viernes, 21 de mayo de 2021

Sandalio Camblor González (Ariguanabo, Cuba, 1951 - 2021)

 

 




 

PENNY LANE

 

                      (Las calles de mi pueblo)

 
                      Martí, Maceo, Máximo Gómez,
                      Mal tiempo Cacarajícara, Peralejo.
                      Nombres antiguos de calles numeradas.
                      Los jóvenes apenas saben
                      que sus padres gastaron 
                      los zapatos y las noches
                      entre patriotas y batallas.
 
 

 

 

 

BOSQUE

 

 

                      Llenemos de sillas
                      el bosque del Ariguanabo
                      y así sentar el anhelo de repoblarlo
                      con un sugerente elemento mágico.
                      Las sillas echarán raíces
                      flores, frutos mágicos 
                      servirán al viajero de descanso
                      y evitarán que los depredadores
                      campeen por su respeto.
                      Muchas de ellas al juntarse
                      le cerrarán el paso al abandono,
                      también servirán para dejar
                      que descanse la esperanza
                      para siempre.
 
 


DESEO

                           … el enemigo es una niebla espesa…

                                                              Mario Benedetti

 

 

Mi vida está cansada de llorar los desastres.
Mis pasos se agotan
de sortear el polvo y las piedras
que se juntan en cada esquina.
Las caras palidecen
y se diluyen
con la llegada del agua
que silenciosa
escapa de las nubes.
Con el tiempo
mi pueblo se borra poco a poco.
El río se sumerge
no en La Cueva
sino entre el abandono
y la basura arrojada.
Los errores
no se pueden zanjar con decretos.
Hay que salvar al menos
la sombra en el espejo.

 

 

 

                                                                                                                            

ÚLTIMA CENA

 

Cuatro sillas
en medio del Parque Central
banquete de desmorono y desidia
cada uno de los puntos cardinales.
El norte, sin estrella Polar que lo guíe
mirando los libros añejados
nadie los nombra o los compra
por esta silla comienza
el banquete de las desilusiones.
La otra, al sur
resume el destruido palacio gubernamental
que no se recupera del viento desértico.
Las pirámides no existen
en este banquete espectral.
Al este, una silla
da la espalda a la Calle Real,
de los comercios sin vidrieras
ni imaginación ni productos,
esta silla nadie la habita
no queremos compromiso con la migración
devastadora e irreverente,
en este punto no hay sitio
para banquete.
Al oeste, la silla presta
para sembrar el sol sanguinolento
que muere de tristeza,
se sonroja de pena por lo que falta.
No hay luces ni neón para los jóvenes,
apenas saben, antes estaba tan bella
como la calle de Alcalá
más concurrida que la Quinta Avenida.
Cuatro sillas
para el banquete en el Parque Central
el tiempo no regresa
marchó con las palomas para siempre.

 

 

 
 

¿CÓMO PODER VIVIR SIN EL AZUL? 

                          Estoy viendo, como quien                                             
                                                 sueña en una noche triste,
                                                    paisaje que ya no existe
                                                 con ojos que ya no ven…
                                                                   Jesús Orta Ruiz

 


 
  Los fantasmas de Kuinco, Membrillo y Babico
  deambulan en desvarío 
  por el Parque Central.
  Se ponen de hinojos ante el padre mayor
  lanzan una plegaria al Señor
  tratan de luchar contra la desidia acumulada
  observan con horror
  sus entrañas apuntaladas.
   Les tienen prohibido
  siquiera un estornudo gratificante
  solo les permiten un hablar en sordina.
  El Parque es una réplica del Coliseo
  el llanto es inevitable ante el desastre
  lloran con la esperanza incierta de mojarlo todo
  limpiarlo todo
  tal vez para enlodarlo
  para ocultar la impotencia
  del todo.
  
  Los fantasmas
  de Kuinco, Membrillo y Babico
  son los nuevos jinetes apocalípticos
  buscan ayuda de los pobladores
  para edificar un muro
  que contenga el desmorono.
  Los fantasmas están ahí 
  en medio del pueblo
  para recordarnos que la realidad
  es más elocuente que la esperanza…
  entonces,
  ¿cómo poder vivir sin el azul?

 

 

 
 

PLEGARIA DEL RECUERDO

 
I
El Alzheimer
nos devora con el paso del tiempo: la indolencia
es Alzheimer
la despreocupación es Alzheimer
el desamor al patrimonio, Alzheimer.
Acaso esta enfermedad no viene encubierta,
cuando se manifiesta, nadie se acuerda
de los hermosos bancos marmóleos del Parque
Central
o los vetustos edificios que le rodean.
No se acuerdan de que ya no existen,
nadie recuerda La Placita
o el Cine Casino
o el Círculo de Artesanos
o el Ayuntamiento vestido de tablas,
 en fin nadie se acuerda
de lo tangible.
 
II
No creo que esta memoria perdida
tenga que ver con la despiadada enfermedad.
Por eso les convoco a apostar fuerte
por el amor, así evitamos el flagelo.
Los invito a luchar fuerte por nuestros valores
así impedimos el desastre.
Nuestros eminentes doctores
no le encuentran cura
tal vez debamos empezar con el alma.
Por lo pronto mujer
espero te acuerdes de mí
cuando el reloj imperturbable
marque mi ausencia
cuando el amanecer te sorprenda
en tu soledad de sábanas desechas.
Espero te acuerdes de mí
si otro hombre intenta 
penetrar tus misterios.
Espero me recuerdes en primavera
cuando tus ojos no puedan estar
pendientes de mi espalda.
Espero me recuerdes aunque no existan
mis versos semanales.
Espero no me olvides
sobre todo cuando sea parte
del polvo del desierto.
El Alzheimer es un mal
que perfora sentidos y nervios
pero jamás podrá
con la fuerza de este corazón
que tanto te ama.

 

***

Poemas de Sandalio, tomados de su libro Del vinilo al papel

 

 

Sandalio: eterno guerrero

Por Isel Chacón

Hoy, temprano, llegó Sandalio al camposanto del pueblo. “…cada muerto es una raíz”, aseguró el Apóstol. Sabias palabras que compensan la pena.

Imposible no evocar momentos vividos, conjuntamente. Momentos inolvidables: alegres y esperanzadores, muchos; difíciles y tristes, otros. Dentro de esa amalgama de recuerdos descuellan el día en que se oficializó la fundación Ariguanabo: acariciado sueño ya tangible; y la mañana veraniega de hace solo diez meses, en la cual se presentó en el patio del Museo su libro “Del vinilo al papel”, poemario que aviva el sentimiento. No es casual que sean esas las recordaciones; en ellas está, como centro, nuestra querida villa. Sí, porque Sandalio Camblor González –profesor de Química, poeta, narrador, periodista, presidente del Comité de la Uneac en el municipio, Secretario de FUNDAR– era/es, ante todo, un ariguanabense cabal, defensor, a ultranza, de su terruño.

Por eso, se equivocan aquellos que piensan que este hombre llegó al camposanto de San Antonio de los Baños para reposar. No hay descanso mientras el río, el bosque, su amado pueblo, íntegramente, no sean los añorados por él, por nosotros. Entonces, sin duda, desde la nueva dimensión en que se encuentra, Sandalio continuará siendo un guerrero, fiel acompañante en cada justa batalla.

 

(Fuente: Segunda cita)

 

 

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