jueves, 27 de mayo de 2021

Marjiatta Gottopo (Caracas, Venezuela, 1972)

 

 

LA QUEMADURA


No toques la herida

pues se infectará.

No la veas:

"camina con las manos

camina con el olvido

navega en esa ola de destierro

y nunca la toques

no las despidas

no retornes."

La herida ya no sangra

la herida es el recuerdo

esa promesa adherida a  los tejidos

la herida no es tu nombre

es sólo la posibilidad

de que no sane.
 






ADIÓS
"comparado al no-amor
el amor es cobarde y no ama."
G. Bataille
 


Se paralizaron las noches eternas y etílicas

las has cambiado por ese ojo dilatado de las historias menores

de los veranos eternos

sin chapoteo de botas desgastadas sobre el lomo felino de la aurora.

Se acabó tu nombre,

cariño

y ese navegar en la inmortalidad utópica de las traiciones.

Se acabó ese órgano hipertrofiado latiendo furioso

cerca de tu ventana.

Se acabó viejo amor esa lágrima sobre tu huella indiferente.

Se acabó mi pasión por asesinarte de miles de maneras

mi pasión que habría deseado descuartizarte con ternura

apuñalarte eternamente

sin dejar que murieras.

Se acabó

cariño

tu cara patética en mi sopa

porque navegué y todos los marinos olvidan algún gran puerto

porque la lejanía es el tiempo acelerado

y tu foto se seca

se quiebra

se esparce en el desierto.




ESCRITO EN LA SERVILLETA DE UN BAR


Si el adiós no fuera desplazarme en noches infinitas

si no fuera resbalar para siempre

en todas las despedidas.

Si no fuera releer una y otra vez las cartas secas

las fotos blanco y negro

la excusas

si no fuera pedirte una y otra vez

que no me olvides

que no te pierdas en el tiempo

que el flujo interminable de mis días

no te desmorone

ni te despierte.
 
 
***




 En  Psicotrópicos. Ed. Amargord, 2017
 
(Fuente: Voces del extremo)

 

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