miércoles, 26 de mayo de 2021

Tanya Huntington (Dakota del Sur, EEUU, 1969)

 

 

Las peores palabras que nosotras las niñas llegamos a escuchar

  

North Platte, 1974
Villanela

¡Aunque en un aprieto, la muerte y la verdad pueden rimarse!
Malcolm Lowry

 

Las peores palabras que nosotras las niñas llegamos a escuchar
fueron estas: “quien te llevó por mal camino fue Alegría”
—como si los muros de contención así se pudieran borrar.

Yo era chica, demasiado chica para lograrme percatar,
cuando nos dio aventón a Nebraska, que arrastraba las frases la tía
y luego las peores palabras que nosotras las niñas llegamos a escuchar

hicieron daño a fondo, que la adultez era absurda pudieron mostrar,
que ni los grandes a los monstruos ahí acorralarían
—como si los muros de contención se pudieran borrar.

A diferencia de mi hermana mayor, que lo ocurrido lograba captar,
yo, en babia, lo único que sabía era que se “había pirado” la tía:
las dos peores palabras que nosotras las niñas llegamos a escuchar.

La vi solo una vez más, y después Alegría se fue a volar,
con la piel amarillo canario. Logró pasar a mejor vida.
Como si los muros de contención se pudieran borrar,

llegó volando a mi cuarto, quitada de la pena, a visitar,
a decirme que la muerte era la nada; yo pasmada, no entendía.
Sin duda, las peores palabras que esta niña llegó a escuchar
—como si los muros de contención se pudieran borrar.

 

North Platte, 1974
Villanelle

But death and truth could rhyme at a pinch!
Malcolm Lowry

 

Could be the most damning words us girls ever heard
were, «Glee drove you down the wrong side of the highway,»
—as if the barriers that kept us safe were blurred.

I was small, too small to notice her speech was slurred
when our aunt dropped us off in Nebraska that day,
and then the most damning words us girls ever heard

did their worst and showed us adulthood was absurd,
showed not even grownups could keep monsters at bay
—as if the barriers that kept us safe were blurred.

Unlike my big sister, who grasped what had occurred,
clueless, all I knew was our aunt had «gone astray»:
The two most damning words us girls had ever heard.

I saw her once more, after Glee became a bird.
Her skin turned canary yellow. She passed away.
As if the barriers that kept us safe were blurred,

she flew into my room to visit, undeterred,
and told me death was nothingness, to my dismay.
Doubtless, the most damning words this girl ever heard
—as if the barriers that kept us safe were blurred.

 

***

 

  Versiones en español de Pura López Colomé.

 

(Fuente: Periódico de poesía. Unam.mx) 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario