PODER
La diferencia entre poesía y retórica
es estar
dispuesta a matarte
tú
en vez de a tu prole.
Estoy atrapada en un desierto de heridas de bala que no cierran
y un niño muerto arrastra su destrozado rostro
negro por el borde de mi sueño
la sangre de sus hombros y mejillas perforadas
es el único líquido en kilómetros y mi estómago
se revuelve cuando imagino el sabor
al agrietárseme los labios resecos
sin lealtad ni razón
sedientos de la humedad de su sangre
que se hunde en la blancura
del desierto donde estoy perdida
sin magia ni metáforas
tratando de convertir tanto odio y destrucción en poder
tratando de curar a besos a mi hijo agonizante
solo el sol blanqueará sus huesos más rápido.
El policía que disparó a un niño de 10 años en Queens
se detuvo junto al chico con los zapatos en la sangre infantil
y una voz dijo: «Muérete pequeño cabrón» y
hay grabaciones que lo demuestran. En su juicio
el policía dijo en su defensa
«No me fijé en su tamaño ni en ninguna otra cosa
solo en su color» y
hay grabaciones que también lo demuestran.
Hoy han soltado
al hombre blanco de 37 años con 13 años de servicio
lo hicieron 11 hombres blancos que se dijeron satisfechos
de que se hubiera hecho justicia
y una mujer negra que dijo
«Me han convencido» es decir
que habían arrastrado su complexión de mujer negra de 1,47 cm
por las ascuas de cuatro siglos de aprobación masculina blanca
hasta hacerla renunciar al único poder real que tuvo
y ella cercó su propio útero con cemento
para hacerles un cementerio a nuestros hijos.
No he sido capaz de tocar la destrucción que hay en mí.
Pero a menos que aprenda a usar
la diferencia entre poesía y retórica
también mi poder fluirá corrupto como moho venenoso
o yacerá laxo e inútil como un cable desconectado
y un día tomaré mi enchufe adolescente
y lo conectaré al tomacorriente más cercano
violando a una mujer blanca de 85 años
que es la madre de alguien
y al molerla a palos e incendiar su cama
un coro griego cantará con un compás de 3 por 4
«Pobrecilla. Nunca hizo daño a nadie. Qué bestias son».
En El unicornio negro
Traducción de Jimena Jiménez Real
Torremozas
(Fuente: Papeles de Pablo Müller)
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