Demolieron el hotel de enfrente
así como el avión del que bajé
volvió a hundirse en el cielo
mientras yo empujaba mi carrito
y empujaba hacia el fondo el castellano
componiendo mi mejor versión:
agente secreta en migraciones
o capataza de obra
parada con las piernas semiabiertas
sobre las últimas ruinas
de lo que alguna vez fue un tercer piso
con el casco bien puesto
y la mirada en señal de rompan todo.
(Fuente: Daniel Rafalovich)
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