Habré de morir
en este mayo
de oscurecidos pétalos
y uvas pachangas?
aflicción y reproches,
algún rayo
que no hizo tierra,
alguna nieve
que vino del cielo
y se diluyó en el barro,
y cristales invisibles?
¿Habré de morir
como otros,
en la entera libertad
y sólido moco?
¿Habré de recordar,
en el instante postrero,
aquellas ovejas
que parían
tarántulas
tan inofensivas
como nata de leche?
Moriré,
eso sí,
con perros
y fantasmas,
con la privada
miseria
que la historia pública
desecha,
arañado de culpas
y recursos confusos.
- Inédito-
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