DE ANTI-FOLK
CANTO NOVENO
Hay un lugar llamado carrer Dante Alighieri
en el Carmel; la más alta de las colinas
de Barcelona, Roma de occidente, es ahora
un monte derrumbado: insólita atalaya,
panorama del fraude, pasaje al círculo último
del inframundo, la sed que agrieta / la lengua.
Se hundió la ciudad bajo nuestros pies, no hundimos,
como colapsa un bloque de viviendas baratas
o la fibra de amianto deshace pulmones,
y nos acostumbramos a vagar por nocturnas
galerías, al cobre que late en las encías
con cada bocanada ―Go straight to hell, boys―;
es en las galeras, en las plantaciones,
donde la canción nace y la conspiración
adquiere esta apariencia de jerga incomprensible.
Nos apropiamos de las herramientas del amo,
como de las armónicas el nieto de esclavos,
para enmascarar en el blues la hierba súbita
de los pedernales; sus herramientas
no desmantelaron la casa del amo,
aunque sí derruyeron nuestras casas
(se hundió la ciudad bajo nuestros pies,
como colapsa un bloque de viviendas baratas
o la fibra de amianto deshace los pulmones;
la catástrofe solo es el acto final
de una tragedia hace tiempo consumada).
¿Desmantelaremos la casa del amo?
Nuestra fe permanece intacta; en el infierno
hay un lugar llamado carrer Dante Alighieri:
Straight to hell, boy / Go straight to hell.
Un barrio en la periferia de la ciudad. Una casa inundada de luz. Los muebles, escasos, conservan en su perfil la camaradería de los escombros; hay en las astillas reminiscencias del árbol: una incierta intemperie, un éxodo de biblioteca amenazada, un inventario de los itinerarios del desarraigo. Los cables encuadran el vuelo de los mirlos; el alambre los extremos de la desposesión. Los altavoces amplifican los ecos de la desindustrialización, la reverberación del napalm, el canto del cisne de los Clash (Wanna join in a chorus…?): Joe Strummer, John Graham Mellor, la voz que clama en el desierto, todavía no ha visitado Granada cuando el grupo graba Combat Rock, pero ya ha leído a Lorca y conoce los caminos y comprende la parábola asimétrica de los fusilamientos, el desasosiego de las cunetas ―me entra frío por los ojos―, las traiciones innumerables que han sufrido quienes aún cantan en la frontera.
Adrián Bernal
Anti-folk
La Garúa Libros
(Fuente: Papeles de Pablo Müller)
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