sábado, 30 de abril de 2022

Ferran Fernández (España, 1956)

 

CINCO POEMAS DE CRUEL FANDANGO

 

 

 

 

desapareció todo lo que nos separaba

pero aún sigues haciéndome el vacío

 

(no importa

mi amor se mueve en él como un físico cuántico)

 

 

 

huyo de ti

hacia ti

 

en tus brazos

me salvo

y me condeno

 

 

 

no me niegues

porque no te amé ayer

no desconfíes

de que mañana siga amándote

 

te amo hoy

 

qué más me puedes pedir

qué más te puedo dar

 

 

 

nunca te he dicho que te quiero

con la convicción con que suelo hacerlo

en silencio

 

 

 

mientras me amas

se borran de mi cuerpo

las cicatrices

 

 

 


En: Cruel fandango

 

               Baile del Sol

 

              (Fuente: Papeles de Pablo Müller)

 

Edna St. Vincent Millay (Rockland, Maine, 1892-Austerlitz, Nueva York, 1950)

 

No, yo no me resigno 

 


 
 
 
[Canto fúnebre sin música]

No, yo no me resigno a que los corazones amantes sean sepultados
en la compacta tierra. Así es y así será:
a la oscuridad van el cuerdo y el hermoso. Coronados
de lirios y laurel ellos van. Pero yo no me resigno.
Pensadores y amantes, ¡hundíos en la tierra!
Sed uno con el polvo sordo y nivelador.
Algo de lo que fuisteis y supisteis
debe quedar. Pero perdióse lo mejor.
Las rápidas respuestas, las miradas sinceras, el amor y sus risas,
todo se fue. Se fue y es alimento de las rosas.
Elegantes, rizadas son las flores. También son olorosas.
Lo sé, aunque no lo apruebo. Más bella era la luz que relucía
en tus ojos que todas las rosas de la tierra.
Hacia abajo, hacia abajo, en las tinieblas de la tumba,
van, poco a poco, el bello, el tierno y el hermoso.
Lentos van, el valiente, el sabio y el gracioso.
Lo sé, aunque no lo apruebo. Y no me resignaré nunca.
 


  Versión de A. Bartra, Poesía norteamericana del siglo XX, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1970


Dirge without Music

I am not resigned to the shutting away of loving hearts in the hard ground./So it is, and so it will be, for so it has been, time out of mind:/Into the darkness they go, the wise and the lovely. Crowned/With lilies and with laurel they go; but I am not resigned./Lovers and thinkers, into the earth with you./Be one with the dull, the indiscriminate dust./A fragment of what you felt, of what you knew,/A formula, a phrase remains, - but the best is lost.//The answers quick & keen, the honest look, the laughter, the love,/They are gone. They have gone to feed the roses. Elegant and curled/Is the blossom. Fragrant is the blossom. I know. But I do not approve./More precious was the light in your eyes than all the roses in the world.//Down, down, down into the darkness of the grave/Gently they go, the beautiful, the tender, the kind;/Quietly they go, the intelligent, the witty, the brave./I know. But I do not approve. And I am not resigned.
 
 

Foto: Edna St. Vincent Millay, 1937 (AP), en syracuse.com
 
 
 
(Fuente: Otra Iglesia Es Imposible)

 

Sona Van (Ereván, Armenia, 1952)

 

Mi tío lisiado de guerra

 




 
 
… Cada seis pasos
ostentosamente
hacía girar el bastón en el aire
tres veces
y luego continuaba otros seis pasos
había convertido en rito su pérdida
para no perder el encanto del paso
del victorioso coronel
en el noroeste… bajo el río
p.d.: él podía mostrar sobre el mapa
el lugar exacto de su pierna izquierda
 

En Libreto para el desierto [2015]
 

 Feria Internacional del Libro de Buenos Aires/XV Festival de Poesía
Traducción de Vartán Matiossián


Foto: Sona Van Official Web Site
 
 
 
(Fuente: Otra Iglesia Es Imposible)

 

Kati Neuvonen (Finlandia, 1975)

 

Siempre he sido una persona amante de la naturaleza...

 


 
 
 
 
Siempre he sido una persona amante de la naturaleza. De niña bendecía las casas
con árboles enteros, al recibir la confirmación me regalaron una escopeta.
Sin alas no puedo volar, canturreo y redacto las ciencias naturales a mi gusto: abrazando al árbol se reproduce el ave.
Tomo al árbol más grueso del parque, me introduzco en los anillos, por un momento soy un ciclo. La tierra tiembla, la savia mana del costado, mancha las sábanas drapeadas. De la yema axilar brota un nido, del nido brotan crías, yo lloro y grito: picos picos picos cerrados, ojos ojos ojos abiertos, soy esencial, femenina, perfecta, llena de árboles, tierra, amor.
 
 

Kati Neuvonen, incluido en Periódico de poesía, 6 de enero de 2020, UNAM, México, versiones de Zoila Forss-Crespo Moreyra y Roxana Crisólogo).
 
 
 
(Fuente: Asamblea de palabras)

 

Carol Ann Duffy (Glasgow, Escocia, 1955)

 



 

 

A millas de distancia



Te deseo y no estás aquí. Me detengo
en este jardín, espirando el color que tiene el pensamiento
antes de ser lenguaje al aire quieto. Incluso tu nombre
es un fantasma pálido y, aunque lo exhalo una
y otra vez, no se queda conmigo. Esta noche
te invento, te imagino, tus movimientos más claros
que las palabras que te hago decir que dijiste antes.

Donde quiera que estés ahora, en mis pensamientos capturas mi atención
con una mirada, permaneciendo aquí mientras la luz vespertina
se disuelve en la tierra. La forma de tu boca no es la correcta,
pero aún así sonríe. Te acerco a mí, a millas de distancia,
inventando el amor, hasta que el ruido de las aves nocturnas
interrumpe y convierte lo que había de venir, lo que era seguro,
en recuerdo. Las estrellas nos filman para nadie.


Originalmente




Vinimos de nuestro propio país en un cuarto rojo
el cual cruzó los campos, mientras nuestra madre cantaba
el nombre de nuestro padre al ritmo del girar de las ruedas.
Mis hermanos lloraron, uno de ellos sollozaba, Casa,
Casa, mientras las millas se retraían a la ciudad,
la calle, la casa, los cuartos vacíos
donde ya no vivíamos. Miré fijamente a
los ojos de un juguete ciego, sosteniendo su pata.

Toda infancia es una emigración. Algunas son lentas,
dejándote parada, resignada, en una avenida
donde nadie que conozcas vive. Otras son súbitas.
Tu acento es incorrecto. Las esquinas, que parecen familiares,
te llevan a propiedades inimaginadas y de muros empedrados, niños grandes
comen gusanos y gritan palabras que no entiendes.
La ansiedad de mis padres se agitaba como un diente flojo
en mi cabeza. Quiero nuestro propio país, dije.

Pero luego olvidas, o no recuerdas, o cambias,
y, al ver que tu hermano se tragó un caracol, sientes solo
un resquicio de vergüenza. Recuerdo mi lengua
mudando de piel como una serpiente, mi voz
en el salón de clases que sonaba igual que el resto. ¿Pienso que solo
perdí un río, la cultura, el habla, el sentido del primer espacio
y el lugar correcto? Ahora, ¿De dónde vienes?,
preguntan los extraños. ¿Originalmente? Y yo vacilo.

***

Versiones de Alfonso Aispuro
Círculo de Poesía

/
 

Miles away



I want you and you are not here. I pause
in this garden, breathing the colour thought is
before language into still air. Even your name
is a pale ghost and, though I exhale it again
and again, it will not stay with me. Tonight
I make you up, imagine you, your movements clearer
than the words I have you say you said before.

Wherever you are now, inside my head you fix me
with a look, standing here whilst cool late light
dissolves into the earth. I have got your mouth wrong,
but still it smiles. I hold you closer, miles away,
inventing love, until the calls of nightjars
interrupt and turn what was to come, was certain,
into memory. The stars are filming us for no one.

~
 

Originally



We came from our own country in a red room
which fell through the fields, our mother singing
our father’s name to the turn of the wheels.
My brothers cried, one of them bawling, Home,
Home, as the miles rushed back to the city,
the street, the house, the vacant rooms
where we didn’t live any more. I stared
at the eyes of a blind toy, holding its paw.

All childhood is an emigration. Some are slow,
leaving you standing, resigned, up an avenue
where no one you know stays. Others are sudden.
Your accent wrong. Corners, which seem familiar,
leading to unimagined pebble-dashed estates, big boys
eating worms and shouting words you don’t understand.
My parents’ anxiety stirred like a loose tooth
in my head. I want our own country, I said.

But then you forget, or don’t recall, or change,
and, seeing your brother swallow a slug, feel only
a skelf of shame. I remember my tongue
shedding its skin like a snake, my voice
in the classroom sounding just like the rest. Do I only think
I lost a river, culture, speech, sense of first space
and the right place? Now, Where do you come from?
strangers ask. Originally? And I hesitate.
 
 
 
(Fuente: La comparecencia infinita)

 

viernes, 29 de abril de 2022

Jorge Sosa

 

DOS POEMAS DE PONY YOGHURT CON CENIZAS

 

 

 

 

Mi abuelo Felipe

volvió de la muerte un sábado

 

caminó directo a casa

y se sirvió una taza de café.

 

Tardamos varias semanas

en tramitar de nuevo

 

licencia de manejo

credencial de elector

tarjeta de la seguridad social

tarjeta de la tercera edad.

 

Se reincorporó también

a la burocracia del cuerpo

 

cortar las uñas

cepillar el cabello

lavar los dientes

limpiar la nariz.

 

Conservamos el lote

en el cementerio.

Desechamos el ataúd.

 

 

—————————————————

 

 

En un monasterio malayo,

un grupo de monjes

aplica presión con las manos

en varios puntos de las plantas de los pies

que resulta en la pérdida total

del sentido del tacto.

 

Es necesario

para los que caen de un risco

y se rompen

contra las piedras y el hielo.

Les da unos momentos de paz

antes de morir.

 

El nombre de la técnica

puede traducirse como

“el silencio del cuerpo”

o

“el silencio de Dios”.

 

 

 


Pony / Yoghurt con cenizas

 

Ediciones Liliputienses

 

(Fuente:  Papeles de Pablo M[uller)

 

Selva Casal (Montevideo, 1927-2020)

 

  cuatro poemas













Biografía



Nací
todavía no he muerto
aquí vivo
mi madre es una niña que el viento apenas nombra
mis abuelos eran bellos ciruelos en el jardín
sobre lo prohibido construí mi vida
un día era el color era una fiesta
salimos en medio de la noche a ver el mar
como estertores de la vida
como estertores de una bestia herida
se oían ruidos y gritos y gemidos
callé obstinadamente
viví en llaga viva
sólo nací para mirar la lluvia
nunca supe gramática
la luz tampoco sabe
culpable soy de todas las muertes
de todos lo amaneceres
me sé madre de toda violencia
vi mi cuerpo desintegrado y solo
como una casa en ruinas.

~
 

No elegimos nada



No elegimos nada
Ni siquiera dónde morir
Con su ráfaga de almohada rota
El alba se despeñó
Llorando entre las sábanas
A muerte y desafío
Intentos de la luz
Sólo intentos donde naufragamos
Soñar en ti es llenarse de bruma
Por qué dura tan poco la vida
Y el amor a dentellada limpia nos ataca
Sólo vestigios de la nada quedan.

~
 

Por no encontrar las llaves



A Marosa y Nidia di Giorgio

Tengo dos casas
en una viven alimañas
en otra mis amantes muertos y los gatos
ni con unos ni con otros he podido vivir
y esto no es ficción
ya estaban previstos los latidos del corazón
ordenados los amaneceres
a veces la luna salía tempranísimo
y se sorprendía
a nadie mostraré este poema
a nadie mostraré mi vida
cuando de madrugada me levanto a comer naranjas
y te convoco a ti solo a ti
y te veo corriendo entre las camas
persiguiendo lobos
el demonio existe los ángeles existen
aseguro que nadie me comprenderá
que nadie podrá descifrarme
el último sol que vi era naranja
todo por no encontrar las llaves de la puerta de casa.

~


No me alcanzan los brazos de la tierra



No me alcanzan los brazos de la tierra
no me alcanza la vida
mis amantes me duelen
andan por mi cerebro y son
la vida que no tuve
el silencio anterior
ya estoy definitiva muerta
tuve una casa
tuve tantos hijos subterráneos fantasmas
de noche me hostigaban
cosas y voces que no sé
tú podías haber sido mi padre
tú podías haber sido mi hijo
las calles por donde nos moríamos
no tenían sentido
despierta así no volverás a ser
tócame no hay parte de mi cuerpo
que no sea universal
sé que palpo en silencio
cosas que no he vivido
tristes constelaciones
piernas playas arenas
mutilados enfermos
yo nunca estaré muerta
me dolerán las uñas
los cuerpos los abrazos
los viajes la aventura feroz de cada célula.

***

Extramuros revista
Emma Gunst
 
 
(Fuente: La comparecencia infinita)

 

Javier Sánchez Menéndez (España, 1964)

 

7 poemas de EL SABOR ANTIGUO DE LAS OBRAS




Puntos de resistencia


Los pájaros han comenzado a crear

puntos de resistencia, nidos, refugios.

Acopian alimento

para dejar de ser obreros,

para tener consciencia de sí mismos.


Los pájaros han comenzado a vivir

sin su lamento.





Belleza


La realidad no es bella.

La verdad no es bella.

La naturaleza no es bella.


No debe morir lo bello.


Que solo es bello lo bondadoso.





El sanador


No existe un sanador para lo incierto:

incierta juventud, inciertas posesiones,

incierto y vertical.


La sombra de la encina en esta hora.








El reflejo


La inmensidad del mar o la de la luz,

la vehemencia;

el reflejo del pájaro en el agua,

la negación de ser

o el no ser nada.


Comenzar a añorar

los dos o tres abrazos como aquellos.





Fantasía


Sin miradas, sin luz,

sin fantasía.

Todo acaba perdido

en este tiempo

que pide y continúa

rogando una respuesta

sin solución, sin luz

y sin mirada.


La fantasía es ese lujo

para cuando marchemos.



 

 

 

Lenguaje


En el silencio

el lenguaje despierta las palabras,

les susurra despacio

y acompaña a la música

que permanece intacta

reflejando el cosmos.


Armonía providencial,

Palabra - Verdad,

Poesía - Pureza,

el hombre - virtud.


Así es como se deben

mejorar las ideas.



 

 



Entender


Somos la luz que habita en la luz,

y el agua,

y la tierra.


Somos el fuego y el aire,

y la consciencia

de esa luz que despierta

mientras sigamos juntos.


Para nuestra fortuna

siempre nos resucitan los sabios.







 

Poemas de Ese sabor antiguo de las obras (Chamán Ediciones, Albacete, 2022)

 

(Fuente: Voces del Extremo)


Dariusz Tomasz Lebioda (Bydgoszcz, Polonia, 1958),

 

La tumba de los soldados alemanes descubierta en la ciudad de Bromberg

 




 
 
aquí llegaron al final de su tiempo
aquí se apagaban en sus pensamientos
los abetos de schwarzwald
los labios de lillia marlene y la voz de hitler
aquí en la arena seca del río vístula
cincuenta años en silenciosa
sepultura
sin nombres ni medallas de identificación
sin ojos y sin pulso de la sangre
sólo sus huesos
huesos al lado de huesos
cráneos al lado de agujereados
cascos militares
sin ataúd y sin palabras piadosas de
de un pastor
y sin música
de wagner
cada guerra es un
matadero de la belleza
cada muerte de esta
guerra una
derrota

La Bailarina de la Reina Hatshepsut. Poemas selectos 1980-2005, Guatemala-Madrid, 2008

Feria Internacional del Libro de Buenos Aires/ Festival de Poesía
Traducido del polaco por Danuta Mucha y Renato Vásquez-Velásquez


Foto: Wikimedia Commons
 
 
(Fuente: Otra Iglesia Es Imposible)

 

Natasha Sardzoska (Macedonia del Norte, 1979)

 

Piel 


 
 
 
 
Hojas amarillas sobre tu piel
Poros rasgados de un calor incomprensible
Labios agrietados y un valle hinchado
de pensamientos y tetillas
piel
yo digo
estás sola
o el tiempo se está alejando del reloj aceptable
y oigo cómo se deslizan sobre las capas pálidas
gotas lágrimas secreción vino
pero no es la primera vez
es un retorno constante
y desconcierto antes de la elección que no quieres aceptar
cuando llegue este momento este otoño
en tu piel
en una inundación de
espacios
inadecuados
indecentes
indignos.
 
 
 

Natasha Sardzoska, incluido en Nueva York Poetry (17 de octubre de 2020, EEUU, trad. de Benjamín Valdivia).
 
 
(Fuente:  Asamblea de palabras)

 

Gwendolyn Brooks (EEUU, 1917–2000)

 


Gwendolyn Brooks  es una de las poetas más respetadas, influyentes y ampliamente leídas de la poesía estadounidense del siglo XX. Fue una poeta muy honrada, incluso en vida, con la distinción de ser la primera autora negra en ganar el Premio Pulitzer. También fue consultora de poesía de la Biblioteca del Congreso, la primera mujer negra en ocupar ese puesto, y poeta laureada del estado de Illinois. Muchas de las obras de Brooks muestran una conciencia política, especialmente las de la década de 1960 y posteriores, y varios de sus poemas reflejan el activismo por los derechos civiles de ese período. Su cuerpo de trabajo le dio, según el crítico George E. Kent, “una posición única en las letras estadounidenses. No solo ha combinado un fuerte compromiso con la identidad racial y la igualdad con un dominio de las técnicas poéticas, sino que también ha logrado cerrar la brecha entre los poetas académicos de su generación en la década de 1940 y los jóvenes escritores negros militantes de la década de 1960”.
Robert Stepto¹, que ha abierto y polemizado respecto al canon del Renacimiento de Harlem, decía sobre Brook: “El canon parece incluir a varios hombres, principalmente Claude McKayCountee Cullen, Jean Toomer y Langston Hughes, y una mujer, Zora Neale Hurston. No obstante, tan pronto como nos centramos en autores que estén escribiendo, el canon se ensancha, no por razones arbitrarias, sino porque más autores y más textos amplían nuestro conocimiento. He defendido la inclusión de Dunbar, Johnson y Brown, así como la de Margaret Walker temprana, Richard Wright y Gwendolyn Brooks. Aunque pueda parecer que estos escritores pertenecen a otros periodos, fueron de hecho presencias fuertes en la época de entreguerras: en algunos casos sus escritores inspiran logros literarios de importancia (…). Quizá sea controvertido incluir a Walker en su primera etapa y a Brooks entre las principales escritoras de la época y excluir a Jassie Fauset, Nella Larsen, Georgia Douglas Johnson y otras. Pero cuando uno examina aquellas escritoras que exploran el juego entre formas ‘recibidas’ e ‘indígenas’, Walker, Brooks y Hurston surgen como las principales escritoras del periodo». Dudley Randall, por otro lado, incluyó el nombre de Brooks en la sección de «Post-Renaissance» (The Black Poets, Dudley Randall (Editor), Bantam Books, NY, 1985).

¹ Emory Elliot (Ed.), Historia de la literatura norteamericana, Madrid, Cátedra, 2001, p. 726.

verdad

Y si sale el sol,
¿cómo lo saludaremos?
¿No le temeremos,
no le temeremos
después de una tan larga
sesión en la sombra?

Aunque hayamos llorado por él,
aunque hayamos orado
durante todos los años de la noche,
¿qué pasa si nos despertamos una mañana resplandeciente
y escuchamos el martilleo feroz
de sus firmes nudillos
golpear contra la puerta?

¿No nos estremeceremos?
¿No iremos al refugio,
al querido y denso refugio
de la familiar
bruma propicia?

Dulce, dulce es
dormir en la frescura
de cómodo desconocimiento.

La oscuridad cuelga pesadamente
sobre los ojos.

truth

And if sun comes
How shall we greet him?
Shall we not dread him,
Shall we not fear him
After so lengthy a
Session with shade?

Though we have wept for him,
Though we have prayed
All through the night-years—
What if we wake one shimmering morning to
Hear the fierce hammering
Of his firm knuckles
Hard on the door?

Shall we not shudder?—
Shall we not flee
Into the shelter, the dear thick shelter
Of the familiar
Propitious haze?

Sweet is it, sweet is it
To sleep in the coolness
Of snug unawareness.

The dark hangs heavily
Over the eyes.


Extraído de Gwendolyn Brooks, Blacks, Third World Press, 1987 | Traducción de Juan Arabia | Buenos Aires Poetry 2022

 

 

jueves, 28 de abril de 2022

Santiago Sylvester (Salta, Argentina, 1942)

 

Una noche en la Place du Calvaire 

 

Santiago Sylvester nació en Salta, en 1942. Publicó unos veinte libros: de poesía, ensayo y cuento. Vivió veinte años en Madrid, actualmente vive en Buenos Aires. Recibió premios en Argentina y en España. Es miembro de número de la Academia Argentina de Letras.


 

Los mendigos fumaban restos de tabaco
y se reían como si el mundo les perteneciera.
Una mujer, borracha, dormía como acunada por su madre
entre diarios viejos, moscas,
y los harapos del mundo
donde creí reconocer la bufanda de mi hermano,
pedazos de mi camisa,
botones azules que no servían para muestra de nada.

Uno al otro se cuidaban
porque sabían que no es fácil morir.

Estaban como en los juegos de la infancia,
sueltos, unidos sin memoria
y en medio de ellos
un hombre rubio tocaba el violín
como si fuese un oficiante
que anunciaba el buen tiempo para los desamparados.

Tenía una corbata verde
y movía armoniosamente la mano,
guiada por la música como por una profecía,
y no dejaba su sombrero en el suelo
ni pedía clemencia o tregua a la ciudad.

Más de una hora estuvimos escuchando la música
que no era de esa ciudad sino de todo el mundo
(de todas las plazas, de los caminos que dan al mar)
y de nuestra fe sin amparo
que nuevamente se perdió entre luces, carteles,
mujeres de mirada triste
y galerías humosas.

(Este poema fue escrito para recordar
una noche de 1974,
y esa música libre como un gesto inútil.)


Extraído de Santiago Sylvester, La conversación, Visor Libros, Madrid, 2020, pp. 21-22 | Buenos Aires Poetry, 2022

 

Noelia Arancibia (Sucre, Bolivia, 1987)

 

5 poemas 




Formó parte del taller Poetangas, dirigido por Gustavo Cárdenas Ayad y Juan Murillo Dencker. Participó y organizó lecturas poéticas en ciudad de Bolivia, Portugal y Chile como parte del movimiento poético “100 Thousand Poets for the Change” (100 Mil Poetas por el Cambio). Magíster en Administración Pública Empresarial por la Universidad de Coímbra, Portugal. Abogada y licenciada en Idiomas por la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca. Poemas de alas rotas (Ángeles Del Papel Editores, 2020) es su ópera prima. 



TAJ MAHAL

Siempre,
es aquello que dura siempre,
siempre
es la frase final de un cuento de hadas;
siempre
es la mentira más seductora;
o la verdad más enceguecida.

Siempre
la perpetuidad en el tiempo,
puede ser una promesa vana,
Taj Mahal, la eternidad hecha realidad.
...
Y así nos mentimos siempre.




VALE UN POTOSÍ

“Plateadas entrañas te arrebatan y bautizan
el suelo ahogó la voz y bendijo tu silencio”
N.A.F.

Vale un Potosí la mina,
vale un Potosí tu mujer,
vale un Potosí tus hijos,
vale un Potosí tus padres,
el suelo que pisas,
las manos que siembran,
el caminar de un anciano,
el respirar de un enfermo,
la mirada cautiva de un niño,
el hambre de un pueblo
vale un Potosí.



MESTIZAJE

Ambigüedad y mimetización
exótico, diverso.

Paleta de ritmos y sabores
ni blanco,
ni negro,
café con leche,
de diversos matices.



PLATOS ROTOS

Jugamos a la casita
la frecuencia entrecortada de la cocina 
a veces pedía descanso.

Los platos rotos dormitan
bostezan sobre el ego de tu nombre
tiritan los fragmentos como golondrinas
dispersos susurran una plegaria.

Señor danos la lavada de cada día,
el pegamento que una a nuestros hermanos
reconstruye nuestros cimientos, 
que no nos lleven a la basura
Amén



LAS MANOS GRITAN

De pie,
a veces de rodillas
o recostado en el suelo,
así se talla con cincel
se trabaja la palabra,
con lágrimas, saliva,
sudor y sangre
las manos gritan
poesía. 


Selección de poemas: Miguel Urbizagástegui

 

(Fuente: Sol negro)

Reiner Kunze (Alemania, 1933)

 



Trad. Bettina Neumann

 

CREDO EN UN BUEN DIA

 

… son descalzos de corazón
Jan Skácel

Cuando escribes un poema, descalzo
de corazón,

evita los lugares que
quebraron algo en ti

El musgo
No está a la altura de los añicos

Existe, sí 
el verso sin llaga

 

 

Tłum. Ada Trzeciakowska

CREDO w DOBRY DZIEŃ

…którzy są w sercach bosi
Jan Skácel

Gdy piszesz wiersz, jesteś
w sercu bosy

Unikaj miejsc, w których
coś w tobie pękło

Mech
nie pokrył jeszcze odłamków

Istnieje
wiersz bez rany

 

CREDO AN EINEM GUTEN MORGEN

…die im herzen barfuß sind
Jan Skácel


Wenn du ein gedicht schreibst, im herzen also
barfuß bist,

meide die plätze, an denen
etwas in dir zerbrach

Das moos
ist den scherben nicht gewachsen

Es gibt ihn, den
vers ohne wunde

 

(Fuente: Ada L{irica)

 

Primo Levi (Turín, Italia, 1919-1987)

 

si esto es un hombre









 
 
 
Ustedes que viven seguros
En sus tibias casas,
Que encuentran al volver a la noche
La comida caliente y rostros amigables

Consideren si esto es un hombre:
Trabaja en el fango
No conoce paz
Lucha por medio pan
Muere por un sí o por un no.
Consideren si esto es una mujer,
Sin pelos y sin nombre
Sin fuerza ya para recordar
Vacíos los ojos y frío el regazo
Como una rana de invierno.

Piensen que esto ocurrió:
Les encomiendo estas palabras.
Tallénlas en el corazón
En casa o caminado por la calle,
Acostándose levantándose;
Repítanlas a sus hijos.

O se les caiga la casa,
La enfermedad los paralice,
Los hijos les vuelvan la cara.

***

Versión de Jorge Aulicino
Otra iglesia es imposible

/
 

Si questo è un uomo



Voi che vivete sicuri 
Nelle vostre tiepide case, 
Voi che trovate tornando a sera 
Il cibo caldo e visi amici: 

Considerate se questo è un uomo 
Che lavora nel fango 
Che non conosce pace 
Che lotta per mezzo pane 
Che muore per un sì o per un no. 
Considerate se questa è una donna, 
Senza capelli e senza nome 
senza più forza di ricordare 
Vuoti gli occhi e freddo il grembo 
Come una rana d'inverno. 

Meditate che questo è stato: 
Vi comando queste parole. 
Scolpitele nel vostro cuore 
Stando in casa andando per via, 
Coricandovi alzandovi; 
Ripetetelele ai vostri figli.

O vi si sfaccia la casa, 
La malattia vi impedisca, 
I vostri nati torcano il viso da voi.
 
 
 
(Fuente: La comparecencia infinita)

 

Isaías Garde (Buenos Aires, 1964)

 

esta vez – romanza para lector veloz-

 

 

1

no vuelve más al cielo
-lo jura te lo vuelve a jurar-
se queda a repasar
la loza
con la lista
de precios
del establecimiento
de Madame Ivonne

no vuelve más al cielo
(no te vuelvo
me quedo a leer -duro-
lo que no estaba en el misal:
el instante del árbol
en su más alto
ahogo
no pájaro no árbol
el árbol en el pájaro
sin viceversa por mucho que
esta vez otra vez)

2

no vuelve más al cielo
queda cantando canta
se entiende que tiene que cantar
¿cómo no va a cantar? -promulgar-
la sucesión apostólica
de las biromes
de los relojes
de los contertulios

no vuelve más
no vuelve al cielo
se demora
en la demora
de la demora
de lo que está por (¡por fin!)
esta vez
otra vez

3

no vuelve más al cielo
más le vale -se sigue-
contar la hacienda
contar
de atrás para adelante
contar
tornillos conjeturales
fósforos
quemados -uno con otro uno con otro-
contar los naipes
alzados de la calle
los sucios
los promisorios
los resignados
naipes
levantados del piso

no vuelve más al cielo
tiene que donarnos su fe en el tres:
tres cristos en su gólgota
tres ladrones tres
cirujas en el naipe de ahora
el tres de algo
levantado
del piso
esta vez
otra vez

 


(Fuente: Textos en transición)