Debo pensar que la vida continúa
sin hundirme en esos cadáveres
sin besarlos hasta mi muerte
debo seguir.
Jóvenes: que vuestro canto sea una pólvora incandescente.
Debemos seguir.
Sí, críticos,
esto es una mierda
esto ya no es poesía
es una infartación de mi voz.
Bien, ya sabéis mis límites,
hasta qué punto puedo bañar de eterno
mis ráfagas mentales
mi espíritu, que vive dentro de mí pero al margen mío,
aún no está encallecido
aún
el pensar es sufrimiento.
He aquí el límite de los sentidos.
Y prefiero esto a cualquier explicación.
(Fuente: Ricardo Ruiz)
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