jueves, 29 de febrero de 2024

Rafael Felipe Oteriño (La Plata, Argentina, 1945)

 

Ars Poetica

 
Acude cuando nadie la llama. Le gusta mostrarse en
la corteza de un árbol, en los ojos de un perro, en
la escama de un pez.
 
Adora los espacios abiertos, las aguas agitadas y la
arena donde nada se posó. Le conmueven la foto
trucada de los periódicos y la herradura floja.
 
Se mueve a sus anchas, sorprendida de mí. Con
alas, como una burbuja que no termina de caer.
 
El humo en que se disuelve no es adiós. Es la lenta
gramínea de la tierra que reverdece para otros.
 
No es necesario retenerla: está. Presta su voz para
que el mar y los hombres silenciosos se sirvan de ella.
 
La siento en el pecho, en los labios, en el mentón.
Quiero aislarla, cercarla, descubrir las puertas por
donde suele entrar.
 
Que sea, otra vez, lo limpio; que sea, otra vez, lo claro.
 
 
(Fuente: La Parada Poética)

 

Jesús Ramón Vera (Salta, Argentina, 1958-Rosario de la Frontera, Argentina, 2012)

 

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QUEBRADURAS

 

Quebrarse el pie.
     El espejo.
La rama ante el galope.
 
Quebrarse la tierra de la orilla del río.
 
Quebrarse la leña para el horno.
El vaso contra el piso
y el verso de pie
quebrado.
 
Quebrarse los códigos,
la uña sucia del índice
del que señala a la víctima.
 
Quebrarse el hombre.
 
 
__________________
en "Obras completas", La Cocina de Gómez, Salta, 2013. En la imagen, Jesús Ramón Vera (Salta, Argentina, 1958-Rosario de la Frontera, Argentina, 2012 / Diario de Lecturas).
 
 
(Fuente: Jonio González)

 

W. H. Auden (York, Reino Unido, 1907 - Viena, Austria, 1973)

 

¿Estás ahí?



Versión: Isaías Garde

Cada amante tiene su propia teoría
Acerca de la diferencia entre el dolor
De estar con su amor y el dolor de estar solo.

Porque aquello que, cuando soñamos, es amada carne y hueso
Y de verdad agita los sentidos, al despertar
Parece su propio simulacro.

Narciso no cree en lo desconocido;
No puede unirse a su imagen en el lago
En tanto asuma que está solo.

El niño, la cascada, el fuego, la piedra,
Están siempre dispuestos a la travesura
Y consideran que el universo es algo que les fue concedido.

Los ancianos son, como Proust, proclives
A pensar en el amor como un engaño subjetivo;
Cuanto más aman, más solos se sienten.

Cualquiera sea el punto de vista que adoptemos, queda por demostrar
Por qué cada amante tiene el deseo de convertir
Alguna especie de otredad en algo propio:
Tal vez, de hecho, nunca estamos solos.

 

(Fuente: Isaías Garde - Textos en transición) 

Susana Thénon (Buenos Aires, 1935 - 1991)

 


 

No es un poema

 

Los rostros son los mismos,
los cuerpos son los mismos,
las palabras huelen a viejo,
las ideas a cadáver antiguo.
 
Esto no es un poema:
es un grito de rabia,
rabia por los ojos huecos,
por las palabras torpes
que digo y que me dicen,
por inclinar la cabeza
ante ratones,
ante cerebros llenos de orín,
ante muertos persistentes
que obstruyen el jardín del aire.
 
Esto no es un poema:
es un puntapié universal,
un golpe en el estómago del cielo,
una enorme náusea
roja
como era la sangre antes de ser agua.
 
 
(Fuente: Oficio de poeta)

Olga Orozco (La Pampa, 1920 - Buenos Aires, 1999)

 

Maldoror
 

¡Ay! ¿Qué son pues el bien y el mal? ¿Son una misma cosa por la que testimoniamos con rabia
nuestra impotencia y la pasión de alcanzar el infinito hasta por los medios más insensatos?
Lautréamont, “Los cantos de Maldoror”
 
 
.
Tú, para quien la sed cabe en el cuenco exacto de la mano,
no mires hacia aquí.
No te detengas.
Porque hay alguien cuyo poder corromperá tu dicha,
ese trozo de espejo en que te encierras envuelto en un harapo deslumbrante del cielo.
Se llamó Maldoror
y desertó de Dios y de los hombres.
Entre todos los hombres fue elegido para el infierno de Dios
y entre todos los dioses para condenación de cada hombre.
Él estuvo más solo que alguien a quien devuelven de la muerte para ser inmortal entre los vivos. ¿Qué fue de aquel cuyo corazón se enlazaron las furias con brazos de serpiente,
del que saltó los muros para acatar las leyes de las bestias,
del que bebió en la sangre un veneno sediento,
del que no durmió nunca para impedir que un prado celeste le invadiera la mirada maldita,
del que quiso aspirar el universo como una bocanada de cenizas ardiendo?
No es castigo,
ni es sueño,
ni puñado de polvo arrepentido.
Del vaho de mi sombra se alza a veces la centelleante máscara de un ángel
[que vuelve en su caballo alucinado a disputar un reino.
Él sacude mi casa,
me desgarra la luz como antaño la piel de los adolescentes,
y roe con su lepra la tela de mis sueños.
Es Maldoror que pasa.
Hasta el fin de los siglos levantará su canto rebelde contra el mundo.
Su paso es una llaga sobre el rostro del tiempo.
.
Num. 7 de Las muertes (1952)
 
 
(Fuente: Cecilia Pontorno)

Pedro Prado (Chile, 1886 - 1952)

 

“El extranjero [I]”





Comparándote, tú, con los humanos,

¿puedes concebir otro tú igual entre todos tus hermanos?

¿Sentirán lo mismo? Las nubes, el silencio

¿vibrarán para todos en el mismo sitio?

¿Vibrarán o se harán manifiestos en otro sentido?

Cuando tú dices «esto siento y esto pienso»

y contestan «eso pienso y eso siento»,

¿habrá igualdad en el fondo de ambos pensamientos?

Si cruzo por las calles, soy para todos una cosa vacía

que ayuda a formar la impresión de la vida;

soy simple detalle en tu propia existencia,

nueva sensación en la cual hace presa

tu alma que vive pasajera…

 

 

 

en Entrever el cielo (Antología), 2023

Descontexto Editores




 

(Fuente: Descontexto)

Daniel Quintero (Buenos Aires, 1957)

 

Variación sobre el poema huelga de Gioconda Belli
 

Hay que parales el país
que nadie salga a la calle ni a barrer la vereda
parar es detenerlo todo
quedarse en la cama
cocinar hacer el amor
hay que parar el viento
las ráfagas del mar las caricias
por el tiempo que sea necesario
los abrazos el circo las panaderías los viajes en tren
que nadie salga ni use el teléfono
que no se abran las ventanas
ni los corazones
pero que los relojes no se detengan
sigan su curso
que vayan dando cuenta del tiempo que les queda
 
que ni los pájaros vuelen.

Anne Sexton (EEUU, 1928 - 1974)

 

AMA DE CASA 

 

Algunas mujeres se casan con su casa.
Es otro tipo de piel; tiene corazón,
boca, hígado y mueve el intestino.
Las paredes son firmes y rosadas.
Mira cómo ella se pasa el día de rodillas,
lavándose a sí misma con fidelidad.
Los hombres penetran por la fuerza, como Jonás atraídos
por su madre carnal.
Una mujer es su propia madre.
Esto es lo principal. 
 
 
ANNE SEXTON. Live or Die. 1966.
 
 
(Fuente: María Negroni)

 

Bruno Di Benedetto (Avellaneda, Buenos Aires)

 

Puede ser una imagen de 3 personas y texto


Lunes, y amanece.

 

Un mal sueño me despierta.
Hago pis.
Hago mate.
La artrosis no duele demasiado.
Salgo al patio.
Riego cada una de las plantitas.
Las acaricio hoja por hoja.
Hago otro mate.
Pienso.
Pienso.
Hago pis otra vez.
No me falles, próstata.
Tengo todo un día por delante.
Tengo muchas decisiones que tomar.
Elijo afilar mi cuchillo.
Cabo de madera y marfil.
Piedra, quince grados de inclinación,
la mecánica de la herida.
Piedra gruesa.
Piedra fina.
Lija al agua del seiscientos.
Lija al agua del dos mil.
No puedo parar
Quince grados
Ida y vuelta
Ida, ida, ida
Quince grados
La mecánica del brillo.
Lo que mata brilla
Me refleja
Refleja el día, el sol, las plantitas, mi boca.
Amo tanto a este cuchillo,
su docilidad de fierro
su forma de reptil
sus quince grados antes de la eternidad
corta carne
corta un pelo en el aire
corta el aire y la respiración
quince grados
ida y vuelta
ida, ida, ida sin vuelta
el brillo
el tajo
el espejo del mundo
 
 
 

EL MES MÁS CRUEL 
 

Ayer, mientras marchábamos, miraba a la gente que nos miraba marchar.
En las veredas, total normalidad:
se pasea
se trabaja
se toma helado
se miran vidrieras
se sacan cuentas: no, no me alcanza
se compra, se vende
se compran, se venden
alguien aplaude tímidamente la marcha
un taxista apoya a puro bocinazo
un morocho nos grita vayan a trabajar
un lobo pasa en su cuatro por cuatro
mira con más odio que hambre
controla su corral:
toda su hacienda en la vereda
cien, doscientos, tres mil
la hacienda permanece tranquila
en la eterna rumia
vacas
en la eterna rumia
ovejas
en la eterna rumia
corderos
corderos
corderos
en busca de la teta:
todavía no saben
que serán sacrificados en abril. 
 
 
 

CÁMARA DE NIEBLA 
 

Lo que no se ve deja un trazo en lo que no te deja ver; el tajo
en la niebla le arranca el parche negro al infinito: ojo de agua
donde borbotea la sed de saber un poco más, pista de vapor o
catarata: la ceguera cántase su mejor tango en esta jaula gris.
Cada dos por cuatro lo imposible te pega de canto; la poesía
manda cruel en el papel, arde la urgencia de ponerle palabras
a eso que no existe pero nos hace existir: una mano invisible
que escribe en el agua la historia del agua. El universo feroz
sopla su canción de nada y deja el tendal: la mirada se cuelga
de su cuerda de luz, broche de oro en el justo punto de rocío.
 
**************
 
(Fuente: de su perfil de Facebook, vía Oscar Vicente Conde)

Jan de Jager (Buenos Aires, 1959)

 

Poema político Nr 1: Café Mantra
 

.
Los países que beben café no deberían ganar más dinero bebiendolo que los países que lo producen.
Los países que beben café no deberían ganar más dinero bebiendolo que los países que lo producen.
Los países que beben café no deberían ganar más dinero bebiendolo que los países que lo producen.
Los países que beben café no deberían ganar más dinero bebiendolo que los países que lo producen.
Los países que beben café no deberían ganar más dinero bebiendolo que los países que lo producen.
Los países que beben café no deberían ganar más dinero bebiendolo que los países que lo producen.
Los países que beben café no deberían ganar más dinero bebiendolo que los países que lo producen.
Los países que beben café no deberían ganar más dinero bebiendolo que los países que lo producen.
Los países que beben café no deberían ganar más dinero bebiendolo que los países que lo producen.
Los países que beben café no deberían ganar más dinero bebiendolo que los países que lo producen.
Los países que beben café no deberían ganar más dinero bebiendolo que los países que lo producen.
repetir cada día
con tu 1ra copa
.
.
"No bebo café" no es excusa, en vez de café puedes adaptar este mantra al té, jugo de naranja, cacao, combustibles fósiles etc.
.
Casa de cambio III

Yabra Ibrahim Yabra (Belén, Palestina, 1919 - Bagdad, Irak, 1994)

 

Puede ser arte pop

 

LAS MURALLAS 

 

 
Debajo de las murallas hay otras murallas
que ocultan otras murallas:
Ur y Jericó, Nínive y Nimrud.
Y sobre las ruinas,
donde se han desvanecido los suspiros de los enamorados
y el crujir de dientes de los desnudos esclavos,
hay unas colinas, habitadas por hormigas y por grillos,
que reverdecen por primavera.
A ellas acude el pastor de la aldea
para entregar su torso desnudo al rocío de la mañana.
Pisa una cabeza
ante la que se doblaban millones de rodillas
y perfumaban las manos de las bellas.
¡Ay de mí!
Oculta las penas de tu corazón cantando.
Tu hijo ha descendido al valle
para recorrer las ruinas
donde las bellas, cubiertas de polvo,
pasean por las murallas
que ocultan otras murallas
y otras murallas.
Entra en los patios de las ciudades desiertas
y sólo encuentra extensos muros
perforados por vanos ciegos.
El ruinoso suelo de mármol se extiende
bajo los ecos de las voces de los cantores.
¡Ay de mí, noche!
Los cantores se han ocultado detrás de las colinas
donde viven las hormigas y los grillos,
los reyes de mármol esperan sin esperanza
y el estiércol de los asnos cubre la historia de los imperios,
el recuerdo de las conquistas
y el derramamiento de sangre.
Oculta el deseo.
Oculta tu deseo y el de todos los descendientes bajo sus pies.
La lujuria de los años ataca sus carnes
y los lanza contra los derruidos muros.
Se reúnen los hermosos labios
en copas de loza
y gotean el jugo de las arterias y la yugular
para dibujar con ellas la pasión de la noche
sobre páginas de piedra.
El águila captura el sol con su pico
y la serpiente destila la sabiduría de su veneno.
Oculta la pasión, ocúltala,
y ponte los brazaletes de oro, los brazaletes de plata,
los brazaletes de la pasión y el afecto.
Ur y Nimrud, y las prostitutas sagradas
en los templos de Babel y de Biblos
ofrecen sus cuerpos a los extranjeros
para que reverdezcan las colinas
(sobre las murallas de las ciudades)
y tiemblen las espigas de oro y las amapolas de sangre
bajo las garras del cuervo y del milano.
Los labios de las viudas y los de las vírgenes tienen sed
(oculta tu hambre, ocúltalo).
La noche se extenderá sobre las murallas
que ocultan otras murallas
y otras murallas.
 
 
 
Del poemario Tammuz fi l madina (Adonis en la ciudad). Beirut, 1959.
Traducción del árabe:
María Luisa Prieto
Foto : Helen Zughaib and Arab-American Identity - University Galleries - University of San Diego
 
(Fuente: Daniel Edgardo Petasne)

 

Antonio Orihuela (España, 1962)

 

Arriba parias de la tierra

 


Vuelven los esclavos

pero no traen canciones que hablan de libertad,



politonos, emoticonos y whatsapp,

cantan por ellos

las canciones del amo.





Antonio Orihuela. Camino de Olduvai. Ed. Irrecuperables, 2023


 (Fuente: Cultura y anarquismo)

Nicolás López-Pérez (Rancagua, Chile,1990)

 

la velocidad de la vida










                La posibilidad de otra sustitución del paisaje
                                                       Arkadii Dragomoshchenko

 
A contrapelo, sentimientos y algunas ideas
puestas en el congelador este invierno.
Nada personal qué gritar, solo la tarde.
Berlín se deshace entre las pupilas
y es un buen momento para recomenzar.
La claridad viene inaudita y se incorpora.
Quizás es producto de la experiencia
o de los errores que modifican el temple.
La misma cara de la misma moneda.
Experiencia, error, enroscarse es buen plan.

Lo gracioso es el ímpetu de la búsqueda.
De la razón, de la explicación más acorde.
Algunos dirán la sana oposición racional.
Cosas pensadas para otros, no con ellos.
Malamente, vivimos en el antagonismo.
Hacerse preguntas es continuar con vida.
Y para qué, si la nieve sigue cayendo.
Y para qué, si hay que parar la olla.
La derrota no es una solución real.
Ni la amargura ni el realismo van.
A veces la certeza puede ser fútil.
Las respuestas no caen del árbol.
No son manzanas que desean iluminar.

La velocidad de la vida: fragmentos
de agua que corren por la ciudad.
El paseante muerde el anzuelo:
próxima parada, lejos, muy lejos
de su zona de interés (vital)
de su zona de confort (emocional).
Tan solo materiales para seguir
trabajando preguntas sobre preguntas.

Quizás el paisaje podría sustituirse
con ese charquicán recién cocido
presente en la cabeza, idéntico
a una gallina empollando otra vida.
El anzuelo, entonces, y la ansiedad:
peces en el río que miran más allá:
el reverso cerúleo y las sombras.
El día se agota entre pendientes.
Cosas que se van postergando:
llamadas, mails, mensajes sin leer.
En especial, decisiones que esperan.
No queda registro de esta operación.
El bumerán que no impacta, vuelve.

La vida no es un proyecto ni un plan.
Deambular por el éxito y el fracaso
resulta un tira y afloja en el vaivén.
La experiencia ajena de algo sirve.
Después del anzuelo, vertir la cabeza
directo a un objeto de la misma realidad.
Leer o escribir, elongar las piernas, la lengua.
Hasta tocar la respiración de un extraño.
El paisaje cambia: el transcurrir transforma
la condición de las cosas en una dirección
necesaria e inusitada. Bienvenida, sorpresa.

La velocidad de la vida es relativa:
lenta, rápida, no logramos concebirla:
hay demasiada fe en los resúmenes.
Y la vida se hace liviana como una extraña.
El aire se siente tan limpio entre la multitud.
Entre esos rostros conocidos desconocidos
que oscilan entre este y oeste, sur y norte.
La propia es una existencia silenciada
solo concentrada en la narrativa portátil:
aprender, conmoverse y asociarse.
Tal vez la experiencia y el error
no son tan malos al final del día.
La tarde es una bola de discoteca.
La madrugada y la mañana también.
Y de pronto, un abrazo, un beso
y al camino otra vez, quizás hasta cuándo.

***
. Inédito.
 
(Fuente: La comparecencia infinita)

 

Mimy Kinet (Tellin, Bélgica, 1948)

 

Puede ser una imagen en blanco y negro de 1 persona y sonriendo

 

UNA SOMBRA SE ROMPE...

 

Una sombra se rompe entre dos higos
y ahora eres prisionero
de una estrella.
 
(aunque estás vacío,
rebosarás de milagros)
 
Desde que permaneces callado,
la vida alimenta tu lengua:
 
provoca un canto de amapolas.
 
 
_______________________
de "Le discurs du muet. Fables du mardi" (1994), en "Dossiers Littérature Française de Belgique", n.º 56-3, Service du Livre Luxembourgeois, Luxemburgo, 1997. Versión de Eduardo Conde En la imagen, Mimy Kinet (Tellin, Bélgica, 1948 / Souffle Inédit)
 
 
 

Une ombre éclate entre deux figues
et te voilà prisonnier
d’une étoile.
 
(même si tu es vide,
tu déborderas de mirages)
 
Depuis que tu te tais,
la vie nourrit ta langue :
 
il pousse un chant de coquelicots.
 
 
 
(Fuente: Jonio González)

 

Lyn Coffin (Nueva York, EEUU, 1943)

 

UN POEMA DE  LA CARA OCULTA DE LAS GÁRGOLAS

 





MURIENDO EN EL HOSPITAL

Para K.R.


Estás echado, mudo, y no logras mirarme.

Me miras, y no logras mentir mudo.

Tratas de desvanecerte como una piedra en el lago.

Como una piedra en el lago, tratas de desvanecerte.

Estás echado, mudo, y consigues mirar afuera.

No tratas de desvanecerte en mí como una piedra.


No estoy segura de nada aquí, y el amor no encaja.

El amor no va aquí, y no estoy segura de nada.

Como no sé nada, mejor no hablarme de amor.

Mejor no hablarme en absoluto, si nada sé de amor.

Como no sé que el amor no corresponde, y no estoy

segura de nada, nada, mejor no hablarme de amor.


Nada es nada para mí; nosotros no resonamos.

Nosotros no resonamos; nada es nada para mí.

Siento que te estés muriendo. Si yo pudiera decirte.

Si pudiera decirte que siento que te estés muriendo.

Nada es nada. Solo siento que estés muriendo sin mí.

Si pudiera decirte que resonaremos ahora.


Quieres sonar como una campana, y me muestras el lago

afuera. Yo no. puesto que el amor no me pertenece,

y no estoy segura de nada aquí, nada, es mejor

no hablar ahora. Yaces, mudo. Nada es nada sin

ti. Si, al menos, yo pudiera desaparecer. Tú eres

la piedra de amor en mí: siento que estemos muriendo.




Lyn Coffin

La cara oculta de las gárgolas

seguido de ¡Ay!


Traducción de Elisabeth Candina Laka y José Blanco


La oveja negra

Garvm

(Fuente: Papeles de Pablo Müller)

 

William Butler Yeats (Dublín, 1865 - Roquebrune-Cap-Martin, Francia, 1939)

 

Cuando Helena vivía



 
 
Hemos gritado desesperados
que los hombres abandonan,
por algún asunto trivial
o una ruidosa e insolente diversión,
la belleza que hemos obtenido
de las horas amargas;
y aún así, si hubiésemos andado
entre aquellas torres desmochadas
por las que Helena caminó con su chico,
habríamos recibido como el resto
de los hombres y mujeres de Troya
una palabra y una burla.
 

 "Responsabilidades" [1914], Poesía reunida, Pre-Textos, Valencia, 2010
Traducción de Antonio Rivero Taravillo

Más poemas de W. B. Yeats en Otra Iglesia Es Imposible


When Helen Lived

We have cried in our despair
That men desert,
For some trivial affair
Or noisy, insolent sport,
Beauty that we have won
From bitterest hours;
Yet we, had we walked within
Those topless towers
Where Helen waked with her boy,
Had given but as the rest
Of the men and women of Troy,
A word and a jest.

---
Foto: Hulton-Deutsch Collection/Corbis/Getty Images
 
 
(Fuente: Otra Iglesia Es Imposible)

 

Rubén Darío (Nicaragua, 1867-1916)

 

"Verlaine. Responso"

 


 
 
Padre y maestro mágico, liróforo celeste
que al instrumento olímpico y a la siringa agreste
          diste tu acento encantador;
¡Panida! Pan tú mismo, que coros condujiste
hacia el propileo sacro que amaba tu alma triste,
          ¡al son del sistro y del tambor!

Que tu sepulcro cubra de flores Primavera,
que se humedezca el áspero hocico de la fiera
          de amor si pasa por allí;
que el fúnebre recinto visite Pan bicorne;
que de sangrientas rosas el fresco abril te adorne
          y de claveles de rubí.

Que si posarse quiere sobre la tumba el cuervo,
ahuyenten la negrura del pájaro protervo
          el dulce canto de cristal
que Filomela vierta sobre tus tristes huesos,
o la harmonía dulce de risas y de besos
          de culto oculto y florestal.

Que púberes canéforas te ofrenden el acanto,
que sobre tu sepulcro no se derrame el llanto,
          sino rocío, vino, miel;
que el pámpano allí brote, las flores de Citeres,
y que se escuchen vagos suspiros de mujeres
          ¡bajo un simbólico laurel!

Que si un pastor su pífano bajo el frescor del haya,
en amorosos días, como en Virgilio, ensaya,
          tu nombre ponga en la canción;
y que la virgen náyade, cuando ese nombre escuche
con ansias y temores entre las linfas luche,
          llena de miedo y de pasión.

De noche, en la montaña, en la negra montaña
de las Visiones, pase gigante sombra extraña,
          sombra de un Sátiro espectral;
que ella al centauro adusto con su grandeza asuste;
de una extra-humana flauta la melodía ajuste
          a la harmonía sideral.

Y huya el tropel equino por la montaña vasta;
tu rostro de ultratumba bañe la luna casta
          de compasiva y blanca luz;
y el Sátiro contemple sobre un lejano monte
una cruz que se eleve cubriendo el horizonte
          ¡y un resplandor sobre la cruz!
 
 

Rubén Darío en Prosas profanas (1896), incluido en Antología crítica de la poesía modernista hispanoamericana (Ediciones Hiperión, Madrid, 1992, selec. de José Olivio Jiménez).
 
 
(Fuente: Asamblea de palabras)


 

Precious Arinze (Nigeria, 1997)

 

En mis sueños, mi papá siempre pierde la voz 

 

me quedo abrazada a lo que el trauma le enseñó a mi sangre a saltar
& a hacer desaparecer en presencia de cualquier cosa imaginable
como un arma. como siempre, nunca se le ocurre ser otra cosa
que infeliz. trata de incorporarse, pero sus piernas son los hilos
de un barrilete & todas las declaraciones violentas de mi juventud
se arremolinan sobre él como una tormenta frenética. es
lo que se lo va a tragar. en mis sueños, la verdad arrastra
de la lengua a mi papá & le exige que pida clemencia. tose & escupe
& de ahí sale mi niñez. mi cuerpo nuevo para mí otra vez. sin marcar
por fantasmas que sólo un borracho es capaz de atravesar. me presento
ante él con una nueva lista de pecados: campos de polvo serpenteante
que florecen en cada habitación un domingo a la mañana, una toalla sin doblar
& sin usar, olor a arroz quemado que se nos mete por la nariz. no damos más,
sentados frente a frente. nuestras mejores partes mutiladas & ensangrentadas
entre los dos. me despierto con el gusto de lo que la desgracia le hace
a una genealogía. lo que el dolor. lo que los recuerdos como llagas en la boca.

 

Traducción de Ezequiel Zaidenwerg

 

(Fuente: ZAIDENWERG) 

miércoles, 28 de febrero de 2024

Maria Wine (Copenhague, Dinamarca, 1912-Solna, Suecia, 2013)

 

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DESOLACIÓN

 

Ella siguió viviendo su vida
en la habitación donde él había muerto
para seguir respirando siempre
sus últimos suspiros
reflexionar sobre las últimas
ideas que él pensó-
Se metía en sus ropas
se sentaba en su sillón
y leía una y otra vez
el último libro que él había leído
pero nunca pasaba de la página
a la que él había llegado-
Llevaba en la muñeca
el reloj de pulsera de él
que había hecho tic-tac a la velocidad de su pulso vivo
y ahora lo hacía débilmente al compás
del pulso renuente y triste de ella
Comía con los cubiertos de él
bebía de su taza favorita
Se peinaba con el peine de él
delante de su espejo
Se quedaba largo ratos mirando
al espejo buscando inquisitiva
como si esperase que la profundidad
le fuera a devolver por compasión
el rostro de él.
 
 
 
______________________
en “La incierta nave de Duizá”, Libros del Innombrable, Zaragoza, 2002. Trad. del sueco, Francisco Uriz. En la foto, Maria Wine (Copenhague, Dinamarca, 1912-Solna, Suecia, 2013 / Swedish Book Review)
 
 
(Fuente: Jonio González)

 

Eihei Dōgen (Kioto, Japón, 1200-1253)

 

15 frases del maestro zen Eihei Dogen para volver al aquí y ...

 
La asombrosa mente-nirvana
 

Las flores se abren
en nuestro hogar original,
por eso son eternas;
 
aunque las primaveras
vienen y se van,
sus colores no se desvanecen.
 
 
 
(Fuente: Isaías Garde)
 

Samer Abu Hawash (El Líbano, 1972)

 

«El hombre hermoso»

Versión de Juan Carlos Villavicencio





a mi Padre


Lo encontraron de este modo:
un cuerpo
desnudo
una planta verde
había atado su sombra
al suelo y dijo:
así que no duerme sin darse cuenta
entonces lloró
así lo encontraron
al mediodía
al hombre hermoso
codo a codo
con los peces.
 
 
(Fuente: Descontexto)






 

José Emilio Pacheco (Ciudad de México, 1939- Ciudad de México, 2014)

 

La Diosa Blanca y otros Poemas

       
José Emilio Pacheco 

 
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                               


                                                                                                                                                                                                                                                                           La Diosa Blanca

Porque sabe cuánto la quiero y como hablo de ella en su ausencia,
la nieve vino a despedirme.
Pintó de Brueghel los árboles.
Hizo dibujo de Hokusai el campo sombrío.

Imposible dar gusto a todos.
La nieve que para mí es la diosa, la diosa, la novia,
Astarté, Diana, la eterna muchacha,
Para otros es la enemiga, la bruja, la condenable a la hoguera.
Estorba sus labores y sus ganancias.
La odian por verla tanto y haber crecido con ella.
La relacionan con el sudario y la muerte.

A mis ojos en cambio es la joven vida, la Diosa Blanca
que abre los brazos y nos envuelve por un segundo y se marcha.
Le digo adiós, hasta luego, espero volver a verte algún día.
Adiós espuma del aire, isla que dura un instante.


Chapultepec: La Calzada de los Poetas                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                En el bosque de Chapultepec y cerca del lago hay una calzada                                                                     en que se levantan bustos de bronce a los poetas mexicanos.
                                                        Guía de la ciudad de México

Acaso más durable que sus versos el bronce
y nadie alza los ojos para mirarlos.
Aquí en el bosque sagrado,
cerca del lago y la fuente,
en medio de los árboles que se mueren de sed,
por fin se encuentran en paz.

La hojarasca de otoño les devuelve en la tarde
palabras que dejaron sin saber para quién ni cuándo.

Y perduran en bronce porque escribieron.
(No para estar en bronce escribieron.)

Extraña sensación esta vida inmóvil
que sólo se reanima cuando alguien los lee.


¿Qué leemos
cuando leemos?
¿Qué invocamos
al decirnos por dentro lo que esta escrito por ellos
en otro tiempo, incapaz
de imaginar el mundo como es ahora?

Algo muy diferente sin duda alguna.
Se gastan las palabras, cambia el sentido.

Aquí bajo el sol, la lluvia, el polvo, el esmog, la noche
yacen los prisioneros de las palabras.


Orquídeas

¡Qué hacen aquí
estas orquídeas demasiado sexuales?
Son lo salvaje, lo vivo,
lo perdurable por efímero.
todavía huelen a selva,
a liana, a gruta, a humedad.
Su blancura veteada de violeta
impugna
esta sala elegante que las condena a ser ornamento.

No saben lo que valen estas orquídeas bárbaras,
muriéndose
ante el televisor de pantalla inmensa,
la videocasetera de lujo,
el celular y los discos ópticos,
el Kitsch irredento
en las altivas fotos familiares
de quienes conquistaron este mundo
destruyendo con su ganado y su ganancia
la misma selva condenada a morir
que hizo posible las orquídeas.


El Ave Fénix

                          A Eliseo Diego

Arde en la hoquera de su propio vuelo.
Bajo el cuerpo de lumbre ella es el sol.
Su resplandor la atrae y la convierte en ceniza.

Viaja a su íntima noche, se asimila
Al leve polvo errante de los muertos.

Pero entre lo deshecho se rehace.
Toma fuerza del caos, se teje en luz
y amanece en la llama indestructible.



José Emilio Pacheco (Ciudad de México, 1939- Ciudad de México, 2014) Poeta, narrador, cuentista, novelista, traductor, crítico y periodista.
 
 
(Fuente: Alpialdelapalabra)