martes, 27 de abril de 2021

Jaroslav Seifert (Chequia, 1901 - 1986)

 

 




Apagad las luces 

 

En silencio. Que no se caiga el rocío
que tiembla en la punta misma de las pestañas;
sin hacer ruido. silenciosamente. sin patetismo,
a aquella noche le digo: no fuiste de las peores.

Con las alas de la guarda
de las tinieblas, no nos envolvió tu ángel,
que con nosotros estaba, oh noche seria
después de frívolas noches, con violencia.

Y el grito que por tu alfombra se extiende
cuando de horror las manos nos estrechamos,
ese espantoso grito que puede oír cualquiera todavía,
una llamada dulce es para mí.

¡Apagad las luces! que no se caiga el rocío
que tiembla en la punta misma de las pestañas;
sin hacer ruido, silenciosamente, sin patetismos,
digo: cuál, cuál era la claridad
de aquella noche en que todo oscureció,
en que todos como sombras
en su tronco se encogieron.
Sé bien, sé muy bien que entonces hubiera sido mejor
oír el estruendo.

 

Trad. Clara Janés


 Premio Nobel de Literatura en 1984, Seifert escribió este poema en reacción a la traición del Occidente al firmar los acuerdos de Múnich en 1938. Sin embargo, he elegido este poema pensando en la situación tan dramática que vive la India donde el coronavirus siembra la muerte y el exilio y la escasa e insuficiente ayuda internacional que recibe estos días. 

              Ada Trzeciakowska

 

(Fuente: Ada lírica)

 

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