martes, 20 de abril de 2021

Jorie Graham (Nueva York, EE.UU., 1950)

 

 


SUDARIO


Te escribí pero lo que no pude decirestamos en sistemicidioestaría bien ser frugaleses
imposible no ansiar la eternidadaquí en las arenas viendo cómo se acerca la tormenta de arenarecordando lo llamado arcaicoy la floración deel sentimiento deapostar en nuestra sangre como un pliegue y su manto deinmacularidadsu inmaculado mantouna vez vi la sábana santa ¿y tú?dejamos mucha máculanos envuelven capas y más capas de días telarañaal final queda un rastrode fluido corporalde todo este miedoacaso puedes sentir-

lopalpita bajo mi sudariotengo que detener la nanacuando me preguntaron dije sídije
casi creo que estás ahíestás ahídije la época de los periodos terminódije expón cada uno de nosotros a la luz tras ser amputada nuestra fracción de tiempo somos la larga franja de
días nuestros nada más¿te importa?y una multitud llega y mira al largo gusano de nuestro
rastro corporalante esta luzverán la inmundicia de nuestro haber vivido y pensarán tiene una formaes mugreel elevado réquiem de la supuraciónimpregnándosede ancestrosy regiónun cachorro de leopardo a lomos de la yeguae irrumpe el fluidoirrumpe desde las cavidadesen pocas de las vidas esa mancha será veneradamirala dilatada franja que refleja y devuelve la luz, la de los días de un solo hombre en la tierra, hará que los individuos de la multitud bendecidos por el virus de la vida sientan que pueden ser sanados. Y algunos  lo serán.

El dolor que soportas puede hacer eso por el otro. Si tú dieras tu vida al vivirla.
De tal modo que dejas un rastro. Para otra que vuelve a casa, a su pequeña cocina, será todo
diferente. A partir de este momento. Yo cambiaré yo he cambiado. He visto lo que son 
los minutos, han sido alzados para mí frente a la catedral, he visto con mis propios ojos
lo que son los días, he visto lo que es esta taza cuando vierto en ella la leche, he visto en el 
tránsito entre taza y labio el secreto que ahora llevo a ti, en la otra habitación, en tu
silla de bebé, tu silla de ruedas, puedo entregarte tiempo a través de esta taza, entregar el paso
al nuevo tiempo a través del nuevo amor que he filtrado en la libación. No es que yo 
pueda leer entre líneas no hay líneas. No es que nos vayamos a volver a encontrar o que la
mella en todo cuanto tocamos sea olvidada. No es que haya olvidado que los sensores
están observando los rayos x la red el ave del paraíso. Ahora él desliza uno de veinte. Ahora los
fuegos artificiales saltan

por error demasiado pronto. Al preguntarle a ella si tenía algo que declarar. Y ellos se lo
confiscaron de todas formas. Era su nombre. Que tembló al dejarla. Resulta que ella estaba bien sin él. 
Así que una es póstuma. Cómo puedo encontrarme de nuevo. En este mundo. Quiero que sea 
en este mundo. No me des la aparición en el aire. Es ciertamente magnífica. Cuándo vas a decirme qué está pasando. Está pasando. Los cálculos están equivocados. Algo duró demasiado. Habría que amputar algunos años. Todo tenía que encajar. No lo entenderías aunque te lo explicara durante un millón de años. Un día te lo contaré. Quién es este que habla ahora. Mirar atrás es elocuente. 
Altisonante. No lo puedo explicar ahora, sigo más tarde. Lo prometo. Confía en mí. Por qué. Porque lo hice con mis manos. Lo hice todo con estas manos. No es algo personal. Así que debes darte prisa. O no lo soportarás, no. Cuántas luces deben ver ellos brillando mientras sea el planeta tierra y aún

nos quede algo de combustible para estas noches a medida que llegan
                                               y nos inclinamos para entrar en
el círculo de luzyo y esta taza de lechey nada más que darteel agua no está a salvode vuelta a casa vi hongos abriéndose paso entre raícesdeseo pertenecer a la tierra como hacen ellosvi un remolcador abandonado en la ladera y árboles que aún lucían sus coloresamarillos y rojos agrestescomo para indicar que esto aún puede llamarse
hogaren un rincón un trozo de mármol degrano que proviene degrasa que alguien ha enviado aquí con alto coste desdey pienso en esa palabra costey la empatía como un cachorro se asoma al sonido de las palabras porque tuve cuerdas vocalesy solicitaban esoy había algo profundo en mí que yo misma apenas poseíapero estremecía de verdad al pronunciar una palabray lo hacía bieny cómo aquello pretendía declarar posesión sobre cada cosa que pensaracomo si cada vez el nombramiento fuera nuevoy el mundo visible
empezara otra vez cada mañana a hundirse en mi rostro paradeclararme la dueña de mis
minutosy qué iba a hacer con ellos aparte de sobrevivirhaber sido reducida a la
supervivenciamientras el vago recuerdo del mundo en que habitas acude ahora a míarrastrado por aquello que mi mente pensabatratando de encarar la idea del deberuna vez oí a alguien declamar desde un podioel sistema está roto hay que arreglar el sistemahay que arreglar el sistema el sistema está rotoy cómo hablaba del amor de la gentey cómo por desgracia no podíamos estar omnipresentes sentados hoy aquí mirando cómo bebes la lechey recordando los brotes de hierba alta y brillante que crecían alrededor del podio→ y cómo lo que vimos fue que habían sido apartados para emplazarlo allí

echo de menos la barra de herramientas el menú la tecla con la que uno pudiera borrar
 


SHROUD

(...)
the water is not safe
on the way home I saw mushrooms pushing up through roots I wish to belong to the earth as they do
àsaw an abandoned tugboat on the hillside and some trees still carrying their colors
a wild yellows and reds
as if they were trying to indicate this could still be called
home.





CON MADRE EN LA COCINA
 
f r a g m e n t o 

Hagamos una pausa. 
Si se te pudiera salvar entonces sí, vale. 
Si se te pudiera contener 
en la vida entonces sí.
Pero diligente, ridícula, tacho las fechas -tus días tus respiraciones-
como si esta desconfianza de lo natural no bastara-
buscando el punto de partida-
una de estas será tu última palabra-
¿qué habremos acabado de decir cuando te pares?-
¿cuál será la frase interrumpida por tu último aliento?-
¿nos advirtieron de esta libertad?-
que no hay regulaciones-
que no se nos agota la paciencia, se nos agota el tiempo-
ellos nos arrancan la vida, justo así-
todo es entraña y luego deja de serlo-
que un día esto dejará de ser tu hogar-
también que no queda espacio, tu espacio se consume-
el siguiente paso es que no hay paso-
(...)

Leído en el blog ENCUENTROS DE LECTURA
 


WITH MOTHER IN THE KITCHEN

Let us pause. If you could be saved then yes, ok. If you could be contained
 in life then yes.
But diligent, foolish, I count off the dates—your days, your breaths
as if this mistrust of the natural were not enough
looking for the starting point
one of these will be your last word
what will we have just said when you stop
what will the phrase be which is interrupted by your final breath
did they warn us about this freedom
that there are no regulations
that we do not run out of patience, we run out of time
they wrench out the life, just like that
everything is innard and then it is not
that one day you are no longer at home here
also that there is no room left, your room runs out
the next move is no move
who told us to feel we could settle in
today they will ask me for your home address, I have one to give
my beloved unknown, you pour out
where you arrive is too far
is not an entrance, not an exit
you have to stop being
I don’t know if it’s formless
no there is no longing
a bird chirps firmly from the porch
the genes chirp firmly in the blood, it still flows
there is still body heat, honor the body heat
you ask for the meds, honor the meds
you have gone too far, you cannot turn around,
the flame of the candle blooms, exceedingly if I stare, I stare,
be glad, inauguration of, say little, save breath,
I will press your hand now and there it is—life—it comes in waves,
it will disappear, it has not disappeared,
accept destruction, accept, the word quivers...
You passed inspection, can I tell you that.
You were fully searched. Every option. Every cavity.
At every checkpoint, you were. You were not saved.
This is the final one on this side.
I watch your hands. One is lifting a spoon, one is holding onto the folded cloth.
An iridescence—a crazed green—out the kitchen window, spreading forever.
A puddle just there at the foot of the tree from last night’s rain.
Now sun. Crusty light, gravelly with pocking shadow, excited by wind.
 New leaves.
First wind today for these new leaves.
Is it this week. We drink our tea.
The knives and forks glitter in their dark drawer.
They will be there after. Hands will lift them as if nothing.
May I cut your meat, may I stir your soup?
“Sometimes walking late at night / I” and
“let us pause on the latter idea for a minute.”
First wind new leaves—no, new wind first leaves.
They came out day before yesterday.
Those intervening days, unbroken stillness settled.
Look, it’s May I said. They grow. No wastage of energy. Love. Molecules.
Now they flip up, fly back. One is ripped off and slaps against the windowpane.
Still citrine-green-new—it sticks fast to the glass.
For a while. We see it.
Do you want to hang out a bit now, here? Do you want to talk about it,
 shall we continue?
It just happens this way, you bend to the cup,
the sea-reaching stream runs down
somewhere below our angle of view—
though on a good day you hear it, I see you
hear it—straightening itself as it goes, going down to go faster,
at some point merging and merging, splitting its waters, gathering, a
 slope will help it.
I’d take my bucket, may I have a sip of you, river, I am so parched.
We wait for it to come, the time.
We are so glad for this wind, it delivers.
The mind too, whirling, vectoring, reaching short but at least
reaching, rising, consigning—towards and towards. Terrible. You’ve got to
love it, dark mess of words and winter-
unwinding—blaze, gleam, build, tear down. I put the kettle back on. We are on
pause. The change of scale in our thinking has occurred. Planetary death so
what is yours. How big. Where do I put it. You were born. You were in
 time, were
ahead of time all this time and now we are waiting
for it to go on without you in it. That.
When time will go on and you
will not be in time.
What is it we were just
talking about. Your years. There were mornings dew moon highways
 nation-states
shame law. I was born. That was just yesterday. Far far away you said
 opening up
the book. I am three. I look at the page. Your hand knows how to turn it
 so the next thing
comes about. All will be buried in dirt.

Publicado originalmente en The New Yorker, 2016












de DeprisaBartleby Editores, Madrid, 2020
 
 
(Fuente: Emma Gunst)

 

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