Me acerco a los jóvenes
Están sentados en el asiento de un parque.
Césped muy verde. Las palomas.
Libres. Ríen. Toda una vida por delante,
dos chicas y dos chicos, de unos 20
años
Les digo: perdón, quiero saber
qué pensáis del hoy
y de si habrá un mañana
(Las frases son reales
de ciudadanos con la sangre caliente
como la mía mientras escribo esto
hoy)
A nosotros no nos hacen caso
Nosotros no tenemos voz ni voto
¿El futuro? III Guerra Mundial,
eso o encontramos otro planeta donde vivir
De todas maneras, cuando terminemos
los estudios, entonces ya veremos
No se puede hacer nada
Si por ejemplo, arreglas España,
luego quedaría el resto del mundo
Si los que rigen no dan un giro y arreglan esto pronto,
se va todo a la mierda
No habéis pensado -les digo- en otro mundo
distinto, que todo puede ser de otra manera,
que nadie tiene que decidir por encima de otros?
Alguien tiene que gobernar
Tiene que haber normas
alguien tiene que regir
Si nadie rigiera, cada uno miraría por sí mismo
y acabaríamos peor que ahora
De verdad -interrogo sorprendido-, en verdad os
conformáis con que cada uno de vuestros pasos sea
supervisado por terceros?
Tú defiendes vivir en el caos
En Es tan culpable el que canta para no oír a los fusiladores que los fusiladores. Ed. Amargord, 2020
(Fuente: Voces del estremo)
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