De El triunfo del amor
XIII
¿Qué vidas que se esconden en Dios? ¿De quién?
¿Quién puede decir ahora lo que ha tomado, o dónde,
o cómo, o si es que fue recibido:
cuán abandonado, despojado, arraigado, tamizado, diseminado por todas partes,
podrido en tierra vegetal, aceptado
como concreto civil, bloques
de cemento reforzables:
vertido en el Danubio, el Rhin, el Vístula, cubierto
con el lodo Báltico y Póntico:
cometido in absentia para la solemne elevación,
Trauermusik, musique funèbre, música
fúnebre, para hombres y mujeres,
voces repicando a capella,
hechas para coros con dos cuerdas, metales congregados,
intérpretes elegidos alzando trompetas barrocas,
como sopladores de cristal, invenciones
de un orden superior?
Canción de septiembre
nacido 19.6.32 – deportado 24.9.42
Indeseado pudiste haber sido, intocable
no eras. Ni olvidado
ni pasado por alto en el momento correcto.
Como era estimado, moriste. Las cosas marchaban,
suficientes, hacia ese fin.
Tanto Zyklon y piel, terror
patentado, tanto llanto de rutina.
(He hecho
una elegía a mí mismo
es cierto)
Septiembre engorda en las viñas. Las rosas
se descascaran desde las paredes. El humo
de fuegos inofensivos llega hasta mis ojos.
Esto es demasiado. Esto es más que suficiente.
***
(Fuente. Círculo de poesía)
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