CRISTINA RIVERA GARZA EN TRENZAR
PIRÓFITAS
El fuego no es un cuchillo. El fuego abrió
la fronda del Amazonas. Los eucaliptos
de Australia le deben su lugar
en la tierra al fuego. Reacomoda
reduce el radio
del alimento.
Nosotras desbrozamos el terreno
y urgimos a la hierba, las semillas, los matorrales
urgimos a las bayas, las frutas
urgimos a las nueces. El fuego sacó
a los animales salvajes de su camino
expuso así las madrigueras
escondidas, los hongos que atrajeron
a los herbívoros. Nosotras desplegamos
el fuego para esculpir el paisaje:
vengan alces, venados, castores, vengan
liebres, puercoespines, urogallos
vengan guajolotes, codornices
vengan.
Es cierto que usamos el fuego para arrear a los animales hacia
[los precipicios
y a los elefantes hacia las ciénagas donde, ya inmovilizados,
los matamos.
Con el tiempo, construimos un nicho.
Distribuimos los recursos naturales a nuestro gusto: más
[abundantes
más predecibles, más a la mano. Este mosaico de
[biodiversidad
es nuestro. Esta seguridad
física.
Mucho antes de que tu especie apareciera sobre la tierra, el fuego
nos dio calor y luz. Nos dio alces y nueces.
Nos dio hierbas y frutas, venados y codornices.
Nos dio un hogar.
La prueba definitiva de la domesticación dice
que no podemos propagarnos por nosotros mismas
sin la ayuda del fuego.
Cristina Rivera Garza
En
Trenzar
Santas, raras y mestizas
Lina Meruane
Cristina Rivera Garza
Cabriela Wiener
CCCB Breus
(Fuente: Papeles de Pablo Müller)
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