Palabra del casuario
Yo soy aquél cuya vida y alma son tortura
Sayat-Nová
Hay quien trabajó para mí esta niñez ensombrecida
los hermanitos solubles maldicientes
el patio de recreo fermentándose jardín
sobre el cadalso
Los cuerpos secos anidando entre las ramas feroces
las yemas afiladas escurriéndose entre el sexo
líquido de las hormigas murmurando
Aún no eclosionaban nuestros huesos
cuando aprendimos a caminar sobre las arcas
del dolor solfeando vértebra incipiente
el discurso indigesto del mundo
reducido al cristal de la palabra o una píldora
Pero éramos aún aves jóvenes
para crear eufemismos de la muerte
o reducir el ser a un órgano predictivo que contempla
su aniquilación anticipada en la mirada de otros
No es que en todos se fermente el dolor
como un trigo rancio y memorioso mitosis
de un sol fantasmal del que ya soy ombligo de carne
solitario historiador de guerras santas sin escritura
que ensaye el olvido
Hay quien hizo de mí
cuenco nido de mar silenciado
las sierpes sedientas ordeñándose la savia hostil
grapándome sus clavos de sarro
para no torcer las aguas
para no torcer las aguas que también beberán
crucificados saturnos
Yo soy suburbio de animal casuario sin mundo
que habita los umbrales del poema traduciéndose
voz sin órgano traicionándose
enjaulado en los significantes de esta prótesis mental
cristal crisálida ventana ensombrecida
Estoy exhausto de esta muerte con vida humana
el turismo maléfico de planetas sonrientes
por el jardín natal
los hermanitos ácimos predilectos escurriéndose
en el sudor de sus sangres y los atajos del padre
al vacío legal de los sueños
Padre habías estrechado
tu semilla espuria entre las rocas para cederle
el oro transpirado de tus años
yo soy el hijo bastardo más extraño
yo soy el hijo extraño más extranjero
y tus panes amados pasaron la noche comiéndose
coléricos unos a otros
mientras descansabas complaciente a la dictadura
de tu ensoñación porque no fuiste tú sino el amor
de tu simiente ángel exterminador
quien los llevó al abismo
Hay quien viene torciéndome el camino de la sangre
auscultando el oleaje erizado de mi músculo
renovando los contratos del cristo ambiguo
que comulgo a deshora
No es que en todos se fermente la memoria
como el dolor apocalíptico de un animal desnudo
mordiendo los párpados cansados del arca
que se niega a dejarlo pasar
Las sierpes arrastrándose por los maderos
declamando inocentes las traducciones de Dios
vocalizando el sembrado discurso
de la nueva gravedad
he visto el rasgar de sus lenguas cada vez que extendían sus líneas
mientras una especie intranquila rondaba los extramuros
Yo soy suburbio de animal casuario sin mundo
que aun pudiendo el vuelo escogería esta pasión triste
casuario escribe
la palabra ama lo que viene prometido a la ruina
Porque aún somos aves jóvenes para crear
espejismos de Dios y camuflar
los bajos síntomas del ser con estigmas de pureza
He visto al animal más pobre
roer los vidrios sin salvarse las fieras
lamer el óleo de sus frentes diciendo adiós
y no había píldora que junte mis labios de noche
No pueden narrar la vida los que aun viva
la vislumbran muerta
Yo estoy cansado de la domesticación
de mi palabra he sido el hijo más extraño y dócil
sonreía con la espina somnolienta de las pestes
hoy debo renunciar a esta prótesis mental
No puede confiarse la semblanza de los perseguidos
a la escritura santa de su Inquisición
Hay quien trabajó para mí esta pasión triste
los hermanitos radiantes diligentes desangrarse
en los tinteros nombrándome verdugo
de su sueño parricida
casuario escribe
un poema es pretexto para retozar en la orfandad
Y escribí sabiendo el devenir de mis palabras
en píldoras hostiles que no pueda acumular
ni tensar con ellas mi garganta iridiscente
y el silencio un abismo atribulado esponjoso
Acaríciame que son arcanos los afectos del tiempo
que ya me ha olvidado como a un niño
que ya me ha olvidado como a un niño en los patios
del mundo
Y ya todo es un mundo intranquilo
rasguñando los muestrarios
déjenme ser contraveneno de los perseguidos
las sierpes solfeando los nuevos himnos de Dios
los hermanitos ácimos predilectos digiriéndose
sobre las escaleras
Un establecimiento cerrado es un rostro cruel
yo los vi morder los talones del farmaceuta
fingiendo una tos arcaica
he visto el torcer de sus sangres
para adormecer sus torres
yo dejé de medicar el tiempo
Hay quien trabajó para mí riendo
este cristal ensombrecido
los hermanitos nublados feroces
girando como un espiral de hormigas hasta la insolación
casuario ríe
quien sobreviva al fin del mundo deberá escribirlo
mi venganza será el amor
(Fuente: Revista Altazor)
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