Trabajé el aire
se lo entregué al viento:
voló, se deshizo,
se volvió silencio.
por los altos cielos,
trabajé la nada,
realicé el esfuerzo,
perforé la luz
ahondé el misterio.
Para nada, ahora,
para nada, luego;
humo son mis obras,
cenizas mis hechos.
…Y mi corazón
que se queda en ellos.
(Fuente: La pinza venenosa)
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