EPITAFIO PARA UN POETA
II
todos se van en nombre del tributo necesario
en nombre de las vasijas y los dioses menores
en nombre de los cerezos y los ojos fijos
en nombre de los templos y la piel de tigre
todos alguna vez labraron un trípode de humo
un estupor de ebrios
una silenciosa escala.
Más allá de toda condición
los pájaros se vuelven árboles o llanto
los colores descienden
con la penumbra de otras longitudes
el pasmo de Berenice no provoca
ni formula pie de absolución
Corre el viento sin ser visto
y el valle canta el silencio
de caballos azules.
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