miércoles, 31 de mayo de 2023

Julián Herbert (Acapulco, México, 1971)

 

No entendí tu poema

 

 
 
Me perturbó el hedor a basura inorgánica.
Se le veían los clavos.
Tiene escamas.
Pensé que iba a ser unitario.
Pensé que tendría un enfoque social.
No venía con un dragón de juguete sorpresa.
Me dio asco que hablara de dolores de muelas en las muelas de otros.
Parecía una lista de pendientes domésticos.
Algo en su interior me dice que estamos solos.
Se tapa los oídos cuando roba.
Hay demasiado hermetismo y vanidad en su tejido de referencias.
No ayuda a que los jóvenes lean más.
Le falta idolatría.
Parece un dibujo del cielo pegado con cinta scotch en el cielo.
Sutura heridas reales con mímica.
Sabe a ajo.
Pide becas para comprar volkswágenes verdes entre blancas gallinas.
Compra colchones, tambores, refrigeradores, estufas, lavadoras,
[microondas.
Paga mal.
No sale en el insta.
No sabe perrear.
Propone aporías descabelladas, por ejemplo mitusear perrhijos.
Solo bebe agua de animal mimado.
Deja un rastro de baba, como los koanes o los caracoles.
Perora que la magia consiste en que otras personas te transfieran su
[sentido de la realidad.
Optó por las ciudades en lugar de las selvas o las ruinas.
Masticaba tentáculos de ideas oscuras.
Masticaba esfínteres de esfinges.
No confía en –ni alaba– las sonrisas de las chicas bonitas y valientes
[que sostienen el mundo.
No sé a qué se refiere cuando dice que la memoria es un fantasma
[gradual.
No sé a qué se refiere cuando dice que tienes que saber qué es un objeto
[antes de poder
      fijarte en él.
No hay ideas ni experiencias detrás de sus palabras.
No aprendió a socializar con ventaja.
Se comporta como si estuviera leyéndonos la mente en voz alta.
Me ofende que se burle de las flores
inusitadamente bellas
de plástico del parque. ~
 
(Fuente: El Hombre aproximativo) 

 

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