lunes, 23 de enero de 2023

Dafne Mociulsky (Buenos Aires, 1978)

 


Irrelevante 
 

Sí, efectivamente sigo siendo esa nena
que no tenía nada malo en especial,
tan solo estaba abusada, corrompida,
maltratada, golpeada y, por sobre todas las cosas:
bullyneada, fatalmente acusada de “ser tonta y trola”;
según la versión de sus burlas
pareciera que nunca pude haber sido virgen,
ni bebé, como que nací piñata
a la que había que pinchar rapidito
y sacarle todo lo últil e inútil de adentro.
Me siento como los restos de una piñata
pateados accidentalmente bajo las sillas,
donde nadie los ve.
Me siento como los restos de una fiesta
en la que nunca me divertí,
y se suponía que era para mí,
para celebrar mi belleza perecedera
¡Qué linda que fui!
¡Qué difícil e inconfesable es dejar de serlo!
mi belleza era justa
una compensación que merecía con creces.
Con el tiempo esas cáscaras se caen
¿Debí jugar mejor mis cartas antes que eso pase?
no lo sé, las cartas ajenas también juegan
y se hace lo que se puede.
Ya sin saldo para sustentar la seducción,
queda una mujer entera
tan astuta que asusta
lúcida
pero ya deslucida, cansada
desencantada
y me acuerdo
de mi corazón de nena
con pesadillas
el rechazo de mis pares
nada cambió mucho,
sólo que las cosas en la vida adulta
ocurren de manera civilizada.
 
Primavera 2022
***************
 
 
 

Los bebés que fuimos 
 

Cuando odio a la humanidad
hago el siguiente ejercicio:
imagino cómo eran de bebés.
Es eso o imaginarme a mí misma
como asesina serial.
Siendo los mamíferos que somos
no hay forma de haber llegado a la adultez
sin haber sido una cría indefensa e incómoda
con el nuevo disfraz humano.
Fuimos esas cositas frágiles que no pueden
sostener su cabecita
hemos llorado por tetas, mamaderas y mimos
nos hacíamos pis y caca encima
entonces una mamá, o papá, o tutores
nos hicieron crecer.
Algo de amor tuvo que haber
alguien nos acunó
nos besó la frente con olorcito a manteca derretida
alguien nos sacó la primera costra del cuero cabelludo
nos sacaban los collares de mugre del cuello regordete.
Mucha, pero mucha gente que nos vio pasar,
nos dijo ¡qué lindo bebé!
y le daban el asiento en el bondi a quien nos llevaba en brazos.
Otra gente habrá tenido ganas de procrearse al vernos así,
tan tiernitos,
tan la versión más linda, pura e inocente que fuimos.
De hecho, la gente que te caga la vida,
también fue un bebito fiu fiu.
Ted Bundy fue un bebé
Borges sí fue bebé, aunque los Divididos aseguren que no
Kurt Cobain
El cobani de la esquina
El chofer del 123
Viviana Canosa
el pibe que te choreó el celular
los políticos corruptos
los niños que no pueden ser felices sin hacerle bullying a otros
Cormillot
Nicolás Maduro no hubiera madurado
de no haber sido el bebito que su familia cuidó.
Todos son bebés
somos la misma persona que fue ese bebé
alguien nos quiso
si después ese mismo alguien nos odió,
no sería el punto,
mientras fuimos bebés
se nos permitió crecer
para convertirnos en esta cosa fea que somos ahora
llenos de maldad y amor.
Esta es la única manera que encuentro
para odiarles un poco menos a todxs. 
 
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Hace rato que no digo nada
y a la hora de hablar hondo
recurro a los adornos viejos
que tengo en mis laberintos.
Hace rato que no crece pasto en mi camino,
ni llueve en mi estanque
de nenúfares grafiteados,
hace rato que nadie mira el espectáculo
de lo que no debería ser,
las evidencias se enfrían
y las palabras quedan como vestidos chicos.
Me aburro entre pasillos de papeles
bostezo a las 7 de la tarde
y no digo nada,
porque si lo digo
recibo una respuesta
sin pregunta previa.
El problema no es estar derrotada,
es que no me creas que lo estoy.
 
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Vino la amistad a casa
y me dijo que estoy muerta.
Para amar, debería estar viva,
eso no se puede fingir.
Le dije que para mí sería más fácil
habilitarle la jugada al pasado
siento olor a gol añejo
de partido suspendido
por los disturbios
de una hinchada triste
las lágrimas inundaron la tribuna
el arroyo saló al Río de La Plata
cruzó el charco
se evaporó en la ciudad
se hizo niebla
y se coló por la ventana de la jugadora
que quiero reincorporar.
La amistad vino en forma joven,
a decirme cosas de joven
creo que no quiere creer que ya jugué
perdí, me fui al descenso
me desafilié
las ligas del interior de mí misma
todavía me atan.
¿Quién no quiere jugar en la primera del amor?
Tengo el corazón y las rodillas tan rotas como yo
desde mis escombros, escucho
¿Quién me va a creer que ya jugué?
nadie me fue a ver cuando estuve en la D,
hasta pareciera que eso nunca pasó.
Soy difícil
lo sé
y el manto de belleza que cubría mis defectos
se fue agujereando
veo hilachas de cielo limpio
a través de mis fallas
y escucho
mientras se rompen los vidrios. 
 
enero 2022
 
 
(Fuente: Oscar Raúl Conde)

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