martes, 22 de marzo de 2016

Luis Hernández (Perú)


Ezra Pound: cenizas y cilicio
1
Tower of Pisa
Alabaster and not ivory. Y eterno,
Para ferias de fascistas
Quien la canta.
Y ebrio ya de belleza y en demencia
(Puede ser que sus ojos sean nuestros)
Rojo mar y el adriático crepúsculo
Y dos guerras herrumbradas en su frente:
Frente a la lívida amenaza de la historia:
Ezra Pound,
Ezra
Y su ejército perenne en pie
De muerte.
Torre de Pisa
Et cinis et cilicium.


2
Ezra:
Sé que si llegaras a mi barrio
Los muchachos dirían en la esquina:
Qué tal viejo, che’ su madre,
Y yo habría de volver a ser el muerto
Que a tu sombra escribiera salmodiando
Unas frases ideales a mi oboe.
El milagro se oculta entre lo oscuro
Donde olvido y memoria son tan sólo
Los reflejos de lo áspero y amado,
La ilusión que ha surgido de enebro
Duramente recuerdo tus poemas,
Viejo fioca,
Mi amigo inconfesable.

lunes, 21 de marzo de 2016

Juan Carlos Bustriazo Ortiz


UNCA BERMEJA(Fragmento)


Y en las hornallas hízose el fuego
y la gente bailó sonámbula
las pirámides truncas moras
de panes pálidos cuajadas
y bailaron las bayas secas
de los mollares enrojecidos
tan en la música enlazábanse
tan bien mirábanse a los ojos
el quejón bailó levemente
y llamábate entre las zarzas
y bailaron bichos azules
mariposones bermellosos
bailaban el polvo de la tierra
la brisa toda acollarada
y muy la noche hízose el beso
y heridas fueron las caderas
las cinturas despelechadas
en la barrienta hechicería
centella verde no bajaste
ni empurpurada toda fuísteme!

Y ahora estás para vos sola con tu sonrisa contra el mundo 
cáeme la noche desvencijada 
déjame más un ay yaciéndote
quiero tu olor de niebla abierta
 sácame vetas de temblor verde
 despellejados juanjirones
 quiero otra muerte de conana
 quiérome esta hasta lo claroso
 déjame hacer en esta sombra
 hasta la herida del colorinche
 cuando respires muy frutona
 mora entreblanca o entreoliva
 en esta cosa hecha de enjambre
 quiérome estar hasta el dios mío
 hasta que pálida medanees
 o hasta que el buche de la paloma
 déjame herir hasta lo amarillo
 hasta que tu sed mate otra uva
 y entre lo destrozado vivas!




martes, 15 de marzo de 2016

Juan Carlos Bustriazo Ortiz


Bordona



Pasa niebla con el pelo suelto
(“por la cruz yo te digo, juan, la copa, y en su nombre me espejo
lo enyescado, lo sentido del vaso, Juan, qué pasa, quién vihuela sol-
tada de humo santo, esta casa de sal, la noche mía, esta noche aca-
bada sin regazo, niebla pasa de costa enfueguecida, de palacio que-
mado son sus pájaros, de alma suelta se viene, dobla el viento o la
esquina del viento enoverado, pasa suelta de sienes, pensamientos,
hoguerones del éxtasis llorando, se le vuelan las niñas de los ojos,
el plumaje azafrán, lo perfumado, se le vuelan los ayes de la boca,
abejones sonrojos son sus brazos, se le vuela la noche amarillada
“de la niebla de dios, dobla el quebranto de la calle de mí, juan, va
“soltada, ni sin carne ni huesos, va volando, suelta suelta, cortada
“de la niebla, con su pelo de niebla bor-
“doneado, juan, la noche, la copa, el entre-
“vero redondito del trago en desamparo,
“niebla pasa, la suelta de humaredas, des-
“humada del tiempo, de lo amargo, suelta
“de humo, de antigua cabellera de la nie-
“bla pintada en los piedrajos, juan, la
“niebla que pasa desatada, suelta de agua
“y de sangre, mi costado siente su aire
“latiendo la sal negra de su flauta, ya,
“juan, campana, canto, cencerrura del cielo
“tan soltada de mujer de la niebla, juan,
“el vaso, pasa suelta de diosa, puma suel-
“ta, cachorrita del monte, ojo rasgado, juan,
“la niebla sueltísima de nuncas, niebla jo-
“ven, nieblor ensusurrando, doledor quedo,
“juan, de eternidades, yo le adoro la vida,
“siento pasos… “)

“…ay …, esta enorme, terrible mesa mía…”


(“vengan, noches, que el pan es una boca en la boca que huye de la espina,
“vengan, cielos, la yesca de la mesa tañe de oro sagrado, repartida, una
´”llama que cae en las cabezas, un quetral de los cielos, una niña que se
“sale de la niebla, que se hornea, que se arrulla de pan de olor, cobriza, nie
“bla niebla de olor, ala en la yesca, juan, la luna es un ascua conmovida, ven-
“gan árboles vivos, rosas, pájaros, heriduras no me oigan, muertes finas, muer-
“tes bárbaras, juan, la niebla tarda, apenitas un agua enlejosida, pasan aguas
“redondas por la calle, aguas dulces de a dos como mellizas, juan, la noche,
“la yesca tañedora, juan, la calle, la sal de aquella esquina, otra vez estos
“símbolos quemados en la mesa se agolpan, se persignan, vengan, fuegos de le-
“jos, vengan, cantos, alerón de las bardas, las bardinas, los paisanos del vien-
“to, vengan, ruidos, luces malas, juan, vengan, costeritas, las bandadas de dios,
“las jagüaleras, cicatrices del vino, juan,
“esquilas, las comparsas paisanas, pobres in-
“dios esquilando entre piedras que caminan,
“juan, la niebla es un beso por la frente, por
“los ojos la niebla es una chilca, un olor de
“la chilca, juan, la yesca, vengan piedras salto-
“nas, primitivas, muertes ciegas y tristes no me
“escuchen, juan, la copa de niebla, la escudilla,
“vengan, flores de piedra, boleaderos, vengan, ca-
“rros quemados, torrecitas, juan, la mesa es el
“mundo, no hay distancias, tajamares del loco,
“travesías, vengan, flores de niebla, venga, nie-
“bla, juan, la copa, los cerros de la vida!... “)
“…ay, juan, la piedra infiel, la siesta, ay,
el poniente…”


(“…moradito el poniente, juan, la sangre de la vida, la tarde machucada,
“niebla vuela en la siesta, misteriosa, en la siesta que se va, juan, de mi ala,
“allá lejos la piedra que se mueve en un cerro que brilla como la plata, el
“abuelo que afila su cuchillo en la piedra que vive, que se habla, en los
“cerros salados, juan, la piedra que se gasta la sombra milenaria, en la sies-
“ta se va, piedra del hambre y se vuelve con ojos de torcaza, juan, la tarde
“de piedra que se mece, que se arrulla en la siesta espinamala, en el pecho
“me esplende este salitre, esta plata del diablo ensortijada, esta joya sin
“dios, trapelacuche, pectoral de la muerte con sonajas, en la siesta se vue-
“la, juan, y vuelve de perfume majado en las miradas, moradito el poniente,
“y el cuchillo del abuelo en la pie-
“dra que se hamaca, juan, la siesta me
“miente, yo la dejo que me taña su mú-
“sica delgada, que me abeje su abeja
“infiel, la piedra del abuelo afilando
“su hoja mansa, juan, la siesta, dónde an-
“da niebla, dónde, en qué esquina del co-
“bre está su casa, mata oscura me soy
“sobre la piedra, juan, matojo de sienes
“torturadas, moradito el poniente, mora-
“dito, pectoral, parirura de la plata,
“plata hereje, sal, sal, trapelacuche,
“plataespinayelurapuñalada, juan, la
“siesta terrible, y ella vuelve, berme-
“jita me arrulla, me alabanza, y el cu-
“chillo en la piedra del abuelo, inocen-
“te terror de la chivada, moradito el
“poniente, juan, la siesta, ella vuelve,
“la plata canta, canta…”)

viernes, 11 de marzo de 2016

Paul Auster


En memoria de mí mismo, de Paul Auster







Sencillamente haberme detenido.
Como si pudiera empezar
donde mi voz se ha detenido, yo mismo
el sonido de una palabra
que no puedo decir.
Tanto silencio
vuelto a la vida
en esta pensativa carne, en este rítmico
tambor interior de palabras:
tantas palabras
perdidas en el ancho mundo
de mi interior, y de ese modo haber sabido
que a pesar de mí mismo
estoy aquí.
Como si esto fuera el mundo.
en Poesía completa, 2004
Traducción: Jordi Doce




In memory of Myself
Simply to have stopped. / As if I could begin / where my voice has stopped, myself / the sound of a word / I cannot speak. / So much silence / to be brought to life / in this pensive flesh, the beating / drum of words / within, so many words / lost in the wide world / within me, and thereby to have known / that in spite of myself / I am here. / As if this were the world.





miércoles, 9 de marzo de 2016

Amelia Biagioni


Oh tenebrosa fulgurante

Oh tenebrosa fulgurante, impía        
que reinas entre cábala y quimera    
Oh dura poesía
que hiciste mi imprevista calavera.  

Por qué me diste huesos  
sí yo era, entre lenguas, "la que nombra
muriendo transparente", y entre besos,
"llovizna", desde el beso hasta la sombra;

Sí yo era la pálida costumbre            
de cruzar el otoño trashumante,
mientras tú suavemente, ave de lumbre      
alta volabas y constante.

Por qué bajaste oscura. Mis despojos
creas, desencadenas mi esqueleto.
Devoraste mis párpados, mis ojos  
mi corazón secreto.  

Oh sacrílega maga que ceñiste      
la gracia en hambre, alazo, pico y garra
por qué en tu salamandra convertiste
a mi tristísima cigarra.      

Por qué. Pero me ofrezco y apaciento
mis huesos, y mi cara se acostumbra
a ser tan sólo profecía y viento
Come, cuerva. Y relumbra.


sábado, 5 de marzo de 2016

Eduardo Ainbinder


Los sueños en retirada




Primero:

Llegará el día en que podré exclamar
a mis seres queridos, personal doméstico, proveedores en general:
Vengo de renunciar y estoy en éxtasis.
Segundo: en la construcción de la Gran Obra
apenas soy un insignificante operario;
en cuanto mis superiores se distraen
aprovecho para no hacer nada,
cuando intensifican los controles
le soy infiel al trabajo con la mente.
Tercero: si fuera mi tarea bajarles el pulgar uno por uno
a objetos que se ofrecen a la contemplación estética,
no le ofrecería el mismo brazo a una anciana decrépita
para pasearla por las calles,
además, a qué moverse de casa si sólo el metal
también lo blandengue se amoneda y circula.
Cosas que respondí, cuando me preguntaron
si mi experiencia fue significativa.




Eugenio Montale


Eugenio Montale / Dos poemas











Como madre

La luz que difunde el Monte Amiata
cuando el sol declina,
la ráfaga de viento que del horizonte
se avecina: esto querríamos poseer
Pero a veces pesarosos del ritmo cotidiano,
a veces oscurecidos por el sentimiento de culpa,
vivimos como truchas intrincadas en el barro.
Luego, a flor de agua, la visión dichosa
de una estela de ópalo que en instantes decolora
deja un surco para que se la recuerde.
Es la prueba que me consuela. Un día, incluso
 yo seré vientre materno para quien no me olvida.


La felicidad

Ayer sentí que el invierno me tenía
reservada una feliz sorpresa.
Develabas mis pensamientos en voz alta.
-¿Y si la vida fuese un misterio vano?
-Permanece en tu elíseo, no seas cruel
con ese vago sentimiento de esperanza
que a nosotros, solo, nos queda. Otra cosa
es la felicidad. Existe, tal vez,
pero no la conocemos.

Eugenio Montale (Génova, Italia – Milán, Italia, 1981) , Diario postumo, Arnoldo Mondadori Editore, Milán, 1991
Versiones de Jorge Aulicino



Come madre

La luce che diffonde il Monte Amiata
quando il sole declina,
la folata di vento que dall' orizzonte
s'avvicina: questo vorremmo possedere.
Ma ora afflitti dal ritmo quotidiano,
ora incupiti del senso di colpa
viviamo come trote avviluppate nella mota.
Poi, a fior d'acqua la visione lieta
d'una scia d'opale che in pochi istanti stinge
lasciando un solco per farsi ricordare.
Ed è la prova che mi consola. Un giorno
anch'io sarò alvo per chi non mi smemora.


La felicità

Ieri sentii che l'inverno mi aveva
riservata una sorpresa lieta.
Svelavi ad alta voce i miei pensieri.
- E se la vita fosse un mistero vano?
- Resta nel tuo eliso, non essere crudele
verso quel vago senso di speranza
che a noi, solo, rimane. Ben altro
è la felicità. Esiste, forse,
ma non la conosciamo,



miércoles, 2 de marzo de 2016

Alejandra Pizarnik


El despertar

                                                      A León Ostrov

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi corazón está loco
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento
a mis delirios

Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo

Ya no baila la luz en mi sonrisa
ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte
enseña a vivir a los muertos

Señor
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay monstruos
que beben de mi sangre

Es el desastre
Es la hora del vacío no vacío
Es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada.

Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada

Señor
He consumado mi vida en un instante
La última inocencia estalló
Ahora es nunca o jamás
o simplemente fue

¿Cómo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para reaparecer en el mar
donde un gran barco me esperaría
con las luces encendidas?

¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?

El principio ha dado a luz el final
Todo continuará igual
Las sonrisas gastadas
El interés interesado
Las preguntas de piedra en piedra
Las gesticulaciones que remedan amor
Todo continuará igual

Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque aún no les enseñaron
que ya es demasiado tarde

Señor
Arroja los féretros de mi sangre

Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón

Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
Qué haré con el miedo