«La flor del ciruelo»
Traducción de Juan L. Ortiz
En el umbral del nuevo año
admirad la flor del ciruelo.
Corté una rama del árbol, la traje a mi casa,
y la flor puse en un vaso.
La flor no teme, ya, ni a la nieve ni a la helada.
Para los invitados reunidos alrededor de la mesa
preparé una garrafa de vino.
Juntos bebemos el vino, enteramente a nuestro gusto.
Y leemos poemas contemplando la flor del ciruelo,
la flor que en secreto se regocija y se burla
de sus hermanas infortunadas.
En la primavera, cuando la nieve se derrite,
los frutos nacidos de sus hermanas curvan ya todas sus ramas.
Volved entonces la cabeza para mirar el vaso:
la flor del ciruelo está completamente, completamente, muerta.
1934
(Fuente: Descontexto)
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