Querías ser como Bart pero te parecías más a Millhouse
y Cobain acariciaba la escopeta
mientras tu padre se llenaba de canas
por culpa del dólar que de un día para otro
En la televisión
el chupacabras mordía el tratado de libre comercio
y nuestra única esperanza era Pamela Anderson
que corría en cámara lenta los viernes de 9 a 10 en un bikini
rojo
Los adultos decían que estaba bien ser negro
pero estaba mal ser m4ric4
mientras alimentaban perros estropeados por debajo de la
mesa
y el abuelo era el lodo en que se hundían las raíces
de una máquina de diálisis
No conocías la necesidad de esconderte
en lo ciego de las sábanas
de tener los dedos afilados para señalar
Los 12 años eran Las gatas de Porcel con el volumen hasta
abajo
Brasil contra Italia en penales
Tu madre dejó de hablar con los vecinos
por la música tan alta
y los noticieros decían el terremoto en Los Angeles
el incendio en Australia
el Discovery tripulado por un ruso
Colosio
Nixon
Ruanda
Maradona y la efedrina
La calle estaba llena de mantas de Todos somos Marcos
y nadie te había explicado
que a veces en la garganta
anida el germen de la asfixia
que la gente solo aplaude
cuando el equilibrista resbala de la cuerda
Fingías catarro para faltar a clases
y no conocías la gastritis nerviosa
el impulso de fumar en ayunas
Ignorabas que terminarías siendo el francotirador
que muere de viejo
esperando para jalar del gatillo.
(Fuente: El hombre aproximativo)
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