TRES POEMAS DE LLUVIA ILESA
LA semilla que aguarda
el brote
contiene ya
el canto del pájaro.
Pero qué aguarda
aquello que enterramos.
Qué aleteo redentor
u olvido de sepulcro
abandonado.
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Es tan pronto aún.
La luz es un embrión
desterrado en la nada.
Llegará el alumbramiento
y no sabré cómo acogerla.
Llegará
interrogando el rostro
de los siglos.
Y no sabré cómo acogerla
sin antes
abandonar
la carnal corteza
del desaliento.
―――――――――――
OLVIDAR la herida
como el ala accede al vuelo,
con el oficio manso
de la distancia.
Reconocer sus contornos
afilados.
Perder la memoria
de la herida.
Conquistar el olvido,
tallo inesperado
en la roca.
Lluvia ilesa
Tigres de Papel
(Fuente: Papeles de Pablo Müller)
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