HOMBRE
HOMBRE
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Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,
al borde del abismo, estoy clamando
ahoga mi voz en el vacío inerte.
Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte
despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo
oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando
solo. Arañando sombras para verte.
Alzo la mano, y tú me la cercenas.
Abro los ojos: me los sajas vivos.
Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.
Esto es ser hombre: horror a manos llenas.
Ser —y no ser— eternos, fugitivos.
¡Ángel con grandes alas de cadenas!
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De: "Á𝘯𝘨𝘦𝘭 𝘧𝘪𝘦𝘳𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘩𝘶𝘮𝘢𝘯𝘰" (1950)
(Fuente: Grover González Gallardfo poesía)
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