EL CHAMÁN ESTÁ SENTADO
Esto está cerca del mar
El relato no está ordenado
El viento viene (a hablarle al chamán)
Las palmeras -estamos cerca del mar-
se inclinan para escuchar lo que dice el viento
El mar habla un idioma completamente diferente
Ni el chamán entiende la lengua del océano, ni este
la del chamán
El mar habla a través del oleaje
El habla es siempre movimiento, movimientos
Sucesivos empiezan a querer decir algo
Secuencias, secuencias reiteradas a lo largo de miles
de miles de años
olas, por ejemplo, mareas
El chamán, sentado, recibe en silencio
Los espíritus auxiliares estudian los movimientos
y oyen los sonidos del río
No intentan entender lo que dicen
Los peces derraman su líquido lleno de huevos
en el curso del río
El chamán está ahora en el Ártico
El idioma del hielo y de la nieve
él lo sabe
lo entienden mejor los osos
y las focas
Todos ellos están conducidos en primer lugar
por el hambre
Tienen arpones, garras, dientes filosos
La nieve se entiende a la perfección con el silencio
El viento no la deja oír el silencio
que es lo que guía a la nieve
Poner todo en quietud y silencio
Una vez lograda la comunión total de la nieve
con la quietud y el silencio
el ritual continúa con una retirada
En algún lugar habrá fuego
El viento tiene que ladrar para ser escuchado
porque el silencio es muy fuerte
Miden sus fuerzas sin quererlo
El mar también ha medido sus fuerzas con el hielo
el hielo ha vencido
El chamán está sentado pensando en todo eso
como soñando
como en una fiebre muy antigua
como en un estado de revelación
pero de revelación mínima
muy muy fina
casi imperceptible
Recién entonces sonríe
El gran secreto del frío es que no piensa
Nadie entiende lo que desea el frío
Si se propone algo
El frío habita en los espacios muy lejanos
Las extensiones de frío en el espacio muy lejano
son inconmensurables
El oso alza la cabeza
La foca se desliza en un agujero del hielo
Silencios diversos, susurros
y crujidos
El chamán tiene los ojos cerrados
y las manos abiertas
El pájaro picotea el viento
le arranca pequeños jirones
no armará nido con ellos
y se los donará a la hembra
El chamán está sentado a las puertas de un desierto
un escarabajo negro y dorado
corre por la arena
El rastro que dejan sus minúsculos pasos
tal vez no quiera decir nada
pero lo mira con toda la avidez del mundo
sentado
el chamán
Que ahora apoya las manos sobre el pecho
y volviendo a cerrar los ojos
sonríe
una extraña sonrisa
como si la brisa
fuese un pincel
y estuviese dibujando
delicadamente en la arena
de su rostro
(Fuente: Idiomas Olvidados)
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