5 poemas de LOS CHICOS REBELDES
Con los ojos cerrados
la primera vez no lo fue, ni las otras que siguieron
y como ninguna era igual todas fueron la primera
aprendí a contener y desbordar mis labios
con el tiempo justo y en la edad perfecta
fui hierba fresca en el lugar equivocado
paraíso perdido en los pliegues de su falda
la primera vez supe -quien lo probó lo sabe-
cómo duelen los besos que no lo son
las manos olvidadas, el frío compartido
aprendí a perder
a sostener la mirada y cerrar los puños
aprendí a renunciar y entender mejor
la línea roja de las pequeñas transgresiones
en ese bar donde ella cabalgaba sobre mis vaqueros
a golpe de San Francisco y Ducados
comprendí que siempre dos mejor que uno
el dulce olor a sexo, con quince años recién cumplidos
en el envés de nuestra eternidad
y poco después, bajo el puedo prometer y prometo
entre carreras, amnistía y libertad
supe que el amor era de un color que no entendía de grises
y eso nunca es fácil de encajar, porque a veces el gris
se lo comía todo
la primera vez no lo fue, así es de corto el olvido
sus brazos fueron otros, su beso un beso imaginado
no hubo adiós ni despedidas
mordió mi lengua y dijo: no seas tonto
se besa con los ojos cerrados
Piel animal y otras erecciones
a Antonio Orihuela
anoche soñé que Allen Ginsberg cenaba en casa
yo vivía con mis padres en Sasso Marconi
un pueblo de la Emilia Romagna al norte de Italia
en una pequeña habitación un colchón en el suelo
plantas, vinilos y libros desordenados.
Allen sonreía como si todo lo supiera, pasado y futuro
los muertos tienen ese don
hablamos de poesía y naturaleza
del cambio climático y la importancia de la respiración
para recitar poemas y construir visiones
yo le mostraba todos sus libros en español
por si desconocía alguna traducción, y me advertía
en rigurosa primicia sobre la inminente aparición
de Piel animal y otras erecciones, su libro inédito
había mariposas de papel firmadas por Ginsberg
te harías rico con esto, exclamaba irónico y añadía
pero solo los niños hacen mariposas con el dinero
también había una estera de juncos en el suelo
donde Peter Orlovsky jugaba con Kika
y escuchábamos música de Muddy Waters, de Nirvana
y olía a pastel de mazana recién horneado
y el sabor a moca estremecía mis labios
yo tenía cinco, o quince o veinte años y tú me veías crecer
luego entró mi madre y dejó la bandeja sobre la mesa
Allen con un tocado indio danzaba alrededor de la tarta
invocando la lluvia y el espíritu del amor universal
y tú reías a carcajadas como ríen las aguas
cuando bajan entre riscos
y había paz en las calles y los campos florecían
pero una corriente de aire cerró la puerta
y subitamente amaneció
Antonin Artaud y los abejarucos
a eladio orta
hoy eres Antonin Artaud entre abejarucos
el hechizado eterno que galopa descamisado
en la prodigiosa marisma
bajo el fuego cruzado y los paisajes desolados
la rebeldía que abulta como hierba fresca
en los bolsillos de un niño asombrado
frente a los molinos del tiempo.
eres los ojos de un mundo que no termina en el dolor
entre las higueras y retamas del otoño
quijote encadenado a las excavadoras
voz y puño en alto, última bandera
inmenso en la orfandad de los pasos perdidos
hoy eres Amin Gaver, el hombre que amasa sobre la piel
la palabra resistencia
piedra, papel o tijera
colibrí frenético frente al capitalismo corrosivo
un patio en Babel con el limonero y la canela
cangrejo, guita y pie desnudo
mientras los perros ladran a la luna que se asoma
a este siglo desorbitado
Mudanzas
a Gema Estudillo
pude escuchar mi voz hueca
rebotando en las paredes desnudas de la casa
mientras fue mía se diluía entre libros que protegían del frío
mi voz era otra y todas
ahora solo un eco
limpié la casa sin abandonarla
como se limpia muerto el cuerpo del ser querido
me despedí de cada habitación recitando un poema
y dejé las puertas abiertas
para que circularan los recuerdos
también dejé una planta como símbolo de vida
una moneda deseando prosperidad a los nuevos inquilinos
y un tapón de corcho en memoria de los mejores momentos
antes de cerrar recité los versos
de Hilde Domin que Gema me había regalado
« Haz una cruz en el suelo.
Aquí fui feliz »
La mujer de China
todo lo que te imaginas
exóticos cuerpos desnudos
tendidos al sol mágico de China
todo lo que sueñas
todo lo que profundamente temes
es también tu realidad
no supongas que sólo existen dos mundos
hay muchos y sólo hay uno
– y ella continúa hablando lentamente
como si fuera una oración –
es el Deseo el que abre
los ojos del conocimiento
y el conocimiento es siempre
un acto radical
los ideales sólo sirven
a quienes no tienen
fe en sí mismos
– y cuenta historias del país
en donde nació, de sus gentes
de largos viajes por el río
regresando a casa –
pero es difícil de entender
si no se mira con los ojos de la tortuga
no triunfar era ya una victoria
– después permanece en silencio
fumando su extraña pipa
y bebiendo licor de naranjas
ella es amable, cuando más feliz soy
me deja sólo. Y cuando ya se ha ido
leo escrito en su tablilla
la dura corteza de la ternura
se llama desesperación
y vuelvo a la serenidad del vacío
esperando que regrese
Uberto Stabile. Los chicos rebeldes. Ed. Baile del Sol. 2023
(Fuente: Voces del extremo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario