfermo que, por supuesto, no estudió
la forma en la que habría de morir.
Bajo los arcos del puente
dos esqueletos horribles se pegaban por el oro.
Yo alcé mi pobreza como un escudo gris ante mi rostro
y seguí mi camino sin ser molestada.
A lo lejos el río habla con sus orillas.
Ahora tropiezo al subir por el sendero de piedra, recalcitrante.
Los guijarros, los matorrales de espinas hieren las manos
que tantean a ciegas:
espera una gruta,
que en la más profunda hendidura alberga al cuervo verde metálico,
el que no tiene nombre.
Entraré ahí,
me acurrucaré bajo la sombra de sus grandes alas y descansaré.
Amodorrada escucharé cómo crece la muda voz de mi hijo
y dormiré, con la frente inclinada hacia el este,
hasta la salida del sol.
De su libro Mundos, Traducido por Berta Vías Mahou, Acantilado, España, 2005, 1º Edición de 1947.

Walt Whitman (Estados Unidos, 1819-1892)


Milagros

¡Vamos! ¿Quién hace escándalos por un milagro?
Yo por mi parte no conozco más que milagros.
Ya sea que camine por las calles de Manhattan
o levante los ojos más allá de los tejados y mire el cielo
o ande descalzo por la playa a la orilla del mar
o me pare debajo de los árboles en el bosque
o converse en el día con una persona querida
o me siente a la mesa con otro
o mire a los desconocidos que van frente a mí en el tranvía
o bien observe a las abejas volar alrededor de su colmena
un mediodía de verano
o a los animales que pacen en el campo
o la maravilla de la puesta de sol o las estrellas tan
silenciosas y tan brillantes
o la fina, exquisita, delgada curva de la luna nueva en la primavera
esas cosas y todas las otras, todas y cada una, son para mí, milagros
todo relacionado en un solo conjunto y cada cosa, sin embargo, distinta y en su lugar
para mí cada hora del día y de la noche es un milagro.
Cada pulgada cúbica de espacio es un milagro.
Cada vara cuadrada de superficie hasta que hierve de milagros
para mí el mar es un incesante milagro,
los peces que nadan en él —las rocas— el movimiento de las olas —los barcos y los hombres
          que viajan en ellos,
¿es que hay acaso más extraños milagros?
 
 
 
 
Trad. José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal
 
 
(Fuente: Asamblea de palabras)

miércoles, 20 de febrero de 2019

Sakutarō Hagiwara (Japón, 1886-1942)


"Caza de la luciérnaga",

Una, desde el escote de mi amada hermana
Una, desde la ventana de un hospital de leprosos
Una, desde el pozo del linaje
Una, desde los pies descalzos de Cristo
Una, desde el dorso de un pez
Una, desde el corazón de un homicida
Una, desde mis manos pulidas
En el lejano mundo nocturno cacé una luciérnaga.
 
 
 
 
(Fuente: Asamblea de palabras)

Frank O'Hara (EEUU)


Tomar una Coca-Cola contigo

Traducción de Eleonora González Capria




es todavía más divertido que ir a San Sebastián, Irún, Hendaye, Biarritz, Bayonne
o tener náuseas en la Travesera de Gracia en Barcelona
un poco porque con tu camisa naranja pareces un San Sebastián mejor y más alegre
un poco porque te amo, un poco porque amas el yogur
un poco por los tulipanes naranja fluorescente alrededor de los abedules
un poco por nuestras sonrisas cómplices frente a la gente y las estatuas
cuando estoy contigo es difícil creer que pueda existir algo tan quieto
tan solemne tan horriblemente definitivo como una estatua mientras que ahí enfrente
bajo la cálida luz neoyorquina de las 4 en punto vamos y venimos a la deriva
entre nosotros como un árbol que respira por sus lentes
y parece que no hay ni una cara en la muestra de retratos, solo pintura
de golpe te preguntas por qué diablos los hicieron

                                                                                               te miro
a ti y preferiría mirarte a ti que a todos los retratos del mundo
puede ser salvo por El jinete polaco de vez en cuando y total está en el Frick
que no visitaste todavía gracias a Dios así que puedo acompañarte la primera vez
y que te muevas con tanta gracia más o menos resuelve el Futurismo
igual que en casa nunca pienso en el Desnudo bajando una escalera o
cuando ensayo en aquel dibujo de Leonardo o Miguel Ángel que solía fascinarme
y de qué les sirven a los Impresionistas todas esas investigaciones
si nunca consiguieron que la persona indicada se parara junto al árbol al caer el sol
o para el caso a Marino Marini si no eligió al jinete con el mismo cuidado
que al caballo

parece que a todos ellos los privaron de una experiencia maravillosa
que yo no voy a desperdiciar y que por eso te estoy contando




en no llueve en california, 2016






martes, 19 de febrero de 2019

Héctor Berenguer (Argentina, 1948)



Giardino
Aún en la caída de una pluma
la fuerza nunca abusa de la fuerza
Ni la imaginación se libera de otro modo que imaginándose.
Las palabras que construyen la línea del  pino
lo rescatan de la linea del cielo.
La eternidad es la noche y la creación
y ambas son la suma de todas las antítesis.
La palabra agua
en el cauce seco del arroyo
devuelve las violetas al matorral.
La frescura de la niña del camino lleva consigo
a la anciana del camino
me sonríen y son una.
Esa curva se hace recta inexplicable.
Rescato estrellas azules - palabras
mientras el tiempo sube a la flor que se abre
y le da la su gracia
la sabia que la crea la desoja.
Tenemos la talla que nos da esa nombradía.





(Fuente:  La Poesía de El Toro de Barro)

Robert Desnos (Paris, 1900 –Theresiendtath, 1945)





El último poema
(1944)

Robert Desnós murió de Tifus el 8 de junio de 1945,
poco después de que fuera liberado el campo de
Theresienstadt. Tenía 44 años de edad.


He soñado tan fuertemente contigo,
he caminado tanto, conversado tanto,
de tal forma amado tu sombra,
que ya no me queda nada de ti.
Me queda solamente el ser, la sombra
entre las sombras,
ser cien veces más sombra que la sombra,
de ser la sombra que vendrá y volverá a venir
a tu vida extendida bajo el sol.
He soñado tanto contigo,
dormido y despierto he soñado tanto contigo,
que tiemblo al pensar que no eres más que un sueño.
Que tu dulce realidad jamás será la realidad para mis brazos,
que tu boca seguirá lejana de la mía,
como si ya te hubiese enterrado,
o fantasmal erraras más allá de la luna.
¿Acaso sabes tú lo que es vivir en sueños?
tener al lado una mujer dormida,
y estrecharte a ti contra mi pecho,
y estrechar no más que sombra y noche,
aunque mi ser, todo mi ser, suspirara por tu ser.
He conversado tanto contigo,
marchado tantas veces, tu mano entre la mía,
bajo árboles, estrellas, nubes, que nunca has existido,
que no es tiempo talvez de despertarme todavía.
Temo la realidad, la tierna realidad tuya,
y sin embargo por ella he vivido como llama,
como llama sedienta de envolver el contorno de tu cuerpo,
de encontrar, al fin, la tibia carne de tu boca,
no el sueño de tu boca.
Dime que sí, que ya despierte:
Que no sea un sueño, sólo un sueño,
esta desesperada esperanza de mi vida.
 
 
 
 
(Fuente: Poesía de El Toro de barro)

lunes, 18 de febrero de 2019

Nikolai Gumiliov


La palabra

Versión de José Mateo (según la traducción de Xenia Dyakonova)






En aquel tiempo, cuando Dios giraba
su rostro sobre el mundo nuevo, entonces,
detenían el sol con la palabra
y con ella se arrasaban torreones.

El águila no osaba alzar las alas
y los astros se anclaban a la luna,
si la palabra alguna vez volaba
como una llama roja en las alturas.

Y el número se usaba en lo mundano,
como un buey que trabaja uncido al yugo;
pues los matices del significado,
los transmiten los números fecundos.

El patriarca canoso, en tiempo antiguo,
que del bien y del mal sacó riqueza,
con su vara, por miedo a los sonidos,
el número trazó sobre la arena.

Pero olvidamos que, de lo terreno,
tan sólo en la palabra hay salvación,
y que en algún lugar del Evangelio
está escrito que la palabra es Dios.

Le impusimos los límites estrechos
que nos dictaba la naturaleza;
y como abejas de un panal desierto,
así se pudren las palabras muertas.




1921





(Fuente: Descontexto)

Nezahualcóyotl deTexcoco (México. Imperio azteca, 1402-1472)


Alegraos


Alegraos con las flores que embriagan,
las que están en nuestras manos.
Que sean puestos ya
los collares de flores.
Nuestras flores del tiempo de lluvia,
fragantes flores,
abren ya sus corolas.
Por allí anda el ave,
parlotea y canta,
viene a conocer la casa del dios.
Sólo con nuestras flores
nos alegramos.
Sólo con nuestros cantos
perece vuestra tristeza.
Oh señores, con esto,
vuestro disgusto se disipa.
Las inventa el Dador de la vida,
las ha hecho descender
el inventor de sí mismo,
flores placenteras,
con esto vuestro disgusto se disipa.
 
 
 
 
(Fuente: Asamblea de palabras)

domingo, 17 de febrero de 2019

Ricardo Rojas Ayrala (Buenos Aires, 1963)


CANTA UN CISNE EN VALDIVIA



                        “Y esa cabeza que se dobla para escuchar
                          un murmullo en la Eternidad...”
                                          Vicente Huidobro



Soy el último.

¿Qué otro privilegio
es más tonto
que éste?

Todos los míos han muerto
de hambre,
o no sé qué,
en el frío espejo
de este río contaminado.

No puedo sostener
mi cabeza
fuera del agua.

Sólo la aurora
nos extrañará
de algún modo.

Miguel Hernández (España)


18 de julio de 1936 - 18 de julio de 1938







Es sangre, no granizo, lo que azota mis sienes.
Son dos años de sangre: son dos inundaciones.
Sangre de acción solar, devoradora vienes,
hasta dejar sin nadie y ahogados los balcones.

Sangre que es el mejor de los mejores bienes.
Sangre que atesoraba para el amor sus dones.
Vedla enturbiando mares, sobrecogiendo trenes,
desalentando toros donde alentó leones.

El tiempo es sangre. El tiempo circula por mis venas.
Y ante el reloj y el alba me siento más que herido,
y oigo un chocar de sangres de todos los tamaños.

Sangre donde se puede bañar la muerte apenas:
fulgor emocionante que no ha palidecido,
porque lo recogieron mis ojos de mil años.




en El hombre acecha, 1937-1938








sábado, 16 de febrero de 2019

José Watanabe (Perú)



NUESTRA REINA


Blanco tu uniforme y qué rosada
tu piel.
Entonces tus vísceras deben ser azules, doctora.
Eres nuestra reina.
Los enfermos estiramos las manos atribuladas
hacia ti, en triste cortejo.
Queremos tocarte cuando cruzas los pasillos,
altiva,
docta, saludable, oh sí, saludable,
con tus vísceras azules.
Imaginamos a los doctores a salvo de nuestros males,
pero si el conocimiento no te exime
y también te mueres, serías una bella
muerta. Tienes
nariz alta, boca
que cierra bien, que se sella,
párpados tersos, largo cuerpo para ser tendido
voluptuoso
sobre una mesa de hierba.
También así serías nuestra reina
y seguiríamos estirando las manos
ya tranquilas y con flores
hacia ti, nuestra última señal de gozo.



“Cosas del cuerpo” (1999)

Cristian Aliaga (Pcia. de Buenos Aires, 1962)


[Rumba, descompensación...]


Rumba, descompensación, nada la turba,
ella danza todas las noches con su tocado de enfermera.
No es aparición ni mito,
es su manera de dirigir el rumbo
del martirio, impermeable a los sollozos.
Toca a uno levemente, quita una cánula allá,
sonríe con aire divino al moribundo que se resiste
y acomoda su brazo, que no la alcanza.
Al amanecer esquiva con gracia el grosero despertar
de los deudos, recoge con largos guantes
sábanas y trapos mojados a la intemperie del corredor.
Algunos la confunden con el deseo o con la muerte,
pero ella permanece ajena y silba canciones soeces
para refugiarse del dolor en los días feriados.
Su música es original en este salón para bailes agónicos.




De “La caída hacia arriba” (2018),

Carl Sandburg (EEUU 1878 )


EXPLICACIONES DEL AMOR


Hay un lugar donde el amor comienza y un lugar
donde el amor termina. 
Hay un roce de dos manos que derrota a todos
los diccionarios. 
Hay una mirada intensa de ojos tan grandes como un horno abierto 
de la Bethlehem o la llamita verde-fuego de una soldadora autógena. 
Hay dichos solos que se lanzan sin cuidado portentosos como
un enorme desvío en el río Misisipi.  
Manos, ojos, lemas—de éstos el amor crea
talleres y campos de batalla. 
Hay un par de zapatos que el amor usa y su llegada
es un misterio.  
Hay una advertencia que el amor envía y el costo de ella
nunca se escribe sino hasta que es demasiado tarde.  
Hay explicaciones del amor en todos los idiomas
pero ninguna es más sabia que esta:  
Hay un lugar donde el amor comienza y un lugar
donde el amor termina –y el amor no pide nada.



 EXPLANATIONS OF LOVE 


There is a place where love begins and a place
where love ends. 
There is a touch of two hands that foils all
dictionaries. 
There is a look of eyes fierce as a big Bethlehem open hearth
furnace or a little green-fire acetylene torch. 
There are single careless bywords portentous as a
big bend in the Mississippi River. 
Hands, eyes, bywords –out of these love makes
battlegrounds and workshops. 
There is a pair of shoes love wears and the coming
is a mystery. 
There is a warning love sends and the cost of it
is never written till long afterward. 
There are explanations of love in all languages
and not one found wiser than this: 
There is a place where love begins and a place
where love ends –and love asks nothing.

  
***


FELICIDAD


Les pedí a profesores que enseñan el significado de la vida que me dijeran  qué es la felicidad.         
Y consulté a famosos empresarios que dirigen el trabajo de cientos de hombres. 
Todos sacudieron sus cabezas y me sonrieron como si estuviera tratando de bromear con ellos. 
Y luego una tarde de domingo vagué a lo largo del río Des Plaines 
Y vi un grupo de húngaros bajo los árboles con sus mujeres y niños y un barril de cerveza y un acordeón. 



HAPPINESS 


I asked professors who teach the meaning of life to tell me what is happiness.
And I went to famous executives who boss the work of thousands of men.
They all shook their heads and gave me a smile as though I was trying to fool with them.
And then one Sunday afternoon I wandered out along the Des Plaines river
And I saw a crowd of Hungarians under the trees with their women and children and a keg of beer and an accordion.


***




ELLOS PREGUNTAN: ¿TAMBIÉN DIOS SE SIENTE SOLO?


Cuando Dios amontonó un puñado de polvo
y escupió en él, y moldeó la forma del hombre,
y sopló infundiéndole vida, y le dijo que caminara
–ese ese fue un gran día.          
¿Hizo esto Dios porque Se sentía solo?
¿Se dijo Dios que debía tener compañía
y para eso haría al Hombre andar por la tierra
y apartar iglesias para hablar con Él y cantarle a Él? 
Estas son preguntas.
Están garabateadas en antiguas cavernas.
Están pintadas en viejas catedrales.
Hay mujeres y hombres que se sienten tan solos
que creen que también Dios se siente solo. 



THEY ASK: IS GOD, TOO, LONELY? 


When God scooped up a handful of dust,
And spit on it, and molded the shape of man,
And blew a breath into it and told it to walk—   
That was a great day. 
And did God do this because He was lonely?
Did God say to Himself he must have company
And therefore He would make man to walk the earth
And set apart churches for speech and song with God? 
These are questions.
They are scrawled in old caves.
They are painted in tall cathedrals.
There are men and women so lonely they believe
God, too, is lonely.



Carl Sandburg, en Harvest Poems, Harcourt Brace Jovanovich, 1960. 


(Fuente: Hablar de Poesía)

Raymond Carver

Tu perro se muere


Lo atropella una camioneta
lo encuentras al costado del camino
y lo entierras.
te sientes mal por eso.
Te sientes mal por ti,
pero te sientes mal por tu hija
porque era su mascota,
y lo quería tanto.
Siempre estaba cantándole
y lo dejaba dormir en su cama.
Escribes un poema sobre eso.
Lo titulas como un poema para tu hija,
sobre el perro al que atropelló una camioneta
y cómo lo fuiste a buscar
y lo llevaste al bosque
y lo enterraste hondo, muy hondo,
y ese poema resulta ser tan bueno
que casi te alegra que al perrito
lo hayan atropellado, si no nunca
hubieses escrito un poema tan bueno.
Después te sientas a escribir
un poema acerca de escribir un poema
acerca de la muerte de ese perro,
pero mientras lo estás escribiendo
oyes que una mujer grita
tu nombre, tu nombre de pila,
las dos sílabas,
y se te para el corazón.
Después de un minuto, sigues escribiendo.
Ella vuelve a gritar.
Te preguntas cuánto más va a seguir.



(Fuente: Bibioteca Ignoria)

Denise Levertov


La queja de Adán



Algunos,
les des lo que les des,
siguen deseando la luna.

El pan,
la sal,
la carne blanca o roja,
y siguen con hambre.
El lecho nupcial
y la cuna,
y siguen con las manos vacías.
Les das tierra,
su propia tierra bajo los pies,
igual se van por los caminos.
Y agua: cavás para ellos el pozo más profundo,
y no será lo bastante profundo,
para que beban en él la luna.



Versión: Isaías Garde



Adam's Complaint
Some people,
no matter what you give them,
still want the moon.
The bread,
the salt,
white meat and dark,
still hungry.
The marriage bed
and the cradle,
still empty arms.
You give them land,
their own earth under their feet,
still they take to the roads
And water: dig them the deepest well,
still it’s not deep enough
to drink the moon from.



(Fuente: Bibioteca Ignoria)

Suheir Hammad (Palestina)


"No bailaré al ritmo de su tambor de guerra. No prestaré mi alma y mis huesos a su tambor de guerra. No bailaré a su ritmo. Conozco ese ritmo, es un ritmo sin vida. Conozco muy bien esa piel que usted golpea. Estuvo viva aún después de cazada, robada, expandida.
No bailaré al ritmo de su tambor de guerra. Yo no voy a estallar por usted. Yo no voy a odiar por usted, ni siquiera voy a odiarlo a usted. No voy a matar por usted. Especialmente, no moriré por usted. No voy a llorar la muerte con asesinato ni suicidio.
No me pondré de su lado ni bailaré con bombas solo porque todos los demás están bailando. Todos pueden estar equivocados. La vida es un derecho, no un daño colateral o casual. No olvidaré de dónde vengo. Yo tocaré mi propio tambor.
Reuniré a mis amados cercanos y nuestro canto será danza. Nuestro zumbido será el ritmo. No seré engañada. No prestaré mi nombre ni mi ritmo a su sonido.
Yo bailaré y resistiré y bailaré y persistiré y bailaré. Este latido de mi corazón suena más alto que la muerte. Su tambor de guerra no sonará más alto que mi aliento."

Carlos Pellicer (México)


Esta barca sin remos es la mía...


Esta barca sin remos es la mía.
Al viento, al viento, al viento solamente
le ha entregado su rumbo, su indolente
desolación de estéril lejanía.


Todo ha perdido ya su jerarquía.
Estoy lleno de nada y bajo el puente
tan sólo el lodazal, la malviviente
ruina del agua y de su platería.

Todos se van o vienen. Yo me quedo
a lo que dé el perder valor y miedo.
¡Al viento, al viento, a lo que el viento quiera!

Un mar sin honra y sin piratería,
excelsitudes de un azul cualquiera
y esta barca sin remos que es la mía.

viernes, 15 de febrero de 2019

Fernando del Paso, (México, 1935 – 2018)



Ella y yo hacíamos el amor
 

Ella y yo hacíamos el amor diariamente.
En otras palabras,
los lunes, martes y los miércoles
hacíamos el amor invariablemente…
Los jueves, los viernes y los sábados,
hacíamos el amor igualmente…
Por último los domingos
hacíamos el amor religiosamente.
Hacíamos el amor compulsivamente.
Lo hacíamos deliberadamente.
Lo hacíamos espontáneamente.

Hacíamos el amor por compatibilidad de caracteres,
por favor, por supuesto, por teléfono,
de primera intención y en última instancia,
por no dejar y por si acaso,
como primera medida y como último recurso.

Hicimos el amor por ósmosis y por simbiosis:
y a eso le llamábamos hacer el amor científicamente.
Pero también hicimos el amor yo a ella y ella a mí:
es decir, recíprocamente.

Y cuando ella se quedaba a la mitad de un orgasmo
y yo, con el miembro convertido en un músculo fláccido no podía llenarla,
entonces hacíamos el amor lastimosamente.
Lo cual no tiene nada que ver con las veces en que yo me
imaginaba que no iba a poder, y no podía,
y ella pensaba que no iba a sentir, y no sentía,
o bien estábamos tan cansados y tan preocupados que ninguno de
los dos alcanzaba el orgasmo.

Decíamos entonces que habíamos hecho el amor aproximadamente.

Muchas veces hicimos el amor contra natura,
a favor de natura,
ignorando a natura.

O de noche con la luz encendida,
o de día con los ojos cerrados.
O con el cuerpo limpio y la conciencia sucia.
O viceversa.

Contentos, felices, dolientes, amargados.
Con remordimiento y sin sentido.
Con sueño y con frió.
Y cuando estábamos conscientes de lo absurdo de la vida,
y de que un día nos olvidaríamos el uno del otro,
entonces hacíamos el amor inútilmente.

Para envidia de nuestros amigos y enemigos,
hacíamos el amor ilimitadamente, magistralmente, legendariamente.
Para honra de nuestros padres, hacíamos el amor moralmente.
Para escándalo de la sociedad, hacíamos el amor ilegalmente.
Para alegría de los psiquiatras, hacíamos el amor sintomaticamente.

Hacíamos el amor físicamente,
de pie y cantando,
de rodillas y rezando,
acostados y soñando.

Y sobre todo,
y por la simple razón
de que yo la quería así y ella también...

hacíamos el amor… voluntariamente.














(Fuente: Caína bella blog)

Julian Przyboś (Polonia, 1901-1970)




Hacia la montaña

                      1

Arrojé la ciudad como una piedra
detrás de mí
y antes de que cayera

abrí mis oídos.

La montaña: recién articulado
el silencio del mundo.

                      2

El exceso de la tierra invadió el cielo.

El horizonte
circula por encima de mi frente
y pesa cada vez más.
Con la fuerza de dos manos
cargo mi cabeza.

Como si me hubiera aplastado
la cumbre caída de la tierra.
 
 
 
(Fuente:  Asamblea de palabras)

jueves, 14 de febrero de 2019

Virginia Benavides (Perú)



Botella borracha


Perdida
Como una cirugía para erradicar los sonidos de la agonía
Desvío mi trayectoria de bala en pistola de juguete
Porque nada es verdad pero tampoco mentira
En mi ciudad de manantiales habitada por un loco hidrofóbico
Donde arranco mis pasos de su piel alunada
Pervirtiendo la crisálida a ser seda en la danza

¿Qué camino lleva el caos disfrazado de mi cuerpo?
¿Qué rastro mudo agota la búsqueda de la palabra?

Vértigo amarillo, mediodía incendiado
En los espejos ahumados de los cuartos ambulantes
Donde no hay argumento ni sorpresa
Para mi extravío, mi flotación, mi perdición
Voy cosechando en el cemento fértil
Mi propia noción de cauce sin causa que navegar
Porque el río que buscamos nace en nosotros
Y se prolonga sin lastre metafórico en las palabras
Que nadan como peces en la nada universal

Aprendiz de pescadora que no sabe de anzuelos
Naufraga con balsa en las aguas del lenguaje
Avanzo, iluminada por mi ceguera
Estremecida como después de un electroshock
Girando como botella borracha mi boca manda
Acabar con el juego de las interrogantes

-¿Qué desborda y qué ahoga cuando el verso no berza?
-¿Qué mensaje guarda esta casa de vidrio blindado?
-¿Qué órbitas deambulan los ojos para crear la mirada?
-¿Qué precisión diamantina acecha la vena para llover la metáfora?
-¿Ciudad burbuja o nube de acero habita tu voz?
-¿Qué mano gira tu transparencia y la opaca?

En este juego… ¿quién responde?

(de Exstrabismo)



Lo que quiero decir es pérdida sonda, zurcido invisible de un escombro de corazones en la fosa común en la voz de la muchacha azul, detenida en el umbral como costurera de un afuera imposible. Abrasivos brazos en jirón de voces. Palabras como hueras semillas que pájaros de fuego recogen para el nido de malezas que se ha vuelto ruido. Como aquel animal acercándose a oler lo que entibia y se acurruca en sí para abrigarse de ti. Ella contempla el alboroto de nubes en desvarío y se prende al fuego artificial de una espera de brillo ido.
Lo que quiero decir es un escombro, una estación de desamparados y un tren averiado, un lugar que no existe sino para la vida imaginaria de un amnésico. Cuántos dolores tuviste que curar para llegar a este pozo antiséptico y que ocurra la rendición, el arropo interminable que te calme del ataque, el tiempo detenido para renacer en incendiario y adentrarte en la herida para drenar lo infecto. Cuánta sangre sin correr para nadie, para el fantasma que se inocula en tu ojo y lo extravía en otro, cuánto grito amordazado y cuánto acalle que el miedo te dejó. Cuántos derrumbes tuviste que ser para llegar a este construir palabras como muros de contención para este rebalse de sentido.



Pabellón B Este


Las lesiones del lenguaje, la lengua que tritura silencios, los destilamientos del asombro en barcos anclados, la pena que despena. Incidir y exceder las palabras supurando lo indecible. Las estancias de la cicatriz, la costura que se deshilacha como la vida ¿Qué vida?  La que escuece, la que cavas,
la que navega estando quieta, la que abordas a todo babor, la que no sabes de qué se trata, la incurable, la de pájaros restauradores de los cielos que tocaste, la imperdible, la que es comarca arrasada por bandos contrarios en tu mente y la que se erige isla sitiada por los anhelos como peces transparentes y escurridizos. La entubada, la de cuidados intensivos, la que se interna para nunca más salir sino es volando, fugando o reinventándose. La de adentro, la vida ida.
Y así se cuaja el silencio en ejercicios de lenguaraz, así se retira la venda para no ver y por fin mirar lo que navega. Así ibas rumiando el rumbo mientras atravesabas el pasillo en una camilla como una barcaza de entre guerras. los peces como pacientes en los umbrales te saludan invitándote a desembarcar. No quieres. Así debería navegar sin puerto te dices, mientras el enfermero no sabe si vas a endocrinología o a siquiatría y relee la orden médica. Sonríes. Todo es comprensión de lectura pero somos pésimos actores que llegamos en un río paralelo a otra isla, a otro puerto que se deconstruye apenas lo tocamos con el anhelo de quedarnos. Fluimos como el antibiótico dorado por nuestra carne adorada por algún gusano pasajero, no deseamos permanecer más que lo que desaparece en el suelo soleado el escupitajo. La maroma médica como un aplazamiento, un zurcido invisible para lo incurable, este decir que se escurre por el sumidero de lo eterno, poesía caudal, remedio vencido, párpados que se cierran como un poema dormido.
(de Hospital del niño, inédito)



Punzón del verano que calaste mi desierto como un stencil callejero. Herido de ese sueño yazgo en esta duna esperándote. He cavado un círculo de sol como casa y me he sentado adentro. Una pluma bajo la almohada y un oasis de silencio, curitas de insolación. Revelado de cielo, proyecto de ausencia. Todo se fosiliza. Despierto.

(de Descierto, inédito)



El signo que resuena en esta lengua azul, en este aleteo mudo, en esta insonoridad no es más que el descifre de resanar una lengua agrietada.  Si es que resanar significa un ancla. Si es que ancla es el roce de fondos que se evaporan apenas sonorizan. Así, resuena y resana son vetas del creer, un presente como filo oxidado pero dispuesto al tajo incertero, a la fijación de un instante que se deshace en alas de luciérnaga, vida. Y lengua, atravesabas la herida del sin estar, la ausencia de luz donde la cura se vuelve una procesión de ruidos, una estratagema del buzo por no salir a flote, solo en la danza del que lanza señales de hundimiento. Como una música tribal para aliviar la grieta y fertilizar la tierra nueva, semilla ida, el arte de suspenderse en pez que no ez.

(de Ejercicios contra el Alzheimer, inédito)





Osvaldo Lamborghini (Argentina)


Canción de la Madre Hogarth


Cuando más limpias te parezcan
Las aguas del lago
Y aún cuando creas
Rebosar de plenitud
Igual recuérdame
Yo soy tu proveedora de droga

Cuando contemples
Con mirada ascendente y pura
El triunfo de los pájaros
Y la derrota de las olas
Igual recuérdame
Yo soy tu proveedora de droga

Cuando vayas al encuentro
De la amada o el amado
Sintiéndote seguro
Del esplendor de sus pupilas
Igual recuérdame
Yo soy tu proveedora de droga

Y no me abandones
Prematuramente
No te comportes
Como un ingrato
Recuérdame siempre
Yo soy tu proveedora de droga.

miércoles, 13 de febrero de 2019

Adrienne Rich (Estados Unidos, 1929-2012)


La Novena Sinfonía de Beethoven entendida por fin como un mensaje sexual

 

Un hombre aterrorizado de impotencia
o infertilidad, sin saber la diferencia,
un hombre tratando de decir algo
aullando desde la música
climatérica de su enteramente
aislada alma
gritando al Gozo desde el túnel de su yo
una música sin la sombra
de otra persona dentro, música
que trata de decir algo que el hombre
no quiere que salga, quisiera guardar si pudiera
amordazada y amarrada y azotada con cuerdas de Gozo
donde todo es silencio y
el golpear de un puño sangriento sobre
una mesa astillada.




(Fuente: Asamblea de Palabras)