Pequeño exordio
Breve es el tiempo para los sueños de los hombres, arrebatados como paja por la ventisca.
Como el río, nada detiene su curso. Todo es vértigo, fugacidad, olvido, desvanecimiento.
En la mañana los lirios del campo visten su esplendor y los pájaros encienden la penumbra del bosque. No obstante al atardecer, declinan su brillo y callan.
Maravilla de lo pequeño, discreto encantamiento de las cosas borrándose inmutables, en la puesta de sol.
En su eterno devenir el viento arremolina las nubes y los días en leve jornada, y los aguaceros y la nieve sobre el pasto, sombras en la memoria.
Peregrina la soledad de arcilla y paja en la casa inicial, errante espíritu alrededor del fuego temblando bajo las estrellas… asombro agazapado por siempre en la mirada nómade.
El paisaje no sabe de si, ni las piedras del camino, ni el camino. El alma es migratoria y solo conoce la existencia por las palabras que huyen.
Las palabras sueñan que inventan la realidad, siendo ellas la única realidad posible junto al silencio.
Entre ese par de abismos, entre las palabras y el silencio, el corazón palpita sin saber casi nada del mundo, casi nunca.
Ningún aire celebra la quietud. La naturaleza vibra, respira, arde, enloquece de vida.
Somos nada repleta de luz. Somos polvo que canta en la oscuridad.
Todo señales, ofrendas, perplejidad, presencia sagrada e incomprensible.
Todo es cielo, todo es la tierra. Todo para el hombre, es el cielo y la tierra.
ofrendas del paisaje
Sobre el pasto de la noche
Toco la luna
entre mis manos
*
Lluvia callada
sobre el horizonte
tórnase blanca en la neblina
*
Por linderos de alambre
cruza el viento
a invadir la pradera
*
Un árbol derribado
Herido bosque
Callan los pájaros
*
Son hojas pájaros
flotando al viento
la copa de los árboles
*
Llovizna de la tarde
Blanca bruma
Borra las montañas
*
Mullido lecho
bajo los pies
Lenta lluvia de pino
*
Purificada bajo la lluvia
obediente
crece la flor
*
Veranera de invierno
Esplendor púrpura
en el suelo
*
Eucalipto en flor
Sus hojas plateadas
curan la tristeza
la tarde
Desvanece el día entre la tarde
la llama de la tarde entre la noche
¡qué breves las estrellas al amanecer!
*
Llovizna blanca de la tarde
Desde la niebla
canto invisible de pájaros
*
Se va la tarde
pero en la copa del guadual
por un instante se anida el sol
*
En mi cuaderno
gota a gota la tarde
Azul naufragio
*
Cierro los ojos
He guardado el esplendor
de la tarde
*
La tarde huye de la sílaba
Se extingue el fuego
entre los ojos
pájaros
A mi paso los pájaros
se asustan, pican el viento
escapan a la copa de los árboles
*
En lo alto
cantan los pájaros
No les veo, pero les siento
*
Viene y va el pájaro
Húmedo de lluvia
canta la tarde
*
Ese canto de pájaros
se robó
las palabras
*
Pájaros en la rama
Se deja mirar, se deja escuchar
Ahora, yo también soy el paisaje
***
Callada escritura. Poemas breves. Bucaramanga. Proyecto Cultura de Sistemas y Computadores. S.A. La Casa del Libro Total. 2013. Págs. 13, 15, 21, 27, 29, 33, 37, 41, 49, 53, 55, 61, 65, 71, 77, 79, 81, 85, 87, 95.
(Fuente: Mecánica Celeste)
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