jueves, 27 de mayo de 2021

Claudia Trujillo (Medellín, Colombia, 1963)

 

 

Pequeño exordio

 

 

Breve es el tiempo para los sueños de los hombres, arrebatados como paja por la ventisca.

Como el río, nada detiene su curso. Todo es vértigo, fugacidad, olvido, desvanecimiento.

En la mañana los lirios del campo visten su esplendor y los pájaros encienden la penumbra del bosque. No obstante al atardecer, declinan su brillo y callan.

Maravilla de lo pequeño, discreto encantamiento de las cosas borrándose inmutables, en la puesta de sol.

En su eterno devenir el viento arremolina las nubes y los días en leve jornada, y los aguaceros y la nieve sobre el pasto, sombras en la memoria.

Peregrina la soledad de arcilla y paja en la casa inicial, errante espíritu alrededor del fuego temblando bajo las estrellas… asombro agazapado por siempre en la mirada nómade.

El paisaje no sabe de si, ni las piedras del camino, ni el camino. El alma es migratoria y solo conoce la existencia por las palabras que huyen.

Las palabras sueñan que inventan la realidad, siendo ellas la única realidad posible junto al silencio.

Entre ese par de abismos, entre las palabras y el silencio, el corazón palpita sin saber casi nada del mundo, casi nunca.

Ningún aire celebra la quietud. La naturaleza vibra, respira, arde, enloquece de vida.

Somos nada repleta de luz. Somos polvo que canta en la oscuridad.

Todo señales, ofrendas, perplejidad, presencia sagrada e incomprensible.

Todo es cielo, todo es la tierra. Todo para el hombre, es el cielo y la tierra.

 

 

 

ofrendas del paisaje

 

Sobre el pasto de la noche

Toco la luna

entre mis manos

 

*

Lluvia callada

sobre el horizonte

tórnase blanca en la neblina

 

*

Por linderos de alambre

cruza el viento

a invadir la pradera

 

*

Un árbol derribado

Herido bosque

Callan los pájaros

 

*

Son hojas pájaros

flotando al viento

la copa de los árboles

 

*

Llovizna de la tarde

Blanca bruma

Borra las montañas

 

*

Mullido lecho

bajo los pies

Lenta lluvia de pino

 

*

Purificada bajo la lluvia

obediente

crece la flor

 

*

Veranera de invierno

Esplendor púrpura

en el suelo

 

*

Eucalipto en flor

Sus hojas plateadas

curan la tristeza

 

 

la tarde

 

Desvanece el día entre la tarde

la llama de la tarde entre la noche

¡qué  breves las estrellas al amanecer!

 

*

Llovizna blanca de la tarde

Desde la niebla

canto invisible de pájaros

 

*

Se va la tarde

pero en la copa del guadual

por un instante se anida el sol

 

*

En mi cuaderno

gota a gota la tarde

Azul naufragio

 

*

Cierro los ojos

He guardado el esplendor

de la tarde

 

*

La tarde huye de la sílaba

Se extingue el fuego

entre los ojos

 

 

pájaros

 

A mi paso los pájaros

se asustan, pican el viento

escapan a la copa de los árboles

 

*

En lo alto

cantan los pájaros

No les veo, pero les siento

 

*

Viene y va el pájaro

Húmedo de lluvia

canta la tarde

 

*

Ese canto de pájaros

se robó

las palabras

 

*

Pájaros en la rama

Se deja mirar, se deja escuchar

Ahora, yo también soy el paisaje

 

***


Callada escritura. Poemas breves. Bucaramanga. Proyecto Cultura de Sistemas y Computadores. S.A. La Casa del Libro Total. 2013. Págs. 13, 15, 21, 27, 29, 33, 37, 41, 49, 53, 55, 61, 65, 71, 77, 79, 81, 85, 87, 95.

 

(Fuente: Mecánica Celeste)

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario