...Recibí la vida como una herida,
y he prohibido al suicidio que haga
desaparecer la cicatriz. Quiero que
durante toda la eternidad, ese tajo abierto.
Es el castigo que le inflijo...
en “Los cantos de Maldoror”, canto tercero, en “Obras completas”, ed. y trad., Aldo Pellegrini, Ediciones Boa, Buenos Aires, 1964.
(Fuente: Jonio González)
No hay comentarios:
Publicar un comentario