Final del día
La puerta del granero se cerró con un temblor
mientras ponía los pesados
triángulos de madera bajo las ruedas del tractor.
Había sido un día largo. Apoyando el hombro
contra el enorme neumático negro
resoplé mi cansancio hacia la noche.
Arrodillado, solo en la oscuridad de Dios,
pensé en la yegua gris de mi padre,
cansada y resollando, allí en el rincón,
luego de un día de arar en el campo de arriba.
Sally, la llamó. Decía que la llamó así
por su único amor, una muchacha que conoció en Doolin.
Mi madre se llamaba Margaret.
.....
Traducción: Gerardo Gambolini
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