domingo, 5 de enero de 2025

Augusto dos Anjos (Paranaiba, Brasil, 1884 - Minas Gerais, 1914)

 

Pode ser uma imagem de 1 pessoa

Trad. Jesús Montoya

.

.

Augusto de Carvalho Rodrigues dos Anjos nació en Engenho Pau d’Arco, zona rural cercana a la ciudad de Cruz do Espírito Santo, en Paraíba, Nordeste brasileño. En su corta vida, 31 años incompletos, Dos Anjos publicó apenas un libro, en una edición modesta y con dinero emprestado por su hermano, Eu, en 1912 – en sus ediciones siguientes el libro fue acrecentado con poemas dispersos e inéditos.

.

Es de relativo consenso, en la historiografía literaria brasileña, que su poesía pertenece a una etapa de transición, entre el simbolismo de finales del siglo XIX y la poesía de las vanguardias –el llamado “modernismo” brasileño– cuyo momento en boga comienza en 1920. En verdad, se trata de una poesía de nítida vinculación simbolista, aunque disfrazada por el vocabulario materialista, macabro e incluso escatológico. Este elemento es plenamente perceptible en ciertos tropos e imágenes que sugieren el horror por la materia –el cuerpo, la vida en prácticamente todas sus formas– y una clara aspiración a la transcendencia, presente en poemas como el “Solilóquio de um visionário”, aquí traducido. Se trata, paradójicamente, de una especie de “metafísica materialista”, en la cual la solución proyectada por la representación de lo etéreo, tal cual se hace presente en parte de la poesía simbolista, es negada en principio, por la propia adhesión a la idea de un mundo abandonado por el espíritu.

.

De este modo, varias fueron las aproximaciones posibles a su producción, a lo largo de la historia de su recepción crítica: en el campo de las influencias, de la poesía de Baudelaire al poeta brasileño simbolista Cruz e Sousa, de filiación a la filosofía de Schopenhauer, al pensamiento de Herbert Spencer y otros adeptos del cientificismo finisecular. Ciertamente todos están correctos; sin embargo, tal vez las aproximaciones más productivas sean las que lo relacionan al poeta expresionista alemán Gottfried Benn –que obviamente no tuvo conocimiento de la poesía de su contemporáneo brasileño–, como lo hace el crítico Anatol Rosenfeld, o las que lo presentan como anticipador de los cambios ocurridos en el lenguaje poético brasileño con la práctica de las vanguardias, tal cual lo afirma el poeta Ferreira Gullar. De hecho, en su poesía, Augusto dos Anjos aproxima el lenguaje grandilocuente de la tradición oratoria de la poesía brasileña, como también la atención a las llamadas “palabras poéticas” –esto es, el empleo de vocabulario aceptado por la expectativa común y prescrito por el uso corriente–, por la vía de su materialismo de “mal gusto” (como era, entonces, de praxis ser considerado), la poesía de la vida cotidiana, a lo prosaico, al uso de la palabra corriente: el fósforo, la tijera, el zamuro, el perro, las agujas, los clavos, etc. Juntas al vocabulario científico, a la impresionante destreza métrica y rítmica en las formas fijas –jamás abandonadas por el poeta–, ellas crean un ritmo y una visualidad encantadora, que deslumbran por aquello que poseen de inaudito, como también chocan por la completa (y compleja) negación de los valores cercanos a la poesía brasileña que la anteceden e incluso a los de gran parte de sus contemporáneos.

.

No es de espantarse, por lo tanto, que, ignorada en su momento, su poesía ganó una fama póstuma bastante considerable, lo que llevó a la multiplicación de las ediciones de Eu, especialmente a partir de la tercera década del siglo XX: se cuentan, hoy, algunas decenas de reediciones y reimpresiones de la obra. Fue necesario aguardar, por lo tanto, el establecimiento de un nuevo lenguaje poético, para que Augusto dos Anjos pudiese ser apreciado en su “singularísima persona” y poesía.

Júlio Cezar Bastoni da Silva

.

.

YO

________________

Augusto dos Anjos

.

.

Psicología de un vencido

 

Yo, hijo del carbono y del amoníaco,
Monstruo de oscuridad y rutilancia,
Sufro, desde la epigénesis de la infancia,
La mala influencia de los signos del zodíaco.

Hondamente hipocondríaco,
Este ambiente me causa repugnancia…
Se me sube a la boca un ansia análoga al ansia
Que se escapa por la boca de un cardíaco.

Ya el gusano –ese labrador de ruinas–
Que la sangre pudre en las carnicerías
Come, y a la vida en general declara guerra,

Le echa un vistazo a mis ojos para roerlos,
¡Y ha de dejarme apenas los cabellos
En la frialdad inorgánica de la tierra!

.

.

.

.

PSICOLOGIA DE UN VENCIDO

 

Eu, filho do carbono e do amoníaco,
Monstro de escuridão e rutilância,
Sofro, desde a epigênese da infância,
A influência má dos signos do zodíaco.

Produndissimamente hipocondríaco,
Este ambiente me causa repugnância…
Sobe-me à boca uma ânsia análoga à ânsia
Que se escapa da boca de um cardíaco.

Já o verme – este operário das ruínas –
Que o sangue podre das carnificinas
Come, e à vida em geral declara guerra,

Anda a espreitar meus olhos para roê-los,
E há de deixar-me apenas os cabelos,
Na frialdade inorgânica da terra!

.

.

.

.

.

Budismo moderno

.
Tome, Doctor, esta tijera, y… corte
Mi singularísima persona.
¿Qué me importa que los bichos me roan
Todo el corazón después de la muerte?

¡Ah! ¡Un zamuro se posó en mi suerte!
¡También, de las diatomeas de la laguna
La criptógama cápsula se pulveriza
Al contacto de la bronca diestra fuerte!

Que se disuelva, por lo tanto, mi vida
Igual a una célula caída
En la aberración de un óvulo infecundo;

¡Pero que la suma abstracta de nostalgias
Siga latente en las perpetuas graderías
Del último verso que yo haga en el mundo!

.

.

.

.

BUDISMO MODERNO

 

Tome, Doutor, esta tesoura, e… corte
Minha singularíssima pessoa.
Que importa a mim que a bicharia roa
Todo o meu coração, depois da morte?!

Ah! Um urubu pousou na minha sorte!
Também, das diatomáceas da lagoa
A criptógama cápsula se esbroa
Ao contato de bronca destra forte!

Dissolva-se, portanto, minha vida
Igualmente a uma célula caída
Na aberração de um óvulo infecundo;

Mas o agregado abstrato das saudades
Fique batendo nas perpétuas grades
Do último verso que eu fizer no mundo!

.

.

.

.

.

Mater originalis

.
Forma vermicular desconocida
Que te estacionaste, mísera y mohína,
Como casi impalpable gelatina,
En los estados prodrómicos de la vida;

El hierofante que leyó a mi destino
Ignorante es de que eres, tal vez, nacida
De esta homogeneidad indefinida
Que el insigne Herbert Spencer nos enseña.

Ninguna ignota unión o ningún nexo
A la contingencia orgánica del sexo
A tu estacionaria alma prendió…

¡Ah! ¡De ti fue que, autónoma y sin normas!
¡Oh, madre original de otras formas,
Mi forma lúgubre nació!

.

.

.

.

.

MATER ORIGINALIS

.
Forma vermicular desconhecida
Que estacionaste, mísera e mofina,
Como quase impalpável gelatina,
Nos estados prodrômicos da vida;

O hierofante que leu a minha sina
Ignorante é de que és, talvez, nascida
Dessa homogeneidade indefinida
Que o insigne Herbert Spencer nos ensina.

Nenhuma ignota união ou nenhum nexo
À contingência orgânica do sexo
A tua estacionária alma prendeu…

Ah! de ti foi que, autônoma e sem normas,
Oh! Mãe original das outras formas,
A minha forma lúgubre nasceu!

.

.

.

.

.

Soliloquio de un visionario

.
Para desvirgar el laberinto
Del viejo y metafísico Misterio,
Comí mis ojos crudos en el cementerio,
¡En una antropofagia de hambriento!

La digestión de ese manjar fúnebre
Tornado sangre me transformó el instinto
De humanas impresiones visuales que yo siento,
En las divinas visiones del íncola etéreo

Vestido de hidrógeno incandescente,
Vagué un siglo, como alma en pena,
Por las monotonías siderales…

Subí tal vez a las máximas alturas,
Pero, si hoy vuelvo así, con el alma a oscuras,
Será necesario que todavía yo más suba

.

.

.

.

.
SOLILÓQUIO DE UM VISIONÁRIO

.
Para desvirginar o labirinto
Do velho e metafísico Mistério,
Comi meus olhos crus no cemitério,
Numa antropofagia de faminto!

A digestão desse manjar funéreo
Tornado sangue transformou-me o instinto
De humanas impressões visuais que eu sinto,
Nas divinas visões do íncola etéreo!

Vestido de hidrogênio incandescente,
Vaguei um século, improficuamente,
Pelas monotonias siderais…

Subi talvez às máximas alturas,
Mas, se hoje volto assim, com a alma às escuras,
É necessário que inda eu suba mais!

.

.

.

.

.

Ala de cuervo

.
Ala de cuervos carniceros, ala
De mal augurio que, en los doce meses,
Cubre a veces el espacio y otras veces
El tejado de nuestra propia casa…

Perseguido por todos los reveses,
Es mi destino vivir junto a esa ala,
Como la ceniza vive junto a la brasa,
¡Como los Goncourts, como los siameses!

Es con esta ala que hago este soneto
Y la industria humana hace un paño prieto
Que a las familias de luto martiriza…

¡Es aun con esta ala extraordinaria
Que la Muerte –la costurera funeraria–
Cose para el hombre la última camisa!

.

.

.

.

.
ASA DE CORVO

.
Asa de corvos carniceiros, asa
De mau agouro que, nos doze meses,
Cobre às vezes o espaço e cobre às vezes
O telhado de nossa própria casa…

Perseguido por todos os reveses,
É meu destino viver junto a essa asa,
Como a cinza que vive junto à brasa,
Como os Goncourts, como os irmãos siameses!

É com essa asa que eu faço este soneto
E a indústria humana faz o pano preto
Que as famílias de luto martiriza…

É ainda com essa asa extraordinária
Que a Morte — a costureira funerária —
Cose para o homem a última camisa!

.

.

.

.

.

Después de la orgía

.
¡El placer que en la orgía la hetaira goza
Produce en mi sensorium de bacante
El efecto de una túnica brillante
Cubriendo amplia apostema escrofulosa!

¡Trona! Y anhelo tener, deseosa y ansiosa,
El sistema nervioso de un gigante
Para sufrir en mi carne estudiante
El dolor de la fuerza cósmica furiosa.

Satisfáceme, en fin, desvistiendo el último atavío
Que al comercio de los hombres me trae presa,
Libre de este candado de veneno,

¡Semejante a un perro de atalaya
A las descomposiciones de la Naturaleza,
Queda latiendo mi dolor horrendo!

.

.

.

.

.

DEPOIS DA ORGIA

.
O prazer que na orgia a hetaira goza
Produz no meu sensorium de bacante
O efeito de uma túnica brilhante
Cobrindo ampla apostema escrofulosa!

Troveja! E anelo ter, sôfrega e ansiosa,
O sistema nervoso de um gigante
Para sofrer na minha carne estuante
A dor da força cósmica furiosa.

Apraz-me, enfim, despindo a última alfaia
Que ao comércio dos homens me traz presa,
Livre deste cadeado de peçonha,

Semelhante a um cachorro de atalaia
Às decomposições da Natureza,
Ficar latindo minha dor medonha!

.

.

.

.

.

.

Júlio Cezar Bastoni da Silva es professor e investigador de Literatura Brasileña en la Universidad Federal de Ceará (UFC), en Fortaleza, Estado de Ceará, Brasil.

.

Jesús Montoya (Tovar, Mérida, 1993). Es poeta, investigador y traductor. Actualmente cursa el Doctorado en Estudios Literarios en la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar). Ha publicado diversos libros de poesía. Es profesor de español.

N. del T. Esta traducción está dedicada a los poetas Rogelio Aguirre y Stephani Rodríguez.
La obra que acompaña esta publicación fue realizada por la artista venezolana María Octavia Russo
Más de la artista en Bēhance

 

(Fuente: poesía.uc.ve)

No hay comentarios:

Publicar un comentario