«A los enmudecidos»
Traducción de Juan Carlos Villavicencio
Oh, la locura de la gran ciudad, cuando al anochecer
junto al negro muro acechan los árboles raquíticos,
a través de una plateada máscara mira el espíritu del mal;
la luz con un magnético flagelo desplaza a la pétrea noche.
Oh, el hundido tañido de las campanas al anochecer.
Puta, que en álgidos escalofríos engendra a un niñito muerto.
Frenética azota la ira de Dios la frente del poseído,
peste púrpura, hambre que rompe los ojos verdes.
Oh, la espantosa risa del oro.
Pero silente sangra en una oscura cueva la muda humanidad,
y forja con duros metales la cabeza salvadora.
en Sebastian im Traum, 1915
en Grodek (antología), Descontexto Editores, 2014
(Fuente: Descontexto)
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