YA SIN MEMORIA NUESTRA
En general pusimos
excesivo cuidado, no tanto en el hacer,
que es toda la razón del arte,
Para aquellas palabras buscamos argumento
que nos significase un poco ante los otros.
Sólo más tarde descubrimos,
cuando una costra tenue comenzó a recubrir
la tierna adolescencia prolongada,
otro oficio más cierto.
Del mismo amor era posible
hacer simples objetos,
más reales que nuestro propio amor.
Objetos para dar y para olvidar,
para perder y para recobrar,
para desnacer,
para vivir,
para estar.
Y en la fidelidad de la materia, usado,
prohijado, devuelto,
ya sin memoria nuestra, nuestro ser.
.....
(Fuente: Daniel Freidemberg)
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