el Diablo o Lucifer o Satanas
se refiere al invertido, al cuerpo de luz
que no es más que el cuerpo que vemos al abrir los ojos cada mañana.
nuestro cuerpo no somos nosotros, es el arrojado al sub suelo, donde
todo es denso, donde la espalda se cansa y las piernas tiemblan.
en la historia bíblica se habla de un hijo desterrado por sus rasgos
narcisos, no podía ver más que a sí mismo. eso es el cuerpo: adicto a
siempre después, siempre momentaneo.
el alma en cambio, fuera de todo momento, antes de la luz, es solo negro... un infinito patio de juegos.
se podría pensar que postulo un rechazo al cuerpo, pero al contrario:
es el medio y debemos darle su lugar. no llenarlo con
responsabilidades que no podrá cumplir nunca, como por ejemplo:
perdurar, conocer, amar. es como si quisiéramos que la mano, carente
de ojos, viera la luz por un solo punto y no por cada célula. la mano no
sabe que sin brazo es solo carne en el suelo.
del mismo modo, el ego no sabe que es el espíritu de un zapato
siente el deseo de arrastrarse sobre otro cuerpo, porque para él eso
es todo.
y quiere todo.
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