domingo, 19 de mayo de 2024

Emilia Bertolé (El Trébol, 1896-Rosario, 1949)

 

Dos poemas


 

Mis manos

Mis manos, ciertas veces,
dan la rara impresión de cosa muerta.

Palidez más extraña no vi nunca;
marfil antiguo, polvorienta cera,
y en el dorso delgado y transparente
el turquesa apagado de las venas.

Carne que bien podría
si la rozara una caricia ardiente,
deshacerse en ceniza
como esas flores frágilesy tenues
que en el fondo oloroso de los cofres
en fino polvo ámbar se convierten.

¿En qué siglo remoto florecieron
estas dos pobres rosas extinguidas?
¡Un milagro, sin duda, las conserva
aquí, sobre mi falda todavía!




Estación

 

En el bar de la estación espero
la llegada de un tren.
Hombres desconocidos me rodean
ninguna mujer.
Sólo mi boca roja en los oscuros
espejos que prolongan la pared.


En Primeras poetas argentinas, selección de Gabriela Franco, Javier Cófreces y Eduardo Mileo, Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2009

Ilustración: Autorretrato, 1939, Emilia Bertolé 

 

(Fuente: Otra Iglesia Es Imposible)

 

Diego Colomba (San Nicolás, Pcia. de Buenos Aires, 1972)

 

Sobrenatural
 

Cada uno de nosotros, subido a los techos, pide más luz. Busca más altura trepando por la antena torcida de televisión. ¡Esperamos la comunicación invisible! Libre de interferencias. No bajaremos aunque nos amenacen con una paliza. Sabemos que los escalones de madera no resisten mucho peso. De la falta de límites. Del vacío en la cornisa, que nos trae una íntima sensación de calor.
 
***
 
 

Un revoltijo de impresiones
 

Se olvidan por un rato de las crías. Que suponen desvalidas. Podremos mezclarnos con gallinas y palomas. Arrancaremos los frutos prohibidos de la higuera. Comeremos como pájaros hambrientos. Cada cual podrá valerse por sí mismo. Le dirá que sí o que no, con el corazón en la boca, al silencioso Dios del gallinero.
 
***
 
 

Demócrito
 

El agujero de la tapa exhala un olor pesado, de agua estancada. Dejo caer, una a una, cuidadosamente espaciadas, algunas piedras. Las que logran pasar por el ojo de la madera. Poco después, oigo el choque contra el agua. Compruebo, en lo oscuro, el último límite del hogar. Chasquidos misteriosos, golpes a pequeñas velocidades. Dicen que hay ranas. Pero, ¿por dónde entrarían? Se siente un leve rumor, como de olas en un estanque, de electrones que se mueven. Ahora busco con el ojo, recostado boca abajo. Hay grumos que van más rápidos por el aire y más lentos por el agua. Se tuercen... Es accidentado, me digo, el camino de la luz.
 
***
 
 
En  "Fotones que se enamoran de electrones".
Edición: José Villa
Diseño: Patricio Bordes
Arte de tapa: Manuela Colomba

 

Julio Cortázar (Bélgica, 1914 - París, 1984)

 

La ciudad

 
Julio Cortázar - La ciudad

 

 

El río baja por las costas

con su alternada indiferencia

y la ciudad lo considera

como una perra perezosa.

Ni amor, ni espera, ni el combate

del nadador contra la nada.

Con languidez de cortesana

mira a su río Buenos Aires.


El tiempo es ese gris compadre

pitando allí sin hacer nada.


En Papeles inesperados

 

(Fuente: Biblioteca Ignoria)


Héctor Giuliano (Piamonte, Italia, 1947)

 

En el comienzo
fue el objeto,
luego el ojo,
y por último
la mano.
 
Tres mujeres,
atavío negro,
verde vagina.
El trueno
desolando las pampas,
de caramelo las espadas,
los pies hinchados
en las marchas
y las guerras,
la boca cerrada,
unos desclavados,
otros se burlan de la grasa,
una isla de simios codiciosos,
el alma sobre el fuego
e imágenes
que se olvidan
con el sol.
 
En el principio
del principio,
el oleaje humano,
el yermo corporal,
la locura y la tortura,
el instinto y la espuma,
la mar y el diamante,
los petrificados himnos,
los laureles y bostas,
el bobo que todo lo cree
y las montañas llanas.
 
En el fin,
nada no hay,
y el que nada no se ahoga.

- Inédito-

 

Li Po (China, 701 - 762)

 

CINCO POEMAS DE LI PO (LI BO o LI BAI)

 



CINCO POEMAS DE LI PO (LI BO o LI BAI)



PREGUNTA Y RESPUESTA EN LA MONTAÑA 


Me preguntas por qué vivo en las montañas azuladas

Sonrío y no contesto, el corazón tranquilo

Las flores de melocotón se van, flotando a lo lejos, por el arroyo 

Es otro mundo, distinto del de los hombres


INSCRITO EN EL TEMPLO DE LA CIMA 


Paso la noche en el templo de la cima

Alzando la mano, alcanzo las estrellas

Pero no me atrevo a alzar la voz

Por temor a molestar a las gentes del cielo


CANCIÓN PARA YUAN DANQIU


Yuan Danqiu

Amante de la inmortalidad

Al alba bebes el agua clara del Río Ying

Al crepúsculo retornas a la niebla púrpura del monte Song

Recorres las treinta y seis cimas

Eterno vagar

Por estrellas y arcoiris

A lomos del dragón volador, tus orejas soplan viento,

Cruzas ríos y mares, llegas hasta el cielo

Sé que tu alma viajera no tiene límites


EN YUE ZHONG, MIRADA HACIA EL PASADO 


Cuando volvió Gou Jian, rey de Yue, de conquistar Wu

Los guerreros retornaron a sus casas, vestidos de brocados

Cortesanas como flores llenaban sus palacios de primavera

Ahora ya no queda más que el vuelo de las perdices grises


LAMENTO DEL PELDAÑO DE JADE 


El peldaño de jade está cubierto de blanco rocío

Que, avanzada la noche, traspasa las medias de seda

Dejo caer entonces la cortina de cristal

Contemplando, a su través, la luna de otoño


Selección del libro LI BO CINCUENTA POEMAS. Traducidos del chino por Anne-Hélène Suárez.

Poesía Hiperión, Madrid, 1988.



(Fuente: Contracorrientes, blog de Luis Alejandro Contreras)

 

Gustavo Mora Pinochet (Chile, 1885 - 1915)

 

“Cosas idas”





¿Por qué tantas arrugas en tu frente?

¿Por qué ese amargo sello de tristeza?

¿Por qué a menudo, en actitud doliente,

inclinas a la tierra la cabeza?

 

¿Por qué muere en tus labios la sonrisa

y se apaga en tus ojos la alegría?

¿Por qué cubre tu faz esa enfermiza

palidez de mortal melancolía?

 

¿Por qué cruzas la tierra indiferente

en eterno monólogo con tu alma?

¿De tu ternura se secó la fuente?

¿Pesar horrendo te robó la calma?

 

¿No te conmueve el esplendor glorioso

de esta mañana ideal de primavera,

y del bosque el susurro rumoroso

y los aromas mil de la pradera?

 

Mira, el arroyo, con murmullo suave,

jugueteando en el césped se desliza;

escucha cómo trina alegre el ave,

cuál gime entre los árboles la brisa.

 

¡Comprendo tus congojas, bella niña,

leo en tus ojos las ocultas penas:

yo recorrí también esta campiña

en tardes apacibles y serenas!

 

Llorando a solas, como tú, doliente

víctima de amorosos desengaños...,

¡primer dolor que ensombreció mi frente!,

¡contaba entonces apenas dieciocho años!

 

¡Las lágrimas que viertes son muy bellas,

el llanto de tus ojos es bendito!

En mis noches sin luna y sin estrellas,

de mi vida en el páramo infinito,

 

cómo envidio el rocío silencioso

que humedece tu pálida mejilla,

emblema ideal de un sentimiento hermoso

que ya en mi ajado corazón no brilla.

 

¡Llora, niña inocente!, ¡qué no diera

por sufrir esos dulces desengaños

y recorrer doliente la pradera

cual de mi infancia en los felices años!

 

 

 

en Antología general de la poesía chilena, 1959


(Fuente: Descontexto)

 

Mónica Córdoba (Necocea, 1962)

 

SIN DOGMA

 

La palabra "niñez"
puede ser una jaula.
Llora la niña frente a las perdicitas cazadas en el campo , sus cabezas colgadas como esas tristezas que uno nunca llega a explicar. 
 
Los "no quiero"
cuando se niega a ser mejor
que otro.
 
La de repetir voces
y caminar, caminar, caminar
en círculo.
Aprender a calcar y perder la memoria.
 
En medio del tiempo de un poema
o de la vida misma
pueden llegar vientos hermanos,
muchos hermanos,
palabras traducidas al idioma de la conciencia
que digan:
Es probable que el cielo tampoco exista,
es todo espacio.
 
Puede ser una imagen en blanco y negro de 1 persona, bebé y sonriendo

 

Yorgos Seferis (Grecia, 1900-1971)

 

 
A la hora en que los sueños se vuelven verdad,
al despuntar el día,
vi los labios abrirse
pétalo a pétalo.
 
En el cielo brillaba una delgada hoz.
Temí que los segara.
 

De "Solsticio de verano")
Traducción: José Alsina.
 
 
(Fuente: Héctor Giuliano)

 

Marina Tsvietáieva (Rusia, 1892 - 1941)

 

Tsviétaieva: una aproximación a su poesía - Rialta Magazine

TU NOMBRE UN PÁJARO EN MANO

 

 

Tu nombre, un témpano en la lengua,
Un movimiento en los labios.
Tu nombre son cinco letras,
Una palabra atrapada al vuelo,
Un sonajero de plata en la boca.
 
Una piedra arrojada a un plácido estanque
Que solloza al llamarte.
En el leve golpeteo de los cascos
Resuena tu rumoroso nombre.
Y nos lo nombra en la sien
El sonoro chasquido del gatillo.
 
Tu nombre, ¡ah, es innombrable!
Tu nombre, un beso en los ojos,
En la ternura helada de inmóviles párpados.
Tu nombre, un beso en la nieve,
Un sorbo de agua pura, helada y azul.
Con tu nombre el sueño es profundo
 
 

Campamento de Cisnes
Traducción Jesús García Gabaldón
Editorial SÍLABA
 
(Fuente: Adriana Hoyos)

 

Raúl González Tuñón (Buenos Aires, 1905 - 1974)

 

Raúl González Tuñón, el gran poeta de Buenos Aires | Cultura

 

LA CENA

 

Vino el enano con el gorro rojo
y sobre el lomo de la vaca pinta
vino el faisán, y la paloma blanca
con el alcalde y la primer corista.
 
Me preguntó dónde quedaba el bosque
Me preguntó dónde vivía el viento
me preguntó qué luna era la luna
me preguntó lo que tenía adentro.
 
Le di una llave de oro y un candado
y un arcón del olvido y del recuerdo
y una biblia en olor de madreselva
y una veleta con el gallo viejo.
 
Era en el mismo corazón del viento.
La cabaña y un cielo de marinos
Al frente la amargura y el olvido
al fondo la aventura y los espejos.
 
Allá volaban ángeles obscuros
y ángeles ciegos para el otro lado.
Allá batían alas miserables
y allí las alas con un grillo mágico.
 
Se fue el enano con el gorro rojo
también la vaca y la paloma blanca
Se fue el faisán con el señor alcalde
y la corista se esfumó en la danza.
 
 
(Fuente: Daniel Freidemberg)

 

Juan Manuel Barrado (España, 1962)

 

6 poemas de TABAQUERÍA 




ETNOGRAFÍA DE LA INTIMIDAD


Para aprender a ser tú
has traído tu sombra en una mano
y un jazmín blanco en los cabellos.
Lo que te distingue es el foulard.
Pero también la sonrisa y la palabra
ante un té verde donde te miras como en el lago Haikido.
Te pareces a la nieve.
Eres como la lluvia sobre papel de arroz.
Y así, en medio del largo camino que es la existencia,
vas y vienes con tu blancura,
haces de este encuentro el mayor de los milagros,
y dejas tu aroma de rosa entre las sábanas.


PSEUDOPOLÍTICA


Yo, que he buscado el Minotauro por las 700 habitaciones de un
[hotel de Benidorm,
que he incluso investigado los anillos de Saturno,
me pregunto por la política contra la clase trabajadora pacifista,
el despido libre en las fábricas y hospitales aprovechando la covid 19.
Mi padre cobraba 300 pesetas por su trabajo en el pantano
[de Alcántara.
Mi abuelo nunca tuvo pensión de jubilado.
Adiós a la aventura lingüística del franquismo.
Hola al contrato basura y los bancos de alimentos para pobres.
Y, mientras tanto, que corra el dinero
en el ámbito no sintoísta del sistema:
bonos, comisiones, dietas, burdeles, rayos UVA.
Este cuento se titula Alicia en el país de la renta básica.


LO LENTO QUE PALPITA UN CORAZÓN HERIDO


Tuve mi primer infarto a los 11 años, cuando murió mi abuelo. Toda-
vía lo veo moribundo en su cama.
El infarto número 2 fue cuando me abandonó mi primera novia, Mari
Cruz. Apenas si la recuerdo. Sé que era rubia y dulce.
Sufrí el tercer infarto cuando iba conduciendo un coche a 150 ki-
lómetros por hora y de pronto salimos volando hacia un campo de
lechugas.
El siguiente infarto me sobrevino al final de la adolescencia cuando
tuve que pedirle a mi padre que se marchara de casa. Era muy tarde.
El quinto infarto sucedió cuando una bailarina me hizo el amor en
una silla. Era mi primer curso en la Universidad.
El sexto infarto ocurrió cuando me dijeron lo del tumor en la pierna.
Y que había que operar lo antes posible.
El séptimo infarto fue durante un viaje a la Huerta de San Vicente,
cuando entré en la cocina donde Federico García Lorca había
corregido sus poemas de Nueva York.


EL ÁNGEL ABSTRACTO


Yo quería crear un mundo con las palabras.
Porque el lenguaje es como una herramienta.
Y las palabras me han llevado directamente a la oscuridad.
He lanzado una piedra hacia la superficie del lago.
He sembrado una semilla de mostaza.
Y no tengo más que un candil de aceite y un libro de filosofía.



LO MINORITARIO DE LO MINORITARIO


Yo, que he leído The waste land bajo una higuera, amo ese esqueleto
[de pez
y la imperfección de las gabardinas en la soledad de los apeaderos.
Amo los geranios azules en el Café Peninsular de Castelo de Vide
y esas hebras de luz sobre la cópula de las iguanas.
He amado la belleza de los metales
y la hipérbole del nenúfar gigante que es polinizado por escarabajos.
Amo el cine que es cine
y el campari que tomaba Pasolini en la escalera del desasosiego.
Amo la colocación de los signos en el espacio
y el valor del sacrificio en las botas de un campesino.
He amado el cardo en el núcleo de la existencia
y la oda que hizo Carlos Bousoño en la ceniza.



EL IMPERATIVO HISTÓRICO


En la iglesia de Cotton Plant, Arkansas, Katie Bell Nubin tocaba
[la mandolina
y empezaba a envolver la palabra de Dios en un prodigio subversivo
[llamado góspel.
En el cabaret Le chat noir Erik Satie estrenaba para nadie las
[Gymnopedias
porque creía en los místicos sonidos primitivos que el pensamiento
[ha matado.
En un garaje de Dix Hills John Coltrane buscaba la trascendencia de
[un amor supremo
desde un infierno de drogas, alcohol y lucha por los derechos civiles.
En junio de 1971 Joni Mitchell da a la industria un álbum —Blue—
en el que desnuda su corazón acompañada por un dulcimer de los
[Apalaches.
En los MGM de Los Ángeles Antonio Carlos Jobim y Elis Regina en
[estado de gracia
grabaron Aguas de marzo para compensar la balanza con el mundo.
En la Philips Fonogram Camarón y Paco de Lucía crearon la
[canastera
con vértigo de dulce angustia antes de ser arrojados a los tigres de la
[ortodoxia.
En la localidad rural de Forst, Alemania, J. Roedelius, D. Moebius y
[Michael Rother
inventaron en el disco Musik von Harmonia la roca ambiente de la
[ hipnosis.




Juan Manuel Barrado. Tabaquería. ERE, 2024

 

(Fuente: voces del extremo)

 

Yosano Akiko (与謝野 晶子, Osaka, Japón, 1878-Tokio, Japón, 1942

 

Puede ser una imagen de una persona

 

CUATRO TANKAS

 

Mañana tras mañana
sólo estoy yo
para oír las historias
de los sueños
en que te he visto
 
***
 
Llegaste al final
sin conocerlos:
esta pena
estas lágrimas
este frío
 
***
 
Se ha esperado mucho
bajo la luna
a alguien que nunca vino.
Cerca de la baranda persiste
la fragancia de los áloes
 
***
 
Preguntaste: "¿Está bien cortar un loto?"
De nuevo tarareo el poema que escribiste
aquella noche bajo la luna
 
 
____________________
en Janine Beichman, "Embracing the Firebird. Yosano Akiko and the Birth of the Female Voice in Modern Japanese Poetry", University of Hawai'i Press, Honolulu, 2002, ejemplar digital. Versiones del inglés al castellano, Jonio González. En la imagen, Yosano Akiko (与謝野 晶子, Osaka, Japón, 1878-Tokio, Japón, 1942 / Britannica)



Morning after morning
there is only myself
to listen to the stories
of the dreams
in which I saw you
 
***
Without knowing them
you ended:
This grief
these tears
this coldness
 
***
One who never came
must have been awaited long
beneath the moon
Near the railing the scent
of aloes fragrance lingers
 
***
You asked “Is it all right to cut the lotus?”
Again I hum the poem you wrote
that night beneath the moon
 
 
(Fuente: Jonio González)

 

Marcel Duchamp (Blainville-Crevon, Francia, 1887 - Neuilly-sur-Seine, Francia, 1968)

 

De "Rrose Sélavy" y otros textos




Rrose Sélavy

Rrose Sélavy encuentra que un insecticida debe acostarse con la madre antes de matarla; 
     las chinches son de rigor.

Pregunta de higiene íntima:
¿Es necesario poner la médula de la espada en el pelo de la amada?

Entre nuestros artículos de quincallería perezosa recomendamos un grifo por el que 
     el agua deja de correr cuando no se la escucha más.

La moda práctica, creación de Rrose Sélavy:
Vestido oblongo, dibujado exclusivamente para damas afectadas de hipo.

Cinema anémico.

Aguzar el oído (forma de tortura).

Tomar un centímetro cúbico de humo de tabaco y pintar sus superficies exteriores e
      interior de un color hidrófugo.
 

Rrose Sélavy [1939]


Textos

Por condescendencia, un peso es más pesado al caer que al ascender.

Las botellas de marca (del tipo de la del Benedictine) obedecen a un principio de 
     densidad oscilante.
 

La mariée mise a nu par ses célibataires, même [1934]
 

En Antología de la poesía surrealista, Argonauta, Buenos Aires, 2006; Antología de la poesía surrealista en lengua francesa, Fabril Editora, 1961
Versiones de Aldo Pellegrini  

Más de Marcel Duchamp en Otra Iglesia Es Imposible
---
Foto: Marcel Duchamp, Greenwich Village, Nueva York, c.1945 Berenice Abbott/Getty Images

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(Fuente: Otra Iglesia Ex Imposible)

 

Marina Romero (España, 1908-2001)

 

Sin agua, el mar 29

 


 
 
En este inmenso campo
de ladrillo y de acero,
donde se gana el gemido
y la compañía se pierde,
llevamos ya embargado
este trozo de vida
que nos queda.
Hay que andar
muchas calles
sin luceros,
contar
muchos números
sin sentido,
repetir
muchas señas
sin recuerdo,
aprender
muchos nombres...
y con el corazón
siempre en su sitio.
Hambrientos de esperanza
braceamos
en esta alberca
sin rumor
ni reflejo.
Rompemos las estrellas,
nacemos al suspiro,
y con traje de náufragos
buscamos las orillas
(en esta triste alberca).
 

Marina Romero en Sin agua, el mar (1962), incluido en Poesía completa (Editorial Renacimiento, Sevilla, 2023, ed. de Lucía Cotarelo Esteban).
 
 
(Fuente: Asamblea de palabras)


 

Joseph Brodsky (Leningrado, 1940 - Nueva York, 1996)

 

Carta a un arqueólogo

 

Ciudadano, enemigo, nene de mamá,
lacra, mendigo, cerdo, refujudío, verrucht;
un cuero cabelludo escaldado con agua
hirviendo tantas veces que el mísero cerebro
parece totalmente cocinado. Así es,
hemos vivido aquí: en este basural
de cemento, ladrillos y madera en que ahora
has venido a excavar. Todos nuestros alambres
y cables se cruzaron, se cubrieron de púas,
se enmarañaron o formaron una malla.
Además: a pesar de que a nuestras mujeres
no las quisimos, ellas concibieron igual.
Resuena con estrépito el sonido del pico
que hiere hierro muerto; aun así, es más suave
que lo que nos dijeron o dijimos nosotros.
¡Forastero! Movete con cuidado a través
de esta carroña nuestra: aquello que parece
ser carroña a tus ojos es para nuestras células
la libertad. Dejá nuestros nombres tranquilos.
No reconstruyas esas vocales, consonantes,
etcétera: no van a sonar como alondras,
sino como un sabueso demente, cuyas fauces
se devoran sus propias huellas y heces, y ladran.
 
 
  Traducción de Ezequiel Zaidenwerg 

 

sábado, 18 de mayo de 2024

Nidia Hernández (Caracas, Venezuela, 1957) Reside en Boston, EE.UU.

 

5 poemas 5


Ilustración de Georgiana Chitac
LA MEDIDA QUE PERDIMOS

Deja que el viento 
siga mezclando
el océano que somos

deja que construya
a su paso
la medida que perdimos

deja que hable

que dibuje los caminos 
a tomar

y nos diga

qué decir

qué callar

hacia dónde ver

La amapola del silencio 
hará su parte.


Ilustración de Georgiana Chitac
NUESTRA CANCIÓN

El gato desmiente
el paso del tiempo

una lumbre adorna todo de rosa

yo espero silente
que el borrador de la noche
disminuya sus sombras

que todo cambie

si en el cielo
si en el espacio

un anillo de Saturno
será luna en breve

es posible que hoy
si te llamo
tu cercanía
me ponga a un paso
del delicado soplo
que reúne a las almas
y obra milagros

que llueva

que el goteo del agua
sea nuestra canción


Ilustración de Georgiana Chitac
LA LUNA PALEOLÍTICA

Es temprano
en la calle llena de gente 
no hay señal de sosiego

Todos somos extranjeros
por la forma en que nos movemos 
tratando de igualar el eje
de rotación de este lugar

Un señor se asoma a los locales 
y termina con cara de extraviado

El agujero de la equivocación lo acompaña 
él trata de burlarlo
pero a lo mejor es el agujero negro

Yo busco el numero 1718 con el tiempo contado 
en esta hermosa ciudad cuyas casas
son las de una película

La prisa aquí tiene el sentido
de un barco postergado
con pasajeros que no quieren llegar 
porque ya no tienen casa

Si fuera de noche
las mensurables fases de la luna
y la luna más larga
la luna Paleolítica 
serían nuestro hogar


Ilustración de Georgiana Chitac
HOGAR

Un reloj apuntaba
hacia el lugar
donde un aro incandescente
tocaba las sombras

era mi cuarto
que flotaba en la noche

mi cuarto
defendiéndome de mí misma

mi cuarto oscuro
donde escondo
las pirámides que sueño

era mi cuarto de segundo
para estar en todas partes

para llegar a ti

para tocarte

para oír tu voz

era la irrealidad
mi verdadero cuarto

la inmensa irrealidad
mi único hogar

Ilustración de Georgiana Chitac
EL SENTIDO DEL MUNDO

Alguien tocó la puerta 

no iba a abrir

traducía destellos

pero miré por la ventana

y caía
una lluvia de estrellas blancas 
que dibujaban
el sentido del mundo

mi tercera nevada en Boston 

hubo una gran pausa

la nieve

generativa

fractal

elegante

abría sus cortinas



Arrowsmith Press, Boston, 2024
Edición bilingüe traducido por Rowena Hill 



Nidia Hernández
(Caracas, Venezuela, 1957)
Reside en Boston, EE.UU.

Arrowsmith Press, Boston, 2024
Edición bilingüe traducido por Rowena Hill 
para leer una reseña en PRODAVINCI
para leer + en EMMA GUNST
página en facebook LA MAJA DESNUDA

 

 

 

 

(Fuente: Emma Gunst)