Dos poemas a la antigua China
Sobre la eterna juventud del correo imperial chino
En su búsqueda de inmortalidad
Quin Shi Huang Di escribió miles de cartas
urgiendo noticias a sus funcionarios.
¿Han encontrado el elixir
revisaron bajo cada río de mercurio
quedarán hojas de bambú suficientes
para enviar más y más cartas a los cuatro rincones del cielo?
Entre el ansioso emperador
y las excusas de los angustiados funcionarios
se desecaron lagos
se clasificaron plantas
cada hierba de los desiertos occidentales fue exprimida
pero el filtro hacia lo inmortal
jamás pudo encontrarse.
Hoy solo restan guerreros de terracota
y un excelente y aún operativo sistema de correos
regentado por el Partido del Pueblo.
El secreto de la vida eterna
debe estar en una carta extraviada
y jamás devuelta a su divina majestad.
Petición del bibliotecario de Xi’An a Qin Shi Huang
Y si te dijera
que mis libros
intactos y estoicos en los estantes
son los cientos de guerreros
dispuestos a acompañarme en mi tumba
sin límites
¿Me dejarías morir
leyendo?
(Fuente: Bitácora del párvulo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario