No debería escribir
los versos más tristes
esta noche.
Sí.
aquí,
tintas agrias,
letras gordas,
renglones chuecos,
que me fuercen
a enlaces, maceraciones y supuestos.
Debería
contentar el apego
a enconos,
tanto a lugarcillos
donde cantan las pititorras
y tal hacen nido las calandrias.
Y equilibrado de humores
como de aguas buenas,
mandar a la mismísima merde
estas puertas reborbolladas
de frondosa impotencia.
- Inédito -
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