Metateoría del viaje
Abrir y cerrar
las puertas de la ignición
de una tierra de un mundo
las páginas de un libro ajeno
los golpes del amanecer
fragmentos contra la ruina
y la conciencia, un momento fúnebre
El mapamundi se ajusta a lo que dijo el cartógrafo
donde los hombres muertos perdieron sus huesos
se bautizan las primeras ciudades
el origen corresponde a un temperamento
y los temperamentos son territorios y geografías
globos terráqueos afilando lápices
banderas, capitales y gente inventando la vida
cuando las ciudades son inventadas
su historia nos hace sentido
como Martin Behaim brindando junto a Cristóbal Colón
Nos hacen sentido las cosas que siempre han estado ahí
El fin de la geografía,
azuzada por la melancolía de un rey
y la porfía de un viajero imaginario
lugares imposibles se hablan
tan verosímiles como desde el que lees,
todos los momentos son creados
a cada palabra esputada;
boca de la tierra
una escopeta de la que me toca morir
ciudades confusas
ciudades y muertes
ciudades y signos
verdades guturales
cualquier ciudad es todas las ciudades juntas
separadas
trastornadas
en deseos que nacen al mirar un mapa
las ciudades reciben viajes
en la medida que los viajeros sufran
o en que los mapas pueden ser heridos a muerte
el viaje y el recuerdo
historia natural de una poesía propia
El comienzo de la geografía,
propiciado por los primeros vagos
más allá de las palabras, las experiencias
tan verosímiles como la que vives al leer esto
todos los momentos son destruidos
a cada silencio entre oraciones;
vulva de la tierra
habitaciones sordas en que me toca dormir
las ciudades están en mi barrio: son los pasajes
un turista rechaza el sentimiento
el viajero tiene la carga de adorar cada nombre
el viaje y los fantasmas literarios
son la poesía ajena de una historia propia
las ciudades son inventos de los extranjeros
como respuesta a su vagabundeo permanente
(Fuente: La poesía alcanza)
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