jueves, 27 de mayo de 2021

Ana G. Aupí (Guatemala / Barcelona)

 

 

A Daniel Pedro

 
Hoy no amanecieron lugares comunes,
no hay bandera que ondee
ni viento se atreva a los susurros.
Hoy hasta el sol siente culpa de brillar
  y los pájaros de hacer sombra.


No hay campanario que repique
sin tintes de entierro
ni bocado que no sepa descompuesto.
Todo huele a sangre
y a una asfixia muerta
de grito en el pecho.

Hoy no hay bala que mate,
no hay sol que fatigue,
no hay sonrisa que alivie.
Amaneció el día sin rostro e irreconocible,
sin nada más tuyo
que tu cuerpo.



Daniel Pedro fue secuestrado, torturado y asesinado el 8 de abril del 2013 cerca de Santa Cruz Barillas. Daniel Pedro, originario de Santa Eulalia, Huehuetenango, trabajó durante toda su vida en la defensa del territorio de los pueblos mayas de la región. Fue un referente de dignidad y lucha, y su carisma y su capacidad de trabajo lo convirtieron en un líder para toda la región del Norte de Huehuetenango, Guatemala.

Su secuestro en Santa Cruz Barillas en un momento de alta tensión política por la lucha en contra de la imposición de la hidroeléctrica galego-española Hidro Santa Cruz (Hidralia), lo analizamos como un mensaje de terror para todos los pueblos y organizaciones que estábamos organizadxs para que esa hidroeléctrica no se construyera. Esta lucha está amparada en la defensa de la voluntad de los pueblos de la región, expresada tanto en las actividades, presentación de actas, memoriales, quejas, manifestaciones, etc., como en la defensa de la Consulta Comunitaria de Buena Fe realizada en el año 2007, donde los pueblos habían expresado su legítimo desacuerdo en la imposición de dicho proyecto.

 

(Fuente: El Salto diario)

 

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