jueves, 20 de mayo de 2021

Else Lasker-Schüler (Alemania, 1869 -1945) .

 

 


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MADRE

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Una estrella blanca entona un canto fúnebre

En la noche de julio,

Como toque de campanas a muerto en la noche de julio.

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Y sobre el tejado la mano de nubes,

La mano de sombras rozando húmeda

Busca a mi madre.

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Siento mi vida desnuda,

Se desprende de la tierra de la madre,

Tan desnuda no estuvo nunca mi vida,

Tan entregada al tiempo,

Como si marchita

Tras el final del día

Entre vastas noches me encontrara,

Sola.

 

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MADRE

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Oh madre, si vivieras,

Querría jugar en tu regazo.

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Tengo miedo y me duele el corazón

De tanta pena.

Por todas partes brotan sangrientas hojas.

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¿A dónde irá mi niño?

No construí alegre ningún sendero,

La tierra entera está escardada.

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Querida, querida madre.

 

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MADRE

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¿Era ella el ángel grande

Que iba junto a mí?

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O descansa mi madre enterrada

Bajo el cielo de humo –

Nunca florece azul sobre su muerte.

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Si resplandecieran mis ojos

Y luz te llevaran.

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Si mi sonrisa no estuviera absorta en el rostro

La colgaría sobre su tumba.

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Pero sé de una estrella,

En la que siempre es de día,

Que quiero llevar sobre su tierra.

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Ahora estaré siempre sola

Como el ángel grande

Que iba junto a mí.

 

***

 

 

Mi piano azul y otros poemas. Tarragona. Ediciones Igitur. 1997. Págs. 40-43.

Prólogo de Gottfried Benn.
Traducción de Sonia Almau.

 

(Fuente: La mecánica celeste)

 

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