Pero llegaste
Tú
para quien mis brazos
se abrieron en cruz
y las arañas del sueño tejieron
la seda infinita de la amnesia
Tú
conquistador ilusionado
de mis tribus salvajes de tristeza
donde llevaste la religión de una
alegría nueva como los aeroplanos
sobre las selvas vírgenes
Hoy el traje de nuestras almas
es el arcoíris de la sonrisa
…
Ven, bésame
Ven, bésame
Qué importa que algo oscuro me esté royendo el alma…
¿Con sus dientes?
Yo soy tuya y tú eres mío… bésame
No lloro hoy… Me ahoga la alegría,
Una extraña alegría que yo no sé de dónde viene.
Tú eres mío… ¿Tú eres mío?…
Una puerta de hielo hay entre tú y yo:
¡Tu pensamiento!
Eso que te golpea en el cerebro, y cuyo martillar
me escapa…
Ven, bésame… ¿Qué importa?…
Te llamó el corazón toda la noche,
Y ahora que estás tú, tu carne y tu alma,
¿Qué he de fijarme en lo que has hecho ayer?
¡Qué importa!
Ven, bésame… tus labios,
Tus ojos y tus manos…
Luego… nada…
¿Y tu alma? ¡Y tu alma!
…
Canto Proletario
“La vida es de los felices”
amanece en todos los pregones callejeros-
rueda la mañana sobre el asfalto de la tierra ululante y caliente
al extremo de la ciudad,
los árboles saludan al obrero, con sus ramas estremecidas
por la alegría del viento vagabundo, el gran libertario.
Como un dolor sigue la sombra la silueta del hombre
que desemboca en la ancha puerta de la fábrica
allí -el humo acaecido en las máquinas, el gemido de las poleas
bajo la presión del pensamiento humano,
balcones a la eternidad,
los ojos siguen la labor constructora
y toda fábrica es una sola maquinaria de empuje formidable
como un titánico organismo
que mueve el “motor maravilloso”
de los cerebros de cien hombres unidos
el hermoso espectáculo del cerebro
y el músculo en acción!
El sudor les decora la cara
como otra sonrisa que se tuesta en los labios apretados
de anhelo,
la fábrica lo es todo:
la esperanza y la cárcel
Todos los días son mañana
para el obrero que los lleva apretados
al corazón como la imagen de la madre
¡Libertad!
estandarte del hombre
el sol espera la salida de la fábrica
desde el horizonte sus anchos brazos de luz
saludan el dolor del obrero vencedor de la vida.
…
Pacific steam
recién noche vientre negro de fiera amaestrada
tus pasillos se encienden con luciérnagas de sueño
arrinconada está la flor de mis veinte años
como una niña de cabellos largos
mar del color del jersey de la mañana
balanceo embriagante
sin palabras armonía de los silencioso
cortando el transatlántico el presente
enarboladas manos de adiós
gritaban las gaviotas
pañuelos inútiles sin respuesta
el rojo capitán obeso y el japonés
de ojos tatuados de deseo
flechas tiradas al azar las siluetas de las
pasajeras
la pianola es un grito destemplado
el corazón del mar abrazado de oscuridad
viajeras pálidas ojos anestesiantes
hombres que fuman cigarrillos de recuerdo
por las claraboyas de la noche
se asomó la mañana
En sus manos traía la costa
...
17
quisiera perderme de mí misma
limbo de mi pensamiento
Y haber perdido la mirada angustiosa
de mis ojos
para los pasos arrebatados por la muerte
Perderme de los hilos tensos
que el corazón tiende a los cuatro
puntos cardinales de mi vida
Saltar el círculo que me aprisiona
y en el que se debate
serpiente cercada de llamas
mi juventud inútil
¡Perderse! tendido vuelo
por sobre las agujas de las ciudades
más altas – por sobre el mar
como un globo cargado de oxígeno
que sueltan a merced de los vientos
Lejos más allá de todas las distancias
…
Liberación
Un día seré libre, aún más libre que el viento,
será claro mi canto de audaz liberación
y hasta me habré librado de este remordimiento
secreto que me hunde su astilla al corazón.
Un día seré libre con los brazos abiertos,
con los ojos abiertos y limpios frente al sol,
el miedo y el recuerdo no estarán encubiertos
y agazapados para desgarrarme mejor.
Un día seré libre… Seré libre presiento,
con una gran sonrisa a flor de corazón,
con una gran sonrisa como no tengo hoy.
Y ya no habrá la sombra de mi remordimiento,
el cobarde silencio que merma mi emoción.
Un día habré logrado la verdad de mi yo
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