martes, 6 de abril de 2021

Noémia de Sousa (Maputo, Mozambique,1926 - Cascais, 2002)

 

 


Súplica


Quitadnos todo,
¡pero dejadnos la música!
Quitadnos la tierra en que nacimos,
donde crecimos
y donde descubrimos por primera vez
que el mundo es así:
un laberinto de ajedrez...
Quitadnos la luz del sol que nos calienta,
tu lírica de xingombela (1)
en las noches mulatas
de la selva mozambiqueña
(esa luna que nos sembró en el corazón
la poesía que encontramos en la vida)
quitadnos el cobertizo ̶ humilde cubata (2)
donde vivimos y amamos,
quitadnos la machamba (3) que nos da el pan,
quitadnos el calor de lumbre
(que nos es casi todo)
̶ ¡pero no nos quitéis la música!

Podéis desterrarnos,
llevarnos
a lejanas tierras,
vendernos como mercancía,
encadenarnos
a la tierra, del sol a la luna y de la luna al sol,
¡pero seremos siempre libres
si nos dejáis la música!
Que donde esté nuestra canción
incluso esclavos, señores seremos;
e incluso muertos, viviremos.
¡Y en nuestro lamento esclavo
estará la tierra donde nacimos,
la luz de nuestro sol,
la luna de las xingombelas,
el calor de la lumbre,
en cobertizo donde vivimos,
la machamba que nos da el pan!

Y todo será nuevamente nuestro,
aunque cadenas en los pies
y flagelo en el dorso...
¡Y nuestra quejumbre
será una liberación
derramada en nuestro canto!
̶ Por eso pedimos,
de rodillas pedimos:
Quitadnos todo...
pero no nos quitéis la vida,
¡no nos llevéis la música!
 

N. de la T. 
(1) Danza tradicional del sur de Mozambique.
(2) Choza de negros africanos.
(3) Terreno agrícola para producción familiar.

~
 
 

Por qué
 

¿Por qué las acacias de repente
florecieron flores de sangre?
¿Por qué las noches ya no son calmas y dulces,
por qué son ahora cargadas de electricidad
y largas, largas?
Ah, ¿por qué los negros ya no gimen,
noche afuera,
¿Por qué los negros gritan,
gritan a la luz del día?

~
 
 

Canción fraterna


Hermano negro de voz caliente
la mirada lastimada,
dime:
¿Qué siglos de esclavitud
generaron tu voz doliente?
¿Quién puso el misterio y el dolor
en cada palabra tuya?
¿Y la humilde resignación
en tu triste canción?
¿Y el pozo de la melancolía
En el fondo de tu mirada?

¿Fue la vida? ¿la desesperación? ¿el miedo?
Dímelo aquí, en secreto,
hermano negro.
Porque tu canción es sufrimiento
y tu voz, sentimiento
y magia.
Está en ella la nostalgia
de la libertad perdida,
la muerte de las emociones prohibidas,
y añoranza de todo lo que fue tuyo
y ya no es.
Dime, hermano negro,
quién la hizo así...
¿Fue la vida? ¿La desesperación? ¿El miedo?

Pero incluso encadenado, hermano,
¡qué extraño hechizo el tuyo!
Tu voz doliente lloró
de dolor y añoranza,
gritó de esclavitud y vino a murmurarle a mi alma en herida
que tu triste canción dolorida
no es sólo tuya, hermano de voz de terciopelo
y ojos de luz de luna...
Vino, en manso murmurar
que tu canción es mía.

~
 
 

Lección


Le enseñaron en la misión,
cuando era pequeñito:
“¡Somos todos hijos de Dios; cada Hombre
es hermano de otro Hombre!”

Le dijeron eso en la misión,
cuando era pequeñito.
Naturalmente,
no quedó siempre niño:
creció, aprendió a contar y a leer
y empezó a conocer
mejor a esa mujer vendida
̶ que es la vida
de todos los desgraciados.

Y entonces, una vez, inocentemente,
miró a un Hombre y dijo “Hermano...”
Pero el Hombre pálido le fulminó duramente
con sus ojos llenos de odio
y le respondió: “Negro”.

***

Versiones de Raquel Madrigal Martínez
 
 
(Fuente: La comparecencia infinita)

 

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