El jardín de la estación
El jardín de la estación de San Giovanni o San Siro
todo en torno florecido de flores de la pasión,
rodeado por ligustrinas con cañas finas y breves
donde se enroscan las redes de rosadas campanillas.
Brilla en el medio una fuente calma y clara, y vacilante
un pétalo tiembla y cae junto al chorro transparente;
a las blandas mariposas parece que el viento lanza
sobre lantanas y acacias, sobre las cactáceas rojas;
que el sol de un reino descienda, reino de oro, azul y ópalo,
y entre como cualquier otro por la puerta de madera,
mientras la buena estación que asciende rosa de acanto
dice su nombre de santo casi con circunspección.
*
¡Y tras la felicidad, pobres ilusos, nos vamos
sin saber a dónde vamos, hacia una nueva ciudad,
hacia lo incierto y la noche! ¡Y allí en el jardín se queda
la infinita primavera que observamos desde el coche!
Y hay una alegre muchacha que ríe serena, absorta,
y que el tren nada le importa, y nada le importa nada…
El jardín de la estación de San Martino o San Celso
con aquel ciprés o el fresno en actitud de patrón,
el jardín de devoción que escucha atento y en calma
el balbuceo del agua, el abejorro zumbón!
¿Quién bajará del vagón para quedarse y amar
los ojos claros de la hija del jefe de la estación?
Marino Moretti
[Versión de Pablo Anadón.
Córdoba, 23-V-21]
*
Il giardino della stazione
Giardino della stazione di San Giovanni o San Ciro
tutto fiorito all'ingiro di fiori della passione,
chiuso da siepe corrosa di brevi canne sottili
cui s'attorcigliano i fili de' bei convolvoli rosa!
Brilla nel mezzo un tranquillo disco di limpida vasca,
oscilla un petalo e casca presso il minuto zampillo;
par che gli zefiri mossi lancin le blande farfalle
su le gaggie, su le palle-di-neve, sui cacti rossi;
che il sol, disceso da un regno d'oro, d'azzurro, d'opale,
entri siccome un mortale dal cancelletto di legno,
mentre la buona stazione che s'alza rosea d'accanto
dice il suo nome di santo quasi con circospezione!
*
E noi si va chi sa dove, poveri illusi, si va
in cerca di felicità, verso città sempre nuove,
verso l'ignoto e la sera! Invece lì nel giardino
veduto dal finestrino c'è tutta la primavera!
E c'è una gaia fanciulla che ride un riso sereno
e non si cura del treno e non si cura di nulla...
Giardino della stazione di San Martino o San Celso
con quel cipresso o quel gelso che a lato fa da padrone,
giardino di devozione che ascolta attento e tranquillo
la voce dello zampillo, il rombo del calabrone!
Chi scenderà dal vagone per rimanere ed amare
le tue belle iridi chiare, figlia del capo-stazione?
Marino Moretti
[De Poesie di tutti i giorni,
Ricciardi, Nápoles, 1911]
(Fuente: El trabajo de las horas)
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