Un día he salido en libertad…
Un día he salido en libertad
Tú abres las puertas del día
Y yo ciego aún
Por la claridad de tu cuerpo
Perdido en las islas de tus ojos
Que acogen a todos los pájaros insomnes
No he sabido encontrarte
Rostro amado
Que desapareces
Como los columpios de la infancia en la memoria.
Ahora
Rodeado del viento y el acero
De la ciudad sin compasión
Perdido en los rojos ríos de la sed no aplacada
Te entrego esta agonía de días antiguos
Entre los cuatro muros que yo mismo levanté
Y que derribarían
Un soplo de tus labios lejanos.
Inédito, 27 de octubre, 1968
gracias a Verónica Cortínez
(Fuente: Descontexto)
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